Uruguay  
 

Con Pablo Farías

 

Secretario de Actas del Sindicato de Obreros y Funcionarios de Parmalat, SOFUPAR

 

 

“Quien compre Parmalat Uruguay tendrá que respetar a los trabajadores”

 

 

-¿Qué novedades han surgido después de conocerse que Parmalat Uruguay está en venta?

 

-Se comenta que hay dos posibles compradores uruguayos. El ingeniero Jorge Gutman, presidente de Parmalat Uruguay, no nos ha dado nombres, pero sí nos reconoció ahora que el Grupo Bethia de Chile es uno de los interesados del exterior.

 

-¿El funcionamiento de la empresa sigue siendo normal?

 

-Sí, pero la incertidumbre es grande y hay gente que todavía no ha tomado conciencia de la gravedad del tema.

 

-¿La plantilla y la producción se mantienen?

 

-La empresa está al día con nosotros, y por lo que tengo entendido con los productores también. La producción es totalmente normal. Poca leche, porque la época y la sequía que afecta al país así lo dicen. En leche pasteurizada cada día se vende más, y las necesidades del mercado interno no se llegan a cubrir.

 

-¿Es decir que la repercusión internacional del fraude ocasionado no ha afectado el posicionamiento de Parmalat en el mercado uruguayo?

 

-Para nada, si hubiera más leche, se vendería. No se cubren los pedidos existentes.

 

-Ahora que se sabe que la filial uruguaya está en venta, ¿volvieron a hablar del convenio de estabilidad laboral?

 

-En esta última reunión que mantuvimos a la llegada de los gerentes de Italia ese tema no se tocó. Este martes 13 los trabajadores de planta de Nueva Helvecia (en el departamento de Colonia, al oeste del país) tuvimos una muy concurrida asamblea donde se decidió impulsar, conjuntamente con los compañeros de Montevideo, la firma del Convenio de Estabilidad Laboral, sea como sea. La empresa que quiera comprar debe saber que los trabajadores de Parmalat Uruguay tenemos un convenio de estabilidad laboral.

 

-¿Qué les dijo la gerencia a su retorno de Italia?

 

-A Italia fueron el ingeniero Gutman, invitado por el actual interventor Enrico Bondi,  su hijo Mariano y el contador Orlando Rodríguez. Allí se les comunicó la decisión de vender la filial en Uruguay y que el proceso comenzaría con una auditoría a cargo de KPMG, que preparará un informe para presentar a los posibles compradores.

 

-¿Parmalat Uruguay se vende porque no es viable?

 

-Lo único que nos manifestaron es que la venta obedece a una reestructura a nivel mundial, y que la firma se quedará con 11 filiales, las más productivas.

 

-Desde adentro, viendo a una empresa que se mantiene firme, que día a día gana mercado, que cada día vende más, resulta difícil creer que Parmalat Uruguay sea deficitaria.

 

-Es muy raro. Parmalat se instaló en el país en 1993, comprando una empresa que en los picos más altos producía 90 mil litros por día. Hoy ronda el millón de litros. El promedio en fechas pico es de 600 a 700 mil litros. Vende cada día más y no cubre la cuota diaria de leche que le fue asignada. Para nosotros esta fábrica es totalmente viable. Los trabajadores vamos a seguir laborando para que sea viable y mantener la fuente de trabajo.

 

-¿La familia Gutman, los fundadores de Lactería, la empresa que fue vendida en 1993 a Parmalat, no podría comprar la empresa? Ellos se han mantenido en la gerencia general y en los puestos claves, manejando y desarrollando la empresa al punto que ha crecido 10 veces en 10 años.

