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Con Luis Navarro, del Sindicato “Armando Llanes”

Se reaviva el conflicto en Parmalat Centroamérica

En un marco de amenazas larvadas y manipulaciones a varias puntas, la dirección de la empresa a cargo del italiano Vincenzo Borgogna intenta desnaturalizar los acuerdos ya alcanzados, pervertir el sentido de las leyes laborales y desafiar al sindicato a un enfrentamiento permanente.

 

El 7 de marzo de 2006 el Sindicato “Armando Llanes” de Parmalat Centroamérica SA, después de mantener tres días de huelga general en defensa de los derechos laborales, salariales y sindicales de los trabajadores, firmó un acuerdo con la empresa y el Ministerio del Trabajo (MITRAB).

 

Las partes habían acordado entonces diferentes puntos que se discutirían en fechas establecidas, entre ellos la liquidación y la recontratación de cuatro trabajadores despedidos ilegalmente, la revisión de más de 30 casos por los cuales la empresa había pedido al MITRAB la autorización para su despido, y la revisión de varios artículos del Convenio Colectivo que todavía no ha sido finiquitado.

 

El sindicato ya presentó su Pliego Petitorio y estuvo trabajando con la empresa para definir todas las cláusulas que formarán parte del próximo Convenio Colectivo. Esas cláusulas fueron firmadas por la empresa, pero el sindicato no se ha presentado todavía a cerrar el Convenio porque el artículo 376 del Código de Trabajo establece que todos los firmantes del Pliego Petitorio están protegidos, y no se les puede aplicar el artículo 45 (despido sin causa justificada) hasta la firma del Convenio. El temor de los trabajadores es que, una vez firmado el Convenio, comience el despido masivo de los afiliados al sindicato. Sin embargo, la empresa y el MITRAB habrían decidido certificar las cláusulas como si ya se hubiera cerrado el Convenio, dejando desprotegidos a los trabajadores. De esta manera convierten al Convenio Colectivo en un instrumento para acabar con el sindicato.

 

Confirmando estas sospechas de los sindicalistas, la situación vuelve a ser explosiva por el incumplimiento por parte de la empresa de lo firmado en los acuerdos.

 

Sirel conversó con Luis Navarro, secretario general del Sindicato “Armando Llanes” de Parmalat Centroamérica SA para conocer los términos del nuevo conflicto.

 

-¿Qué paso después de la firma de los acuerdos?

-En los días sucesivos la empresa estaba con mucha tensión porque su dirigencia tuvo que tragarse un acuerdo muy amargo para ellos.

 

A pesar de la actitud hostil de la empresa, los trabajadores estaban muy esperanzados en que la situación se iba a resolver, pero después de un mes y medio de la firma de los acuerdos, la empresa no ha cumplido nada y se ha entrado en una nueva etapa de disgusto con el director general de Parmalat, el doctor Vincenzo Borgogna.

 

-¿Cuáles son los puntos que no se cumplieron?

-Prácticamente no se cumplió con ninguno de ellos. Uno de los puntos era que nos íbamos a reunir con la empresa para abordar diferentes aspectos del Convenio Colectivo. Fuimos a esta reunión con los abogados de la empresa y con la responsable de Recursos Humanos, y nos dijeron que se suspendía cualquier negociación mientras no firmáramos el supuesto Convenio Colectivo que la empresa había amarrado con el MITRAB. Nosotros no hemos finiquitado todavía el Convenio Colectivo porque se desataría una represión brutal en contra de los afiliados al sindicato, y no lo vamos a firmar hasta que se nos garantice la estabilidad laboral.

 

-¿Cuál fue la reacción del sindicato?

-Comenzamos a estudiar la posibilidad de una nueva huelga general, pero esta vez involucrando al MITRAB para que sea declarada legal, y por eso necesitamos demostrar que la represión laboral, salarial y sindical se mantuvo en los días posteriores a la protesta de marzo pasado.

 

-¿Cuál es el procedimiento para que el MITRAB declare una huelga legal?

-La primera etapa es pedir por escrito una reunión con el director de la empresa. Después se pasa a la denuncia pública a través de los medios de comunicación, y después se va a una Asamblea General para declarar la huelga.

 

A esta Asamblea se invita formalmente y por escrito a los representantes del MITRAB y a la dirigencia de la empresa, y se presentan las motivaciones por las cuales se quiere declarar la huelga general. Debe haber una aprobación del 50 por ciento más uno de los trabajadores.

 

-¿En qué punto están de ese procedimiento?

