El III
Encuentro Internacional de Trabajadores y
Trabajadoras de Unilever tuvo lugar en São Paulo
los días 3 y 4 marzo. En esa ocasión, Sirel
dialogó con la vicepresidenta del Comité
Ejecutivo Latinoamericano de la UITA y
secretaria de educación de la Federación de
Trabajadores de la Industria de la
Alimentación de São Paulo (FETIA/SP)
-¿Cómo evalúas este Encuentro?
-Este Tercer Encuentro es fruto de un proceso
muy importante en la estrategia que viene
desarrollando la Rel-UITA de coordinar a
las organizaciones sindicales de las
transnacionales en Federaciones
Latinoame-ricanas, algo que no tiene precedentes
en la historia del movimiento obrero de nuestra
región.
Creo que hoy hemos dado un paso muy importante
para que las organizaciones que representan a
esta transnacional constituyan una federación.
En estos dos días de trabajo hemos avanzado en
la construcción de un espacio de acción unitario
en Brasil.
Nuestra Regional de América Latina se
viene fortaleciendo a través de una acción
política de cambios estratégicos en la
estructura sindical. Pienso que ésta es la gran
bandera que tenemos que seguir llevando adelante
para estar más fuertes y poder contraponer
nuestra organización ante las transnacionales.
Sólo trabajando de manera unitaria, con banderas
claras, con propuestas concretas,
independientemente de las opciones políticas de
cada organización, manteniendo unido al
movimiento sindical es que podremos enfrentar
con éxito a estas empresas globales.
Al fin, nada mejor que aquella antigua máxima de
“¡Trabajadores del mundo, uníos!”
-¿Por qué está disminuyendo
drásticamente la cantidad de mujeres empleadas
en el mundo laboral?
-Sabemos que en casos de crisis los empleos más
vulnerables son los de los jóvenes y las
mujeres, y ahora se viene agregando otro factor,
y es que las personas con más de 40 años también
son incluidas entre los primeros despidos.
Las empresas están configurando una masa de
trabajadores hombres de entre 25 y 40 años. Esto
también es una forma de diseñar la sociedad. A
pesar de la tan mentada responsabilidad social,
los empresarios olvidan que la mujer es la que
pone a los niños en el mundo, y que esa es una
función dignísima y primordial en la sociedad y
no debe ser razón de discriminación. Debemos
exigir que se redireccione el empleo para
recuperar el espacio de las mujeres en el mundo
del trabajo que es, al mismo tiempo, un espacio
para el ejercicio de la plena ciudadanía.
Se argumenta en su contra que las mujeres no
tienen disponibilidad para realizar procesos de
capacitación ni horas extras, pero se olvida que
muchas de ellas son también jefas de familia, y
eso desde el concepto de responsabilidad social
debe ser respetado.