-¿Cuál fue el objetivo del paro?
-Apoyar la negociación en el Consejo de Salarios que viene
siendo difícil, trabada, y para la cual queda ya poco
tiempo antes de que venza el plazo acordado por el Poder
Ejecutivo. Se realizó un acto asambleario en Montevideo
que fue muy bueno, con alta participación de
trabajadores. La finalidad principal era marcar que
discrepamos con el proceder patronal en el Consejo de
Salarios que tiene dos caras visibles: el Centro
Patronal de Fabricantes de Bebidas sin Alcohol y
Cervezas –que incluye a las aguas embotelladas-, y la
Federación de Transportistas de Bebidas (FETRABE), una
organización empresarial cuyos orígenes fue la
tercerización de las flotas de ventas de todo el sector,
tarea que fue asumida por una nueva empresa integrada
por parte de los trabajadores que quedaban sin empleo.
Como dicen: “No hay peor cuña que la del mismo palo”,
porque nos está costando una enormidad llegar a acuerdos
con ellos de quienes sería de esperar una actitud más
negociadora.
-¿Cuál es la índole de las diferencias?
-Según ellos, el desacuerdo con nuestra Federación se
fundamenta en que sus ingresos son limitados y nuestros
reclamos son infinitos. Explican que el dinero está en
las grandes corporaciones como
Coca Cola
y AmBev,
de las cuales ellos son meramente proveedores
contratados. Nosotros entendemos que la FETRABE intenta
utilizarnos para no enfrentarse directamente con las
patronales y con el gobierno. Nosotros nunca quisimos la
flota tercerizada y seguimos sin quererla. Eso ocurrió
porque fuimos derrotados en un conflicto de hace nueve
años y no pudimos impedirlo. El efecto es que hoy un
trabajador del transporte de bebidas está ganando mucho
menos de lo que debería, o sea que perdió salario y
perdió condiciones de trabajo. Es verdad que no todos
los empresarios fleteros actúan igual. Hay algunos muy
derechos y responsables, pero también tenemos de los
otros.
-¿Y
con el otro interlocutor, la gremial de empresarios del
Centro de Fabricantes?
-Con ellos también tenemos dificultades porque están
utilizando la táctica de dar dilatorias a la
negociación. Pero es importante señalar que en este
Consejo de Salarios hay un elemento novedoso: los
compañeros que han ingresado recientemente a la
Federación y que provienen de las empresas más chicas.
Ellos han sufrido durante muchísimos años no solamente
el pago de salarios miserables, que muchas veces ni
siquiera llegaban al mínimo nacional, también la
persecución sindical porque echaban a todo aquel que
quisiera organizarse y tampoco se respetaba ninguno de
los derechos laborales como horas extras, aguinaldos,
etcétera.
-¿Cuántos son estos nuevos afiliados?
-Estamos hablando de unas 350 personas, a las que habría que
sumarles otras 300 de las bodegas vinícolas que son 280
en todo el país y de las cuales recién tenemos afiliadas
a siete, aunque están las más grandes.
-¿Pueden aportar detalles concretos de la negociación?
-En el subgrupo de las empresas más grandes, donde están
Danone-Salus,
AmBev
y Coca Cola,
la negociación está bastante trancada porque han
planteado incluso no dar nada de recuperación, lo que
para nosotros, junto con la evaluación de tareas, son
los dos puntos más importantes. Con excepción de
Coca Cola,
la evaluación de tareas hay que rehacerla completamente.
Igualmente, los trabajadores de esta empresa estamos
ganando un 15 por ciento por encima de lo que pagan en
las demás empresas. Hace 20 años estábamos todos
nivelados en los ingresos, pero en ese tiempo el salario
del sector se fue deteriorando fuertemente. Aunque en
realidad los que están recibiendo mejores ingresos en
este momento son los trabajadores de las malterías que
han logrado importantes incrementos también por la vía
de ventajas extra salariales como la sociedad médica
para toda la familia, entre otras.
Esta reevaluación de tareas será también muy útil para las
empresas chicas que no tienen nada, todo el mundo hace
de todo. Por eso es importante tener en cuenta que en el
marco del Consejo de Salarios estamos discutiendo
ingresos, pero también categorización y estamos
planteando otras cosas como los beneficios sociales y
otros.
-Pero no queda mucho tiempo…
-Faltan apenas algunos días para que venza el plazo fijado
por el Poder Ejecutivo para cerrar acuerdos en los
Consejos de Salarios. Luego, el gobierno decretará los
aumentos grupo por grupo. Es probable que haya una
prórroga, pero aún así serán sólo 15 días más. Otra cosa
especial en esta negociación es que el gobierno ha
establecido una pauta máxima del 5 por ciento, y si
algún grupo acuerda por encima de eso, el Ministerio de
Economía le pedirá a la o las empresas concernidas que
demuestren cómo financiarán ese aumento sin trasladarlo
a los precios al consumo. La central obrera, el
PIT-CNT,
ha declarado que discrepa con la pauta gubernamental,
pero sabemos que no se podrá ir más allá. En el caso
nuestro, vamos por ese 5 por ciento máximo. Por otra
parte, el gobierno también plantea que en caso de que la
inflación supere los aumentos de salarios, el ajuste se
efectúe dentro de 18 meses, a fin de 2007, mientras que
nosotros planteamos que ese correctivo se aplique
semestralmente.
-¿A
qué se debe esta supervisión de Economía?
-Se supone que se trata de una política oficial para
controlar los precios, la inflación. Pero es la primera
vez que ocurre esto en el Uruguay. Muchas veces
acordamos por encima de las pautas y nunca se planteó
algo así. Ahora todo tiene que pasar por el Ministerio
de Economía para quedar homologado.
-¿Cómo continuará la movilización?
-Esta
próxima semana tenemos nuevamente reunión del Consejo de
Salarios y habrá que ver si avanzamos o no. Si la
situación negativa persiste, evaluaremos en su momento
cómo continuará la movilización. No descartamos ninguna
medida sindical.
Carlos Amorín
©
Rel-UITA
12 de setiembre de 2006 |
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