-El miércoles 12 de abril solicitamos una reunión con el doctor Borgogna y nos la concedió para el día siguiente. Estábamos a pocos días de Semana Santa y el sábado él se iba de vacaciones. El jueves 13 de abril nos reunimos y Borgogna se mostró afín a nuestros planteamientos. Nos dijo que estaba dispuesto a resolver los problemas, que quería un clima de tranquilidad en la empresa y que los problemas los tratáramos con él.

 

Nos pidió también que las informaciones no salieran de la empresa y de Nicaragua, y nos dijo que no quería que estas noticias de los conflictos llegaran a Italia, porque en su país era un año electoral y que era mejor que no se hablara de eso allá. Terminando la reunión nos prometió que después de Semana Santa nos encontraríamos nuevamente.

 

Antes de salir de vacaciones nos dimos cuenta que dejó firmada la liquidación para los cuatro trabajadores que fueron despedidos en marzo y cuya situación se había zanjado en los Acuerdos del 7 de marzo. Aquí descubrimos otra violación a los acuerdos, porque los liquidó pero no los recontrató como habíamos acordado. La fecha última para su recontratación era el 1 de abril de 2006.

 

-¿Y no se han vuelto a reunir con él?

-Ha sido imposible, y parece que se nos está escondiendo. Supuestamente nos íbamos a reunir después de Semana Santa, pero el sábado 25 de abril nos convocaron a una reunión donde estuvo presente la responsable de Recursos Humanos quien nos informó que Borgogna no estaba y que no se sabe cuándo regresa. Además, nos comunicó que se suspendía la reunión del 2 de mayo para revisar la situación del Área de Venta, que era uno de los puntos de los acuerdos de marzo.

 

-¿Cómo evalúas la situación?

-Me parece que la empresa está apuntando al desgaste de los trabajadores o a una nueva confrontación. A mí personalmente, después de la protesta se me han negado todos los permisos sindicales que he solicitado.

 

Actualmente creo que hay dos posibilidades: la empresa nos cumple y la situación vuelve a la normalidad, o comienza otra vez a desafiar a los trabajadores para ver si tenemos capacidad de montar una huelga general y, en ese caso, la situación puede volverse muy difícil para la empresa.

 

El doctor Borgogna no quiere cumplirle a los trabajadores. Nos hizo trabajar toda la Semana Santa, hasta el domingo de Pascua, y en lugar de pagarnos doble porque era feriado, nos pagó como día normal. Siempre ha sido así.

 

Hay gente que no ha salido de vacaciones ni un día en todo 2005, y revisando su expediente se dio cuenta de que para la empresa ya se las tomó. Prácticamente se las robaron. Hay muchas irregularidades y violaciones a los derechos de los trabajadores.

 

La semana pasada llegó a la empresa Enrique Zamora, presidente ejecutivo del Grupo Lafise, que controla el 49% de las acciones de Parmalat Centroamérica SA así como la Dirección Financiera de la empresa, y se vino directo a hablar con los trabajadores para saber qué está pasando. Nosotros también estamos preparando una denuncia que vamos a presentar a la OIT.

 

-¿Ya informaron de la situación al MITRAB?

-Después de los acuerdos de marzo no tuvimos un contacto directo con el MITRAB, pero nuestro asesor sindical se reunió con funcionarios para informarles sobre lo que está pasando en la empresa, sobre las violaciones a los acuerdos y sobre nuestra intención de ir a una huelga general.

 

El próximo sábado 29 habrá una asamblea de los trabajadores y vamos a invitar al Ministro del Trabajo para informarlo sobre la situación.

 

-¿Cómo están reaccionando los trabajadores?

-Están muy nerviosos y disgustados por lo que está pasando nuevamente, pero en su mayoría están convencidos de ir a la huelga general, porque saben perfectamente que no hay otra solución y sólo están esperando una señal para comenzar.

 

La política de Borgogna apunta a dividirnos. Aprobó los ajustes salariales para el personal de Producción, pero no para los de Venta. En Producción comenzó a introducir nuevo personal que no conoce la situación y que claramente tiene una necesidad desesperada de trabajar, y con esta maniobra espera poder contrarrestar la protesta.

 

-Entonces, ¿van a la huelga?

-No tenemos otra solución. No cumplieron, nos están desafiando y están tratando de dividirnos, de destruir el sindicato. Vamos a organizar la huelga general, y de eso que no quepa la menor duda. 

 

En Managua, Giorgio Trucchi

© Rel-Uita

27 de abril de 2006

 

 

 

Foto: Giorgio Trucchi 

 

 

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