El Ministerio de Trabajo de Perú dispuso hace varios días la anulación del despido de 500 funcionarios de la filial de Coca Coca. Sin embargo, la empresa se ha negado hasta ahora a cumplir esa resolución.

El conflicto entre los trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores de ELSA (SINATREL) y la empresa se arrastra desde hace varios meses. La situación se originó con la fusión de Coca Cola con Inka Cola, a partir de la cual la nueva dirección de la firma, proveniente de Inka Cola, cesó a unos 500 trabajadores, sobre todo del sector Ventas y Eventos Especiales.

El sindicato reclamó ante las autoridades nacionales por los vicios legales que ese cese representaba, logrando que el jueves 2 de setiembre el Ministerio de Trabajo fallara a su favor y resolviera "desaprobar la solicitud de terminación colectiva de los contratos de trabajo". El ministerio dispuso entonces “dejar sin efecto la suspensión" y "la inmediata reanudación de las labores de los trabajadores afectados con la medida y el pago de las remuneraciones dejadas de percibir durante el tiempo de suspensión, bajo apercibimiento de imponerse sanción económica".

Los plazos de reclamo se han vencido y la empresa, en vez de cumplir con la resolución, ha buscado dilaciones para continuar perjudicando a los trabajadores y obstaculizar las negociaciones por el convenio colectivo.

El martes 14 los trabajadores de SINATREL realizaron una marcha hasta el Ministerio de Trabajo reclamando que las autoridades tomen las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento de sus propias resoluciones. Posteriormente se entrevistaron con la Comisión de Trabajo del Congreso Nacional de Perú, denunciando las maniobras de la empresa y reclamando el acatamiento de las resoluciones emanadas de las autoridades laborales. En caso de que las disposiciones del ministerio no sean acatadas, no les quedará otra opción que radicalizar sus medidas de lucha.

Ariel Celiberti

© Rel-UITA

16 de setiembre de 2004