Fallo durísimo contra la multinacional McDonald´s
Un combo de mano de obra
Un
tribunal porteño sobreseyó a dos pasantes acusados de falso
testimonio por la hamburguesería. Los dos jóvenes habían
declarado en un juicio laboral que no eran pasantías sino
trabajo en negro.
Se trataba lisa y llanamente de una verdadera explotación,
señalaron en su fallo los jueces.
En un juicio por “falso testimonio” contra dos ex pasantes de la
firma McDonald´s, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 22
de la Capital Federal, además de absolver en fallo dividido a
los imputados, criticó el manejo que hizo la hamburguesería en
lo que respecta a la forma de contratación de los jóvenes. Los
dos pasantes, Johanna Thiele y Pablo Abal, fueron llevados a
juicio luego de haber sido testigos en un proceso laboral que la
empresa perdió contra una ex compañera de los dos nombrados. En
esa causa, la ex empleada logró demostrar que las pasantías, en
lugar de servir para aprender un saber específico, sólo eran una
forma de encubrir una relación laboral en negro. Luego de
sostener que no es posible demostrar que Thiele y Abal hayan
declarado con falsedad en el juicio anterior, los dos jueces
que, por mayoría, absolvieron a los pasantes, aseguraron en
cambio que con la falacia de las pasantías se lograba una mano
de obra que, o bien resultaba barata -si acaso se pagaba en
negro- o, de lo contrario, se trataba lisa y llanamente de una
explotación que, suponemos, debía ser aceptada por los jóvenes
con la esperanza de convertirse en empleados efectivos de
McDonald´s.
En el juicio penal, los jueces Héctor Vecino y Diego Peres, del
Tribunal Oral Nº 22, se pronunciaron a favor de la absolución de
los imputados por supuesto falso testimonio, mientras que la
otra integrante del cuerpo, Patricia Cusmanich, se expidió a
favor de la condena. Los miembros de la mayoría sostuvieron en
el fallo que “no se entiende la razón por la que habríamos de
sorprendernos que una empresa sea capaz de realizar pagos fuera
de todo registro, cuando a la vez se ha comprobado que para
abaratar indebidamente sus costos (la empresa) ha recurrido a un
fraude laboral de proporciones”, al tener trabajadores en negro,
como se determinó en el juicio laboral anterior.
Los jueces de la mayoría dejaron sentado que la
razón de ser de una pasantía pasa por la utilidad
que para el joven tenga el aprendizaje que realiza.
Y subrayaron que ese provecho no se advierte de
ninguna manera si la naturaleza misma de las
funciones desarrolladas -recibir pedidos, preparar
hamburguesas, limpiar los baños y sonreír, sobre
todo sonreír permite descartar que su realización
pudiera contribuir al enriquecimiento del supuesto
educando. |
Sobre el presunto falso testimonio, Vecino y Peres coincidieron
en que no era posible asegurar con pretensión de certeza que los
aquí acusados hayan declarado falsamente en el juicio laboral.
Esa fue la decisión, a pesar de que se dejó constancia de que
ambos habían incurrido en algunas contradicciones. Después, los
jueces de la mayoría dejaron sentado que la razón de ser de una
pasantía pasa por la utilidad que para el joven tenga el
aprendizaje que realiza. Y subrayaron que ese provecho no se
advierte de ninguna manera si la naturaleza misma de las
funciones desarrolladas -recibir pedidos, preparar hamburguesas,
limpiar los baños y sonreír, sobre todo sonreír permite
descartar que su realización pudiera contribuir al
enriquecimiento del supuesto educando.
Los magistrados interpretaron que los dos jóvenes dieron su
primer paso en el mundo adulto de la mano de sus maestros y de
quien aquí querella (por la firma McDonald´s), altos
referentes que al hacerles firmar estos falsos contratos de
pasantía efectivamente les enseñaron algo: el mundo de la
hipocresía en el que las cosas no se llaman por su nombre. En
ese punto se dejó constancia de que con la falacia de las
pasantías se lograba una mano de obra que, o bien resultaba
barata si acaso se pagaba en negro o, de lo contrario, se
trataba lisa y llanamente de una verdadera explotación que,
suponemos, debía ser aceptada por los jóvenes con la esperanza
de convertirse en empleados efectivos .
La jueza Cusmanich, en cambio, consideró probado que Thiele y
Abal fueron desmentidos por otros testigos que desfilaron por el
juicio laboral, algunos de los cuales hasta llegaron a negar que
la joven, que finalmente le ganó el pleito a McDonald´s,
hubiera trabajado con ellos en el local Liniers Plaza Shopping.
La multinacional denunció a los dos jóvenes imputados de haber
declarado falsamente que percibían dinero en negro por las
pasantías. Los otros dos jueces opinaron lo contrario.
McDonald´s fue condenado el 22 de junio de 2005 por un
tribunal laboral en una causa por despido que había entablado
otra joven, quien dijo que la pasantía supuestamente gratuita
encubría un contrato de empleo . Al desestimar la querella por
falso testimonio , los dos jueces de la mayoría afirmaron que si
los jóvenes no iban a aprender sino a trabajar, si lo hacían
seis veces a la semana por un mínimo de cuatro o cinco horas que
se incrementaban en los días no laborables, y si esa situación
se mantenía durante muchos meses y en algún caso hasta por años,
no resulta absurdo pensar que tal vez la empresa haya tenido que
incrementar la magra cifra de alrededor de 150 pesos (50
dólares) mensuales que se reconoce haber abonado graciosamente
en concepto de asignación estímulo . La mayoría dejó sentado,
además, que en el juicio anterior los dichos de los dos jóvenes
acusados de falso testimonio no habían sido tomados en cuenta a
la hora de condenar a McDonald´s a pagar una
indemnización de la pasante que era en realidad una trabajadora
en negro.
Tomado de Página 12
14 de noviembre de 2006
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