El
secretario general de la Federación de Trabajadores de
la Alimentación, Agroindustria, Turismo,
Servicio-Comercio y Conexos de Nicaragua (FUTATSCON)
realizó una gira por Italia difundiendo la situación
de Parmalat Nicaragua, donde después de un escándalo
financiero local que se agregó al global, la empresa
despidió a varios trabajadores que estaban
formalizando un sindicato. La llegada de Marcial a
Italia estuvo precedida por una intensa campaña de
solidaridad internacional lanzada por la Secretaría
Regional Latinoamericana y la Asociación
Italia-Nicaragua.
-¿Cómo valoras tu reciente gira por Italia
difundiendo el conflicto en Parmalat Nicaragua?
-Creo que la gira fue un éxito porque el 15 de
noviembre se logró el objetivo de reunirse con Paolo
Aceto que es el gerente de Recursos Humanos de la
transnacional
Parmalat. Abordamos el tema del
despido de los compañeros en Nicaragua, y él manifestó
que no deseaba que hubiese vencidos ni vencedores en
esta lucha. Aseguró que va a sugerir que retomen las
negociaciones en Managua y dejó entrever la
posibilidad de llegar a un acuerdo. Pienso que hay
posibilidades de que se reintegre a los compañeros
despedidos.
-¿Cómo se desarrolló la entrevista?
-La reunión empezó con mucha tensión, pero
después el ambiente se fue relajando y terminamos muy
tranquilos. Primero le mostramos toda la documentación
que habíamos llevado y pareció que él no tenía toda la
información adecuada. Después de revisar juntos la
documentación parecería que lo convencimos de llegar a
un acuerdo. Creo que fue un logro poder entrevistarse
con él que hacía apenas tres días había recibido a
nuestro secretario general, Ron Oswald. Además, la
reunión estaba prevista para que durara 15 minutos
pero en realidad se extendió por mucho más tiempo.
Aceto nos reprochó que primero habíamos atacado a la
empresa desplegando una campaña internacional y recién
después acudíamos al diálogo. Le contestamos que en
Managua habíamos solicitado una entrevista con el
señor Borgogna, encargado de la planta, pero se había
negado a recibirnos; como tampoco quiso reunirse con
nuestro secretario regional, Gerardo Iglesias, por lo
cual consideramos que la responsabilidad fue de él.
Finalmente concluimos en que lo mejor sería alcanzar
un acuerdo amigable por el cual no habrá gritos de
victoria destemplados de parte de nadie. Le aclaré que
a campaña iba a continuar hasta tanto no lleguemos a
una solución concreta.
-¿Qué otras instituciones apoyaron la
gira?
-Desde mi llegada a Roma, el 10 de noviembre, fui
recibido por la Asociación Italia-Nicaragua que está
colaborando desde hace 25 años con diversas
organizaciones sociales nicaragüenses como la lucha de
los trabajadores del banano damnificados por el
Nemagón, a los sindicatos de las maquilas y ahora a
nosotros. Ellos habían armado un programa de
actividades. En Roma me reuní con el senador Luigi
Malabarba, con el secretario nacional de la Federación
de Agroindustrias de la Alimentación de Italia, en
Milán me entrevisté con los sindicatos de Parma y con
el sindicato de
Parmalat.
Todas mostraron interés en respaldar nuestra lucha
contra los despidos de nuestros compañeros y en
defensa de los derechos sindicales en
Parmalat
Nicaragua. Surgieron algunas iniciativas que apenas he
hablado con el secretario regional de la UITA, de
hacer un encuentro entre los trabajadores de
Parmalat
de América latina y los de
Parmalat
Italia. Tal vez eso se pueda concretar en el marco del
Foro Social Mundial que se celebrará en Porto Alegre,
y allí podríamos elaborar una estrategia sobre la
relación que mantendremos con esta empresa, sobre todo
ahora que después de la quiebra no tenemos ninguna
garantía de conservar nuestras fuentes de trabajo. Es
una buena iniciativa y habrá que estudiar la
posibilidad de concretarla.
