Países Bajos, India
y Pakistán: tres escenarios de movilización contra
la política de despidos de Unilever. Recopilamos
aquí una actualización sobre estos tres casos.
Tanto en los Países Bajos como en India y
Pakistán los trabajadores sufren el embate de las políticas de
racionalización, modernización y aumento de la rentabilidad de
Unilever.
En el marco del programa “Unilever 2010” la dirección prevé el despido de
alrededor de 11 por ciento de los 179.000 empleados que ocupa en la actualidad.
Países Bajos
La compañía anunció el cierre de tres de sus seis fábricas y
el despido de 474 trabajadores en las ciudades de Delft (salsas y manteca
de maní de la marca Calvé), Loosdrecht (productos Knorr y
Conimex) y Vlaardingen (artículos de limpieza Cif). De las
4.300 personas que trabajan en
Unilever, 3.000 ocupan puestos
administrativos o de investigación y desarrollo y 1.300 intervienen directamente
en la producción.
Desde que se dieran a conocer los planes de la empresa, y
ante la negativa de la dirección de atender algunos reclamos sindicales básicos
-sobre todo, una garantía de empleo contra despidos obligatorios en el marco de
la reestructura de la compañía- FNV Bondgenoten y CNV Bedrijvenbond
iniciaron una serie de movilizaciones y paros. Luego de tres días de paro, del
10 al 12 de octubre, las medidas de lucha incluyeron paros rotativos en las seis
plantas a partir del 15 de octubre y una manifestación de aproximadamente 1.000
personas ante la sede central de
Unilever
en Rotterdam. Aún en
momentos, en que cinco de las seis plantas holandesas se encuentran paralizadas,
la dirección sigue negándose a negociar.
Las organizaciones sindicales holandesas anunciaron su
intención de prevenir cualquier intento de la empresa de importar los productos
hoy cada vez más escasos en el mercado local (sobre todo, salsas y margarinas)
de otras localidades europeas. Advierten asimismo contra la posibilidad de que
Unilever solicite personal de otros países europeos para manejar la
producción procedente de los Países Bajos.
India
Desde que Hindustán Lever Ltd resolvió vender su
planta de Sewri, Mumbai, a una empresa desconocida, Bon Ltd.
en julio de 2005, el Sindicato de Empleados de Hindustán Lever (Hindustan
Lever Employees Union – HLEU), miembro del Consejo de India de Sindicatos
de
Unilever (All India Council of Unilever Unions – AICUU), organización
afiliada a la UITA, ha denunciado reiteradamente, incluso ante la
justicia, la venta fraudulenta de la fábrica. Esta fue clausurada por la empresa
compradora a los dos meses de concluida la transacción, con la consiguiente
pérdida de 900 puestos de trabajo.
Unilever se propone concentrar su
producción en los estados federados que ofrezcan los mayores incentivos
fiscales, a la vez que intenta quebrar el poder negociador colectivo del
sindicato.
En el marco del programa
“Unilever 2010” la dirección
prevé el despido de
alrededor de 11 por ciento
de los 179.000 empleados que
ocupa en la actualidad |
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Como parte de la lucha contra el cierre, el AICUU
envió grupos de representantes a diez de las fábricas más modernas y recientes
de la compañía, sobre todo en el Este y Norte del país. Con volantes en ocho
idiomas y asambleas en las entradas de las empresas informaron a más de 3.200
trabajadoras y trabajadores sobre la situación en Sewri. En todos los
casos las direcciones de las fábricas reaccionaron agresivamente, advirtiendo al
personal local contra cualquier contacto con “los hombres de Mumbai” y, en
algunos casos, incluso mediante ataques físicos de agresores contratados y de la
Policía, que en un caso llegó al extremo de perseguir a los representantes del
AICUU por varios kilómetros.
Por muchos años, y hasta febrero de 2007, Hindustán Lever
fue la sucursal más redituable y exitosa del grupo
Unilever, con ventas
que ascendieron a 3 mil millones de dólares en 2006. En el marco de la apertura
del mercado indio y ante una creciente competencia de competidores locales e
internacionales como Procter & Gamble, Nivea, L´Oreal y
AC Nielsen, la empresa asumió el compromiso de implementar la estrategia
global de
Unilever, de sustituir una amplia gama de productos de fuerte
vinculación con el mercado local con un número reducido de productos globales.
Los costos de la adaptación y reestructura son altos y corren fundamentalmente
por cuenta del personal. Actualmente, Hindustán Unilever tiene más que 40
fábricas y emplea a más de 15.000 personas. La agresiva estrategia global de la
compañía parece haber llevado a este buque insignia de la industria india a
volver a crecer: Al terminar el segundo trimestre de 2007, las ventas habían
aumentado 13 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior,
mientras las ganancias se incrementaron en 29,6 por ciento.
Pakistán
El epicentro del conflicto es la fábrica de Rahim Yar Khan,
Punjab, donde casi 300 trabajadores informales y contratados fueron
despedidos, el 20 de octubre, cuando reclamaron el reconocimiento de su derecho
a un empleo permanente. Los despidos afectaron también a 23 trabajadores, cuya
solicitud de empleo permanente estaba a la espera de una resolución de la
justicia laboral. Los trabajadores por contrato cobran menos de 67 dólares
mensuales y no tienen beneficios ni protección laboral. En una situación aún
peor se encuentran los trabajadores por día, cuya remuneración no llega a 1,50
dólares por día. No tienen seguro ni seguridad de que se les emplee más allá del
día en curso.
Las acciones de protesta del Sindicato de
Unilever
Rahim Yar Khan (Unilever Rahim Yar Khan Union) cuentan con el
apoyo de la Federación de Empleados de
Unilever de Pakistán (Unilever
Employees Federation of Pakistan), organización afiliada a la UITA.
La solidaridad de las organizaciones sindicales quedó de manifiesto durante una
reunión del pasado 25 de octubre, en la cual participaron representantes
sindicales de cuatro fábricas y la oficina central de Karachi. En ella se
adoptó una resolución exigiendo el fin de las intimidaciones de la dirección y
del uso de la fuerza policial, el retiro de las acusaciones falsas e inventadas
contra representantes sindicales y la readmisión de todos los trabajadores
cesados. Durante la reunión se insistió asimismo en que todos los empleos
deberían ser permanentes, que se establezcan negociaciones directas entre la
dirección y el sindicato y que el personal de seguridad se limite al desempeño
de sus tareas habituales.
En otra reunión de solidaridad, celebrada el 26 de octubre en
Rahim Yar Khan, 14 sindicatos, organizaciones profesionales y ONG
comprometieron su apoyo a la lucha de la Federación de Empleados de
Unilever.