Brasil |
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CONTACTO
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con Alberto Broch |
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Vicepresidente
de la Confederación Nacional de Trabajadores de la
Agricultura (CONTAG) y miembro del Comité
Latinoamericano de la UITA. |
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"Este es un buen momento para discutir el
modelo de desarrollo agrícola en Brasil"
Tadashi
cuenta con una vasta experiencia como asesor del sindicato
de metalúrgicos del ABC paulista en el proceso de
reconversión de empresas en crisis en cooperativas. Durante
ese período viajó en varias oportunidades a Italia, donde
mantuvo múltiples contactos con dirigentes sindicales y
cooperativistas ligados también a la transnacional Parmalat.
—
¿Nos puedes informar cómo esta el tema de Parmalat?
—
Todos nosotros quedamos sorprendidos con el escándalo de
Parmalat. Lo consideramos como uno de los mayores escándalos
de la historia, porque hasta el presente el gobierno
italiano constató un "hueco" de 14.000 millones de euros,
unos 18.000 millones de dólares. Aquí en Brasil está uno de
los principales brazos de la empresa italiana, que procesa,
según las estimaciones, entre el 6 y el 8 por ciento de la
leche brasileña y dispone de ocho plantas. Oficialmente
vincula a alrededor de 25.000 productores de leche, y
extraoficialmente, según el relevamiento que CONTAG está
haciendo, puede superar los 30.000. A su vez, en las
industrias de Parmalat hay más de 6.000 trabajadores.
La situación se tornó grave a mediados de diciembre y enero.
En algunas plantas, como la de Río de Janeiro, desde
noviembre que los agricultores no están recibiendo los
pagos. En la planta de Carazinho en Río Grande del Sur
pagaron, pero el proceso está bastante indefinido.
El lunes 26 de enero el Congreso Nacional instaló una
Comisión Especial para el seguimiento del caso de Parmalat,
liderada por el diputado del estado de Mato Grosso do Sul
Waldemir Moka, presidente de la Comisión de Agricultura, y
que tiene como relator a Assis do Couto, un diputado del PT
del estado de Paraná.
La
primera actividad de la Comisión fue el miércoles 28 en la
Cámara de Diputados, donde se llevó a cabo una Audiencia
Pública a la que fueron convocadas todas las organizaciones,
las vinculadas al sector patronal y las más ligadas a la
agricultura familiar y a los trabajadores. Asistieron la
CNA
(Confederación Nacional de la Agricultura), la
OCB
(Organización de Cooperativas del Brasil), la CONTAC
(Confederación Nacional de Trabajadores de la Industria de
la Alimentación, Agro-Industria) y la
CONTAG,
que representa a los trabajadores de la industria. También
asistieron el Frente Sul da Agricultura (una organización
del sur de Brasil), y una comisión que representa un foro
del sector lechero más cercano al campo popular.
En medio del debate, cerca de las 16 horas, llegó la
información de que la empresa había pedido el concordato.
Esto modificó el rumbo del análisis, tanto de los
movimientos sociales, de la representación de los
productores como del propio gobierno brasileño.
Como resultado de esa discusión, organizamos una reunión esa
misma noche con el ministro de Agricultura Roberto Rodrígues,
y de allí surgió otra reunión para el jueves 29 en la Casa
Civil de la República, con la participación del ministro
jefe de la Casa Civil José Dirceu, representantes del área
económica del gobierno, y de los ministerios de Desarrollo
Agrario, de Trabajo y de Agricultura.
Los representantes de las organizaciones del campo popular
nos reunimos en la Cámara de Diputados para discutir
propuestas.
Redactamos una nota con el conjunto de las organizaciones en
la que planteamos:
-
“Páguese lo que se debe” comenzando por los agricultores,
los productores de leche y los trabajadores;
-
estamos
radicalmente en contra de que se aproveche este episodio
para que en Brasil se cree oltro monopolio. El problema es
que se corre riesgo de que Parmalat sea absorbida por
Nestlé;
-
exigimos una profunda y rigurosa investigación sobre el
proceso. Por más robo que se haya producido, queremos
saber dónde fue y cómo fue, visto que hay informaciones de
que Brasil era el laboratorio del lavado de dólares de
Parmalat;
-
exigimos una posición más firme de parte del gobierno
federal, lo cual no implica que se destinen fondos
públicos a una empresa de muy difícil salvación;
-
reafirmamos nuestro compromiso de seguir discutiendo en
ese foro. La CONTAG realizará un gran debate con todos los
trabajadores rurales ligados a las plantas de Parmalat
para encontrar salidas; pensamos que el gobierno debe
intervenir para que a corto plazo se encuentre una
solución para los millares de agricultores y trabajadores
afectados.
