La empresa Fomento Económico
Mexicano S. A. (FEMSA), la mayor compañía de bebidas en Latinoamérica, vendió a
mediados de enero su negocio de cerveza a la holandesa Heineken, por 7.347
millones de dólares. Sirel conversó con Eduardo Esquivel, dirigente del
Sindicato de Trabajadores de la Industria Embotelladora (STIE), quien comentó
las repercusiones que tendrá esta adquisición para los trabajadores.
El acuerdo
consiste en un intercambio de acciones por medio del cual FEMSA se
desprende de su subsidiaria cervecera
Cuauhtémoc Moctezuma,
por una participación de 20 por ciento de acciones en el grupo
Heineken
y mantiene a su director José Antonio Fernández.
Consultado por
Sirel, Eduardo Esquivel, comentó que “en la cervecera
Cuauhtémoc Moctezuma,
por el momento, continuarán los mismos Contratos Colectivos y el mismo
sindicato, lo único que cambia es la parte administrativa. Esperemos que el
comportamiento de la transnacional con los trabajadores y sus derechos sea
positivo”.
Según
Esquivel, “esta es una de las mayores operaciones de la historia corporativa
de México que combinará las 35 marcas de
FEMSA
Cerveza:
Dos XX, Sol, Indio y Tecate (que pasará a llamarse “Tekate”), con la plataforma
global de distribución de
Heineken,
y sus marcas, Amstel y Cruzcampo entre otras y
alcanzará una producción anual de
20.000 millones de litros de cerveza”
Esta es una asociación
estratégica, práctica muy común en el mercado actualmente, basta con recordar la
fusión entre Anheuser-Busch (productora de
Budweiser)
e InBev a fines del 2008, que
conformó la mayor cervecera del planeta.