Organizaciones no Gubernamentales de defensa de los
Derechos de los Niños y Comercio Justo, como Equal
Exchege, han hecho un llamamiento público para que los
fabricantes de chocolate de Estados Unidos "pongan fin a
las prácticas de explotación infantil que se llevan a
cabo en las plantaciones de cacao de todo el mundo, en
especial en Costa de Marfil, donde se produce el 40% del
cacao que se consume en el mundo".
Como plataforma simbólica de su protesta, han esgrimido
el derecho de los niños estadounidenses "a consumir
chocolate elaborado bajo medidas de comercio justo
durante la próxima fiesta de Halloween".
Según difundió en Nueva York la Agencia de Noticias
Solidarias, con la firma de su periodista Lydia
Escribano, "la imagen de empresas como M&M/Mars o
Nestlé se ve perjudicada por sus prácticas
laborales en países como Costa de Marfil o Ghana".
Estos niños, además, trabajan en condiciones de
semiesclavitud, ya que se ven obligados a hacerlo
prácticamente por la comida. Encubiertas por gobiernos
sospechosos de corrupción, las empresas norteamericanas
tienen sus manos libres para superexplotar a los
infantes en el marco de las carencias terribles por las
que atraviesan las familias africanas.
Datos publicados por Global Exchange indican que la
industria del chocolate realiza sus mayores ventas
durante esta época del año. Y aunque ha comunicado que
"están trabajando" para acabar con la situación infantil
que se está produciendo en los países del oeste de
África, estos esfuerzos "no han dado ningún resultado
todavía", ya que el plan elaborado por las empresas "no
está orientado a las raíces del problema y es inestable
e insuficiente", según el reporte de las ONGs.
Por este motivo, organizaciones como Global Exchange,
han propuesto que el chocolate esté regulado por un
Certificado de Comercio Justo para fomentar que en el
próximo Halloween se consuma un producto que no haya
sido obtenido a costa de la explotación de los niños.
Estas medidas de comercio justo suponen para el mercado
chocolatero que los agricultores dedicados al cultivo
del cacao reciban un precio justo por su trabajo, lo que
les ayudará a mantener a sus familias y que sus hijos
puedan ir a la escuela.
Reacciones
del sector
Por su parte, la cadena de televisión británica BBC ha
estado registrando este tipo de malas prácticas en las
plantaciones de cacao en Costa de Marfil desde hace
cinco años a través de una investigación que ha supuesto
un importante descenso de las ventas y el desprestigio
de compañías del sector chocolatero como M&M/Mars,
Nestlé o Hershey.
La investigación de este medio de comunicación supuso
que el Congreso estadounidense también se involucrara en
el tema en 2001. Así, elaboró una normativa para
paralizar la venta de chocolate producido por
trabajadores en situación de esclavitud o en condiciones
de trabajo forzoso.
Gracias a la nueva normativa, la industria del chocolate
estadounidense comenzó a tomar medidas para la
erradicación del trabajo forzado y de la explotación
infantil en julio de este mismo año. Pero estas acciones
"no han sido del todo satisfactorias", según las ONG ya
que "no están siendo aplicadas apropiadamente", puesto
que no se ha establecido un plazo límite "concreto" para
que las compañías finalicen con este tipo de prácticas.
En este sentido, los senadores encargados de la
elaboración de la nueva normativa regulatoria del
chocolate consideran que es "totalmente posible"
desarrollar un sistema de certificación que cubra el 50%
de la producción de Costa de Marfil y Ghana durante los
próximos tres años.
Sin embargo, Global Exchange critica la nueva normativa
elaborada por los senadores, ya que este protocolo "daba
la impresión a los consumidores de que todo estaba
solucionado", pero después de cuatro años, las compañías
"han roto su compromiso" de terminar de un modo
definitivo con la esclavitud infantil.
A su juicio, la industria "ha mentido" a la hora de
comprometerse con esta nueva normativa, para lo que
había dedicado cinco millones de euros anuales, con el
fin de acabar con la explotación infantil. Este dinero
ha sido considerado por la ONG como "insuficiente" para
una industria que alcanza unas ventas de 13.000 millones
de dólares (11.000 millones de euros) al año.
Agencia Digital de Noticias - @din
27 de octubre de 2005