 

-Para nosotros sería muy importante que siguieran al frente. El ingeniero Gutman conoce muy bien la industria láctea, es un reconocido empresario, muy respetado a nivel e internacional, que ha logrado que esta firma crezca en muy poco tiempo. Hay rumores de que la colectividad judía podría comprar la planta y que Gutman estaría al frente. Gutman nos dijo que él no quiere seguir trabajando, que estaría 6 o 7 meses al frente de la planta, pero su familia podría continuar su obra. Para mí, siendo un tanto atrevido, podría ser su hijo Mariano, su mano derecha, que lo ha acompañado en sus últimos viajes a Italia, el que asuma las riendas.

 

-¿De la deuda de Parmalat Uruguay con los bancos qué se sabe?

 

-Se nos ha dicho que hay una persona encargada de las negociaciones entre los bancos e Italia, que fue director o presidente del Banco Central. Hasta el momento los bancos no han presionado. Si bien siempre se necesitan créditos, nos informaron que la empresa se está manejando con el circulante, con la diaria. Los bancos hoy no ceden plata. Lo que se va vendiendo se va cobrando y así se mantiene la cadena de pagos. El futuro comprador eso lo va a solucionar rápido, porque el que compra va a comprar con los activos y los pasivos. Los 28 millones de dólares que se deben están aparentemente garantizados por Italia.

 

-¿El fideicomiso de los productores aún no se firmó?

 

-A su retorno de Italia la delegación de la compañía nos informó que aún no se había firmado, que el estatal Banco República no había aceptado ser el fideicomisario del tema, que el banco ACAC tampoco y que ahora estaban en tratativas con el Nuevo Banco Comercial. Es todo lo que sabemos al respecto.

 

-¿Han tenido contacto con los productores?

 

-Hemos tenido contacto con ellos y han visto de muy buena manera que nos acercáramos, ya que estamos en el mismo barco y tenemos que seguirla peleando. Esta semana, después de nuestra asamblea mensual de hoy y ya con la evaluación del mes, seguramente entablemos nuevo contacto con los productores.

 

-¿Y de los distribuidores qué saben?

 

-A ellos no nos hemos acercado. Esa tarea está tercerizada. Lo que sabemos es que la empresa tampoco ha modificado ese rubro. Probablemente deben haber notado la baja de entrada de leche, vienen acá y deben hacer colas y esperar, pero siguen vendiendo. Por la época de baja deberían estar entrando unos 400 mil litros diarios, pero por la sequía están unos 300 mil.

 

-¿Cuánta gente trabaja hoy en Parmalat?

 

-En la planta de Nueva Helvecia somos 250 personas y 100 en Montevideo, 240 productores y un montón de familias atrás que dependen de que la fábrica siga trabajando. Toda la ciudad de Nueva Helvecia está directamente interesada en que Parmalat continúe.

 

-En estas últimas semanas han mantenido muchos contactos a nivel político.

 

-Los contactos los tuvimos a lo largo de marzo. Comenzamos con el Intendente de Colonia, Carlos Moreira, que se interesó en el tema y prometió reunirse con Gutman y con el ministro de Industria, José Villar. Es amigo personal de quien realiza las negociaciones con los bancos. El Director Nacional de Trabajo, Gonzalo Irazábal, nos dijo que veía difícil la firma de un convenio de estabilidad laboral en este momento, pero que el Ministerio de Trabajo veía con buenos ojos que los futuros compradores ya supieran nuestra pretensión en ese sentido. El subsecretario de Industria, a su vez, ofreció el local de su ministerio para eventuales reuniones entre nosotros y los futuros compradores.

 

El diputado Daniel Bianchi, del gobernante Partido Colorado, nos prometió contactos con el presidente Jorge Batlle. En cuanto a los legisladores de la oposición de izquierda tuvimos buena acogida de parte del diputado del Encuentro Progresista por Colonia Gil Solari y de los senadores Danilo Astori y José Mujica. Este último nos dijo que hablaría directamente con el ingeniero Gutman, con los productores y con el presidente de la Cámara de Productores, Conrado Ferber.

