Nueva York: nada feliz por
“El Barrio”
|
Ilustración publicada en TIME, 2 de
setiembre de 2002 |
|
McDonald's
será demandada por dos familias del popular Bronx que
consideran que la transnacional es responsable de la
obesidad y otros problemas de salud que presentan sus hijos.
Alegan que en su marketing agresivo dirigido particularmente
a los niños, McDonald's no los “previno en forma
clara y visible sobre los ingredientes y el alto tenor
calórico de sus platos”.
La demanda correrá su curso luego de que en febrero la Corte
de Apelaciones del segundo distrito de Nueva York anulara un
fallo emitido en setiembre de 2003 que la había rechazado,
aduciendo que podría ocasionar grandes daños financieros a
McDonald's.
Los padres de Jazlyn Bradley y Ashley Pelman denunciaron que
sus hijos consumieron los productos de McDonald's
entre tres y cinco veces por semana durante años, y
desarrollaron diabetes, obesidad, problemas cardíacos y
altos niveles de colesterol.
Esto sucede en un país en el cual el 90% de los niños de
entre tres y nueve años de edad visita un McDonald's
todos los meses, uno de cada cuatro es obeso y las papas
fritas constituyen el 25% de todos los vegetales que
consumen.
1
Inglaterra: entre los
derechos de la
hamburguesa y los derechos
humanos
La Corte Europea de Derechos Humanos falló a favor de Helen
Steel y David Morris, dos ambientalistas británicos que
McDonald's enjuició por difamación en 1994. La
resolución emitida el 16 de febrero establece que el
gobierno británico violó los derechos humanos de los citados
activistas “al no proveerles asistencia financiera para
tener una representación justa en el proceso judicial y al
no respetar su libertad de expresión”. Asimismo, la Corte
“determinó que se había violentado la libertad de expresión
de estos ciudadanos”.
McDonald's,
que en 2004 envió unos libritos a 17 millones de británicos
con el fin de revertir la imagen negativa de los últimos
tiempos, enjuició a Steel y Morris por distribuir folletos
donde se criticaba la calidad de sus productos, sus métodos
de producción y las condiciones laborales de sus empleados.
El juicio, internacionalmente conocido, generó un movimiento
de acciones y protestas en otros países contra la
transnacional. Sin embargo, la compañía ganó el caso tras
dos años y medio de audiencias. En junio de 1997 los
tribunales británicos condenaron a Steel y Morris a pagar
una compensación que, tras la apelación, sumaba entre ambos
unos 121.000 dólares, suma que nunca abonaron.
Los activistas argumentaron que al negárseles asistencia
legal no contaron con una representación justa, por lo que
ambos tuvieron que defenderse por sí mismos frente al
experimentado equipo de abogados que contrató McDonald's.
Ahora, la Corte Europea de Derechos Humanos condenó al
gobierno británico por no haber garantizado un juicio justo,
y siguiendo el Convenio Europeo de Derechos Humanos, los
siete magistrados que actuaron en Estrasburgo estipularon el
pago de 26 mil dólares a Helen Steel y 19.500 dólares a Dave
Morris, en calidad de daños morales y 61.600 más para
costear sus gastos.
Seguramente malas noticias para Tony Blair y su estructura
política, que en 2001 aceptó el patrocinio de McDonald's
para la conferencia anual del Partido Laborista. Quizás su
preferencia por las hamburguesas explica el elevado
colesterol político que padecen los laboristas ingleses.
California: el engaño y las patas cortas de
McDonald's
“En 2000 los estadounidenses gastaron unos 110 mil millones
de dólares en comida rápida, más que en la enseñanza
universitaria o los automóviles, y 20 veces más que en 1970.
Hace 20 años tres cuartas partes del dinero gastado en
alimentos en Estados Unidos se utilizaba en comidas caseras,
ahora la mitad se gasta en restaurantes, principalmente los
de comida rápida”, informa el escritor estadounidense
Schlosser en su libro “Fast food America”. Estos
cambios en el hábito alimentario y la inescrupulosidad
empresarial se unen para dinamitar la salud de millones de
personas, no obstante en los últimos años la indignación y
la acción de diferentes grupos están sacando a la luz
pública todo lo insano que hay en el mundo McDonald's.
En febrero pasado McDonald's aceptó pagar 8,5
millones de dólares para evitar un juicio por la demanda
presentada en octubre de 2003 por la organización “Ban Trans
Fat”, de California, organización que un año antes lograra
que la transnacional Kraft
Foods retirara las
grasas insaturadas de sus snacks, entre ellos de las
galletas Oreo, muy populares en Estados Unidos.
En 2002 McDonald's anunció públicamente el retiro
progresivo de los aceites hidrogenados en la elaboración de
las papas fritas, lo cual hace que todos sus productos
fritos registren un alto contenido innecesario de ácidos
transgrasos, “potentes
promotores de enfermedades cardíacas”.
En una carta pública dirigida a
Mike Roberts,
CEO de
McDonald's
en Estados Unidos,
la ONG TransFreeAmerica
cita al catedrático
Walter Willett de la Universidad de Harvard,
para quien “estas
grasas son un veneno para el metabolismo, ya que aumentan el
colesterol 'malo' y reducen el 'bueno'. Causan decenas de
miles de muertes cada año por problemas cardíacos”.
La carta, publicada en setiembre,
ocupó una página entera del New
York Times y también hacía referencia al Instituto de
Medicina quien consigna que “cualquier cantidad de estas
grasas hidrogenadas constituyen un riesgo de problemas
cardíacos y deberían ser mínimas”.
|
Sitio Web de la película "Super Size Me" |
|
La revista especializada en alimentos y salud,
Food Magazine, comenta que la carta difundida por
TransFreeAmerica se enmarca en una campaña de denuncia y
sensibilización contra
McDonald’s en California por “avisos falsos con respecto
al uso de aceite de cocina hidrogenado”. La campaña advierte
que en Estados Unidos la sustitución en la alimentación de
grasa parcialmente hidrogenada evitaría unas 30.000 muertes
prematuras por enfermedades coronarias por año, y las
pruebas epidemiológicas indican que la cantidad de muertes
prematuras anuales son cerca de 100.000.
Según Food Magazine, “En marzo de 2003 Dinamarca fue el
primer país que introdujo restricciones en el uso de aceites
con ácidos transgrasos. Todo producto que contenga más del
2% de aceites y grasas con ácidos trangrasos está
actualmente prohibido en el mercado danés”.
McDonald’s
pagará 7 millones de dólares a la Asociación Americana del
Corazón, destinados al financiamiento de una campaña de
sensibilización a los consumidores, y 1,5 millones en
informar sobre el estado de sus esfuerzos para retirar los
“trans fat” de sus productos. ¡Me engrasa!
Gerardo Iglesias
© Rel-UITA
29 de marzo de 2005
1
Eric Schlosser, “Fast food America”.
Publicado por Houghton Mifflin. Enero, 2001.