—
¿Ustedes piensan que Parmalat ya no es viable?
—
Creemos que difícilmente pueda haber una salida para
Parmalat.
—
¿Cuál es la posibilidad de que las plantas sean asumidas por
las cooperativas?
—
Ese es el gran debate que estamos teniendo. En Brasil el
caso debe ser encarado como un todo, y no por medio de
soluciones parciales. Sin embargo, el remedio se va a dar de
forma diferenciada. La solución que se encuentre para una
planta en Rio Grande do Sul puede ser diferente a la que se
halle para una en Pernambuco, que a su vez será diferente a
la que se implemente en Rio de Janeiro. Las realidades
locales son distintas; en Río Grande do Sul tenemos un
sistema cooperativo fuerte, tanto por parte de la OCB como
del sistema alternativo. Los propios trabajadores podrían
allí hacerse cargo de la planta. Es diferente la realidad de
Pernambuco, donde existe una planta y no hay un sector
cooperativizado. Esas alternativas deben ser discutidas con
los trabajadores de la empresa y, principalmente, con los
agricultores. Ese debate sobre el cómo actuar es el que
estamos dando para elaborar una propuesta clara que podamos
presentar al gobierno.
—
La información que tenemos de la reunión del jueves 29 es
que el gobierno tomó varias decisiones importantes.
—
La primera de ellas es que otorgará un crédito de 300
millones de reales (120 millones de dólares), con un interés
del 8 por ciento anual, destinado a los productores. La
forma en que se implementará no la tenemos demasiado clara,
ya que una cosa son los productores vinculados a
cooperativas que entregan la leche a Parmalat, y otra los
productores que entregan la leche sin intermediación de las
cooperativas.
Otra medida que tomó el gobierno fue la compra de leche en
polvo de la empresa, porque si se vuelca esa leche al
mercado van a caer los precios. Si el gobierno compra para
hacer stock, puede entregar leche para cubrir las
necesidades de los programas sociales ("Fome Zero), algo que
consideramos muy importante.
Por otra parte se resolvió que viajaran a Italia el ministro
de Desarrollo Agrícola Miguel Rossetto y una delegación de
parlamentarios para contactarse con el gobierno de Silvio
Berlusconi y los interventores de la empresa y ver cómo se
están desarrollando las cosas allá.
Estamos ante una situación compleja, porque según las leyes
brasileñas cabe al juez decidir si acepta o no el concordato
de la empresa. Si el juez no acepta el concordato y declara
la quiebra, la situación se agravará y exigirá una
intervención inmediata del gobierno federal.
En este momento –viernes 30– se está realizando una reunión
en la Cámara de Diputados con diversas organizaciones para
analizar las medidas tomadas por el gobierno, algunas de las
cuales fueron sumamente importantes y otras por demás
tímidas. Insistimos en que se precisa una intervención más
firme de parte de lasa autoridades nacionales en este
proceso.
Es importante señalar que en Brasil la situación es
angustiosa, y no sólo para los agricultores ligados a
Parmalat, en su mayoría de pequeño porte, sino a casi todos
los productores de leche del país, porque este proceso
determinó que exista una gran oferta de leche hacia las
cooperativas y las industrias, lo que dio lugar a que en
algunas regiones el precio haya caído en 15 centavos de real
por litro debido a la sobreoferta existente. Muchos
productores que quieren salir de la órbita de Parmalat
saturan a las otras empresas, conduciendo a una caída de los
precios. Por eso es que el clima es muy tenso, de
disconformidad e inseguridad, y tememos que si esto perdura
se produzca una desestabilización del sector lácteo
brasilero.
Estamos ante un momento muy fértil para discutir el modelo
de desarrollo de la agricultura, principalmente el modelo de
desarrollo del sector lácteo, visto que en Brasil Parmalat
causó estragos fenomenales, cerró seis cooperativas y más de
ocho pequeñas industrias, y ese monopolio desorganizó el
sistema alternativo. Necesitamos repensar ahora cómo tener
un sistema autosustentable en el que las pequeñas
cooperativas y las industrias alternativas puedan
desarrollarse.
Ariel Celiberti
© Rel-UITA
2 de febrero de 2004
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