¡Patente revocada!
El
monopolio de Monsanto anulado en Munich
Más vale tarde que nunca
La Oficina Europea de Patentes (EPO) puso
un alto a la avaricia corporativa de Monsanto el pasado 3 de mayo, al
revocar su patente total sobre los frijoles de soja genéticamente
modificados (EP0301749), una patente sin precedentes por su enorme alcance. El Grupo ETC, organización de la sociedad civil con sede en
Canadá, ganó la batalla legal contra Monsanto después de 13
años, contra una patente de especie sobre los frijoles de soja, cuando la
EPO sentenció que la patente no era nueva o suficiente (es decir, el
paso inventivo argumentado no era lo suficientemente claro o contundente
para que un especialista pudiera reproducir). La demanda contra la patente
estuvo respaldada por Greenpeace y por la red europea No Patents on Life. La
Dra. Ricarda Steinbrecher de Econexus, con sede en Reino Unido,
se unió al equipo contra la patente como experto científico.
La patente fue vigorosamente cuestionada por la
misma Monsanto, hasta que la compañía adquirió a la empresa que
originalmente la poseía, Agracetus, en 1996. La tecnología descrita en la
patente ahora revocada se utilizó junto con otras patentes del portafolio de
Monsanto, para lograr el control del 90% del mercado de soja
transgénica. (Para mayor información, ver el comunicado del Grupo ETC
"Patente de Monsanto sobre soja cuestionada legalmente en Munich",
del 1 de mayo de 2007.
"Es vergonzoso que la Oficina Europea de Patentes
tardara 13 años en anular la patente inmoral de Monsanto, que fue
revocada en última instancia con argumentos técnicos. Aunque estamos
tranquilos porque esta patente de especie, sobre todos los frijoles de soja
transgénica -tanto semillas como plantas- fue proscrita, el que tardara más
de una década demuestra lo inservible del sistema de patentes. ¡Esta patente
iba a expirar igualmente dentro de un año!", dijo Hope Shand, que
representó al Grupo ETC en Munich.
"Es particularmente satisfactorio" dijo Shand,
"que los propios argumentos que Monsanto esgrimió en 1994 contra la
patente fueran la clave para lograr su anulación." Uno de los científicos de
alto nivel de Monsanto dio testimonio en 1994 de que el proceso de
ingeniería genética descrito en la patente era insuficiente para permitir a
un especialista que lo pudiera replicar, un criterio necesario para la
patentabilidad.
El Grupo ETC, que entablo una demanda legal
contra la patente en 1994 (cuando era RAFI) estuvo representado en Munich
por el inglés Daniel Alexander, abogado de instancias superiores, y
por Tim Roberts, abogado especialista en patentes, de Brookes
Batchellor, LLP.
Según Tim Roberts, "es muy satisfactorio
que el Buró Europeo de Apelaciones revocaraesta patente por completo. Esta
decisión es un mensaje para los propietarios (de patentes) codiciosos, pues
no se debe reclamar aquello a lo que no tenemos derecho."
Experto en patentes, el Dr. Christoph Then
de Greenpeace comentó también sobre el resultado de la audiencia del 3 de
mayo: "La decisión de la EPO de descartar la patente tendrá
implicaciones para Monsanto y para la propia EPO. Ya se
demostró que la Oficina de Patentes está otorgando patentes que cubren
amplios sectores de la diversidad agrícola sin un paso inventivo verdadero
que las respalde", afirmó.
Ruth Tippe
de la red europea No Patents on Life asegura que "es un paso importante
contra las patentes sobre semillas porque demuestra que la sociedad civil
mantendrá la lucha y en última instancia puede triunfar contra poderosas
multinacionales."
Según la Dra. Richarda Steinbrecher de
Econexus, "La patente de Monsanto no podía sobrevivir por sus propios
méritos científicos. Era una patente totalmente mal planteada, tanto desde
el punto de vista moral como técnico."
La multinacional Syngenta también
argumentó el 3 de mayo contra la patente. Si bien la pericia técnica de sus
expertos pudo contribuir a la revocación de la patente, la sociedad civil
considera cínica su participación en la audiencia. En enero de 2005, el
Grupo ETC informó de tres solicitudes de patentes de Syngenta que
también pretendían cubrir un espectro amplísimo de diversidad genética,
sobre secuencias que abarcaban al menos 40 especies. A pesar de que
Syngenta dijo que abandonaría la lucha legal para validar sus patentes,
las tres solicitudes parecen estar activas en la Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual.
Esta no es la primera batalla que gana el Grupo
ETC contra patentes sobre especies. Otra patente de Agracetus, otorgada por
la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos en
1992, que reclamaba todas las variedades de algodón transgénico, fue
revocada en India y en Estados Unidos también en 1994.
Sin embargo existen otras patentes de gran
alcance y sumamente injustas que deben revocarse. Está la demanda legal
contra la patente sobre el frijol Enola, US No. 5 894 079, otorgada a una
variedad de frijol amarillo genéticamente idéntico a una antigua variedad mexicana.
Esta
demanda lleva ya siete años.
Boletín
Grupo ETC
15 de mayo
de 2007