 

A todos estos dirigentes políticos se les dejó una carpeta con nuestros petitorios, con el Convenio de Estabilidad Laboral, con la carta a Bondi. Con todos quedamos en reunirnos en estos días.

 

Por otra parte, nos recibió el embajador de Italia en Uruguay, quien envió nuestra carta a Enrico Bondi por vía diplomática.

 

-¿Cómo siente Nueva Helvecia a Parmalat?

 

-Para la ciudad esto sigue siendo Lactería, más grande, pero Lactería que cambió de nombre. Es una fuente laboral muy importante para la ciudad. La de Nueva Helvecia es una sociedad muy rara: está claramente dividida entre clase alta y clase trabajadora. La clase trabajadora depende directa o indirectamente de Parmalat, porque están los camioneros, los transportistas de leche, los talleres que trabajan con la empresa, los torneros, el comercio que se mueve con lo que compra el trabajador. Sin embargo, la gente no está movilizada, y hemos debido hacer una campaña de información para sensibilizarlos. En mi pueblo, la ciudad de Rosario, en el mismo departamento de Colonia, están más interesados en el futuro de esta firma, o lo expresan más, pese a que Nueva Helvecia depende de Parmalat y Rosario no.

 

-¿Qué ha hecho la Federación de Trabajadores de la Industria Lechera?

 

-Está trabajando. A ella estamos integrados los trabajadores de Conaprole, los de Parmalat Montevideo, los de Parmalat de Nueva Helvecia, la empresa de transporte que remite leche a Conaprole y los empleados de la distribución en Conaprole. Ya se han hecho varias reuniones, hemos ido a la Mesa de la Alimentación. El sábado 17 habrá un nuevo plenario de la Federación, que seguramente elevará una solicitud de audiencia al ministro de Trabajo, al que también se le va a pedir que convoque a una reunión del Consejo del Grupo 19, el grupo de salarios de los trabajadores lácteos, que hace muchos años que no se reúne. Estamos trabajando con la gente de Conaprole, que es la que tiene más experiencia en el tema. Es muy difícil porque los compañeros de otros sindicados están económicamente mal, sobre todo por la caída de la venta de leche hacia Argentina. Es el caso de los compañeros de la empresa Pili, de la ciudad de Paysandú, de Ilasa de Salto, de Coleme de Melo, a los cuales se les hace difícil trasladarse hacia Montevideo. Estamos planificando un viaje hasta Salto, donde visitaremos a lo largo del camino a todas las industrias lácteas, para fortalecer la Federación.

 

-Parmalat Uruguay es relativamente nueva, y su sindicato más nuevo aún. ¿Cómo son las relaciones entre dirección y trabajadores en este momento? ¿Se han vuelto más tensas luego de la campaña de prensa y de contactos que ustedes han emprendido?

 

-El diálogo se ha mantenido, pero que vayamos a la prensa sin dudas que les molesta, porque el propio Andrés Gutman, gerente de planta, dijo a la directiva del sindicato que nosotros no tendríamos que salir a la prensa. Le molestó que la voz de nuestro sindicato se haya escuchado en todas partes y que pudiéramos estar considerando la posibilidad de una huelga o de paros parciales. Creo también que no le gustó que yo dijera en un medio de prensa que no me importaba quién estuviera al frente de la empresa.

 

Por otra parte en todo momento hemos dicho también que no tenemos conflicto con la empresa. Hoy lo que nosotros queremos es mantener la fuente laboral. Quien esté al frente de la empresa, mientras mantenga a los trabajadores en sus puestos de trabajo y respete sus derechos no va a tener problemas con el sindicato. Nosotros nunca hemos tenido problemas con esta dirección de la empresa, pero porque ha respetado los derechos de los trabajadores. El comprador que venga va a tener que respetar los derechos del trabajador, simplemente eso.

 

 

Rubén Yizmeyián

© Rel-UITA

14 de abril de 2004

 

 

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