Los
sectores público y privado de numerosos países han
desatendido sectores claves como la educación, la
alimentación y los derechos humanos, y han hecho apenas "la
mitad de lo necesario para
construir un mundo más estable y próspero", según un
informe divulgado hoy por el Foro Económico Mundial.
El estudio encargado por esa organización en colaboración con
Iniciativa por una Gobernabilidad Global señala que aunque
la responsabilidad recae en los gobiernos, la participación
activa del sector privado es fundamental para alcanzar las
metas sociales.
Según el estudio, la contribución del sector privado podría
ser mayor mediante el desarrollo de bienes y servicios
accesibles a los pobres.
El documento se ha dado a conocer en la misma semana que esta
organización privada celebra en la ciudad alpina de Davos su
reunión anual, en la que participarán 2.250 líderes
políticos y empresariales de 96 países, incluidos un
centenar de empresarios incluidos entre los 500 más ricos
del mundo.
Asimismo, propone a los empresarios extender sus actividades
filantrópicas, como programas para dar acceso a tratamientos
contra el sida o para extender el aprovisionamiento de agua
en localidades de países en desarrollo que carecen de este
servicio.
Otra sugerencia que se hace a las empresas es efectuar
inversiones de tipo social en las áreas que correspondan a
la experiencia y activos de cada compañía.
Propone también que las corporaciones asuman un compromiso en
el diálogo público para la implementación de políticas
públicas y el reforzamiento institucional de los países en
los que están presentes.
El informe relata ejemplos de empresas que "asumen sus
responsabilidades con seriedad", pero precisa que "ellas
representan sólo una pequeña fracción del sector privado".
En ese sentido, la conclusión del informe es que "los líderes
mundiales están rompiendo su promesa de enfrentar los
problemas mundiales relacionados con la pobreza, la paz y la
protección del medio ambiente".
No obstante, también sugiere que 2005 puede ser "un año de
cambio, especialmente si las energías del sector privado son
aprovechadas de manera más efectiva".
En ese sentido, señala que el seísmo ocurrido en el sudeste
asiático el pasado 26 de diciembre "ha sido la primera
verdadera catástrofe mundial, superando cualquier otro
evento en emoción y solidaridad y demostrado que enfrentamos
riesgos comunes y que tenemos responsabilidades
compartidas".