Por otra parte, Enrico Bondi, actual interventor
extraordinario del gobierno italiano en la empresa,
presentó el 13 de noviembre un protocolo de convenio
que fue firmado por el Ministerio del Trabajo
italiano, el Ministerio para las Actividades
Productivas y la Oficina para Empresas en Estado de
Crisis, los socios propietarios de
Parmalat, así como los representantes de los tres
sindicatos presentes en la empresa: la FAI, la FLAI y
la UILA.
Este acuerdo responde al plan industrial que
ellos piensan desarrollar a partir del próximo año. Si
todas las partes aceptan la propuesta elaborada por el
señor Bondi, entonces el Estado italiano se retirará
de la empresa regresando así
Parmalat
bajo la égida de los socios privados. Esto abarca a
los sindicatos que están fuera de la jurisdicción de
Italia.
-¿Cómo es eso exactamente?
-Dice concretamente que “Es también interés de
las partes definir esos criterios y establecer rangos
para que también las otras empresas del grupo que
actúan bajo jurisdicciones diferentes de Italia,
deberán conformarse compatiblemente con los intereses
legales y contractuales que se puedan aplicar, en
gestionar situaciones idénticas activando mesas de
negociación en cada país con las organizaciones
sindicales reconocidas. Las partes están conscientes
de la adquisición de un nivel adecuado de consenso
logrado a través de la negociación con las
organizaciones sindicales constituye un elemento
indispensable para realizar el plan industrial”. Este
puede ser el marco de trabajo para ese posible
encuentro entre organizaciones sindicales
latinoamericanas e italianas, con miras a asumir en el
futuro posiciones comunes ante determinados
obstáculos.
-¿Cuál es la situación de los trabajadores
de Parmalat Italia?
-Después de la crisis todas las organizaciones
sindicales se unieron en función de defender los
puestos de trabajo. La empresa se encuentra ubicada en
un pequeño pueblo de la provincia de Parma. Cuando se
produjo la quiebra el alcalde de ese pueblito junto
con los trabajadores y productores de la zona,
hicieron una gran marcha ante la planta de
Parmalat,
y a partir de ahí los trabajadores han permanecido
unidos buscando la manera de no perder el empleo. En
estos momentos, cuando existen posibilidades de que la
empresa regrese a manos privadas, firman entonces este
acuerdo para que se respeten las condiciones mínimas
de trabajo, la estabilidad laboral y que cualquier
despido que pueda haber como parte del proceso del
plan industrial que afecte a los trabajadores, estos
se vayan con “buenos amortiguadores sociales”. Por
tanto, ellos se sienten confiados en que se respetará
la estabilidad laboral. En la reunión que mantuvimos
quedó claro que los trabajadores latinoamericanos
estamos dispuestos a solidarizarnos con los italianos
si es que ellos tuvieran el mismo tipo de problema que
padecemos en Nicaragua.
-¿Cómo ha repercutido esto en Nicaragua?
-Llegué el 18 de noviembre a Managua y al día
siguiente iniciamos los contactos con los compañeros e
inmediatamente pedí una reunión con la señora Norma
Medina, gerente de Recursos Humanos de
Parmalat
Nicaragua. Nos hemos reunido con la Junta Directiva
del sindicato y ellos están optimistas con respecto a
la posibilidad de restituir a los compañeros
despedidos, estamos en proceso de afiliación de los
trabajadores que aún no se afiliaron y elaborando el
petitorio que seguramente comenzaremos a negociar a
comienzo del año entrante. Hay mucho optimismo y la
empresa se ha visto obligada a mantener relaciones
normales con el sindicato. Está la promesa de que el
martes 30 de noviembre habrá una respuesta con
respecto a los despidos.
No quiero terminar esta entrevista sin mencionar
el reconocimiento que nuestra Federación de la
Alimentación y los trabajadores de
Parmalat
tenemos hacia la UITA, a los sindicatos y
organizaciones afiliadas, y especialmente a los
sindicatos italianos y la Asociación Italia-Nicaragua
porque todos nos han apoyado muchísimo en esta lucha
por la libertad sindical. Agradecemos a la SID de
Dinamarca, a la LO de Noruega y demás sindicatos que
han estado pendientes de esta lucha y la apoyaron
incondicionalmente en Nicaragua.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
29 de noviembre de 2004