Hace tiempo que nos venimos ocupando del
grupo peruano
AJEPER
-posteriormente
Grupo
AJE (AJEGROUP)-
no obstante recordemos algunos datos:
En
Perú
ha logrado captar 20 por ciento del mercado local de bebidas
gaseosas, cuenta con ocho plantas y acaba de inaugurar una
en
Lima
para la elaboración de cerveza, que lanzó al mercado con la
marca Franca. También opera en
Costa Rica,
Ecuador,
Guatemala,
México,
Nicaragua,
Venezuela
y
Tailandia.
Sus marcas más conocidas son Kola Real, Big Cola
y la de cerveza Big Chela en
México.
Al Grupo
AJE le agrada mostrarse como ejemplo exitoso de un
emprendimiento familiar -propiedad de la familia Añaños-
capaz de competir con las marcas mundiales de bebidas
gaseosas y de convertirse en una transnacional en pleno
crecimiento, lo cual no significa, como veremos a
continuación, que resulte ejemplar como empleador.
El pasado
octubre, los trabajadores de AJEPER obtuvieron del
Ministerio de Trabajo del Perú el reconocimiento de la Junta
Directiva de su sindicato para el periodo 2007/2009. El
Sindicato de Obreros de Embotelladora San Miguel del Sur
S.A.C., reactivó sus actividades impulsado por la
problemática laboral que ocurre en esta planta ubicada en
Arequipa, ciudad serrana próxima a la de Ayacucho, cuna de
los Añaños. Los miembros del Sindicato denunciaron a
la Rel-UITA que la empresa no respeta algunos
derechos laborales fundamentales como el descanso semanal y
la jornada máxima de trabajo. Y agrega que la mayoría de los
trabajadores perciben el salario mínimo. Al parecer, cuando
de explotación se trata, la condición de “paisano” no tiene
ninguna importancia para los Añaños.
Al percibir solamente el salario mínimo legal los
trabajadores, para aumentar su remuneración mensual
comenzaron a trabajar diariamente -incluyendo los domingos-
por lo menos doce horas. Con el resultado que ahora las
horas extras y trabajar en el día de descanso semanal, se
transformó en obligatorio. Si los trabajadores deciden no
efectuar sobretiempo o gozar de su día de descanso, se les
amenaza con no otorgarles más horas extras ni trabajo los
domingos. El Sindicato reclama el fin de este sistema de
explotación a través del instrumento de la negociación
colectiva.
El
Sindicato también mencionó el caso de sus afiliados Mauro
Quispe Choque y Wilfredo Rolando Valdivia Tito,
quienes al optar por no trabajar un domingo fueron
trasladados de su lugar habitual de trabajo, donde
realizaban una labor técnica, a otro donde realizan labores
manuales cargando bultos. El Tribunal Constitucional que
trató el caso determinó que la reducción de categoría, como
en este caso, vulnera el principio de razonabilidad, la
propia dignidad de la persona, así como el derecho al libre
desarrollo y al bienestar social.
Como si todo
lo anterior fuera poco, el Sindicato también denuncia que la
empresa, conociendo su reorganización y el aumento del
número de afiliados, ha iniciado una labor de presión y
amenazas a los trabajadores con el fin de lograr su
desafiliación.
La violación
de las leyes peruanas y de los convenios de la OIT
ratificados por ese país no es algo nuevo para el grupo
AJEPER. En febrero del 2005, se fundó en la ciudad de
Lima el Sindicato Nacional de Trabajadores Obreros de
AJEPER S.A. y la empresa logró despedir a todos los
trabajadores, desarticulando al Sindicato. Actualmente se
encuentran en trámite cerca de treinta procesos judiciales,
sin que hasta ahora se haya logrado la reposición de los
trabajadores despedidos.
La
Rel-UITA,
se
dirigió al Sr. Jorge Rolando Añaños Jeri,
gerente general de Embotelladora San Miguel del Sur S.A.C.,
expresándole, entre otros conceptos, lo siguiente: La
UITA, junto a sus 373 organizaciones afiliadas en 122
países, quiere manifestarle que el Sindicato de Obreros
de Embotelladora San Miguel del Sur S.A.C., cuenta con
nuestro respaldo internacional, al tiempo que
permaneceremos alerta a la evolución de la situación en
esta planta hasta que cesen las persecuciones y las
represalias, se respeten los derechos laborales y humanos de
los trabajadores, empezando por su derecho a organizarse
sindicalmente y a no trabajar más allá de lo que marca la
ley, y se establezcan rápidamente las bases para iniciar una
negociación racional.