El boom
de la caña de azúcar en Brasil, producto de las
expectativas
creadas por el etanol, moviliza a las empresas
Una de ellas es la transnacional japonesa Ajinomoto,
no solamente dedicada a producir condimentos y saborizantes
ya que también cuenta con una división llamada Ajinomoto
Fertilizantes. Esta división, que produce
fundamentalmente fertilizantes foliares -se aplican en las
hojas de las plantas- está abocada a la búsqueda de
productos específicos para la caña.
Los excelentes resultados obtenidos por Ajinomoto en
Brasil, la llevaron a instalar fábricas de
fertilizantes en Perú y Tailandia. En
Brasil posee cuatro fábricas y la que produce
fertilizantes se encuentra ubicada en el municipio de
Limeira en el interior de São Paulo. En siete
años, la empresa pasó de producir 10 mil litros de
fertilizantes foliares al año a los actuales 1,5 millón de
litros, con una expectativa de crecer 50 por ciento durante
el próximo año.
Otra compañía que está invirtiendo fuerte en el sector
sucroalcoholero es Cargill, a través de su división
de fertilizantes Mosaic instalada en el polo
petroquímico de Cubatão en São Paulo. El
primer producto de la división salió al mercado hace dos
años y ahora acaba de invertir el equivalente a 964.436
dólares en el producto denominado ATR que saldrá a la
venta el próximo año y que, según sus técnicos, aumentará
hasta 10 por ciento la productividad de los cañaverales.
Además, Mosaic está importando de su casa matriz en
Estados Unidos la tecnología bautizada P2P,
que analiza grandes áreas agrícolas a través de satélite
para ofrecer fertilizantes de acuerdo con el nivel de
degradación del suelo y la edad de las plantas, los que
varían hectárea por hectárea. La tecnología ya se utiliza en
Estados Unidos en el maíz y se la está adaptando a
las necesidades de la caña brasileña. La compañía espera que
la novedad esté disponible en Brasil en el año 2009.
En
Montevideo,
Enildo Iglesias
© Rel-UITA
26 de septiembre de
2007 |
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