¿Se acerca el fin de la era Wal-Mart?
Los rivales han encontrado maneras de derrotar
los
precios bajos; un mundo en constante cambio
La era Wal-Mart, la época marcada por la aplastante
influencia empresarial del minorista
estadounidense está llegando a su fin.
Utilizando una combinación de precios bajos y expansión
implacable, Wal-Mart Stores Inc. emergió
en los años 70 desde las zonas rurales del
estado de Arkansas para reorganizar la economía
más grande del mundo. El cofundador de la cadena
minorista Sam Walton y sus sucesores les
enseñaron a los estadounidenses a exigir precios
cada vez más bajos y constituyeron un modelo de
gestión estudiado por muchas empresas.
La empresa ayudó a impulsar la productividad de EE.UU.,
reducir la inflación y apuntalar el poder
adquisitivo de millones de personas. También
aceleró la tendencia de fabricar productos en
Asia y contribuyó a la quiebra de miles de
pequeñas tiendas. Los cambios provocados por
Wal-Mart son permanentes.
Hoy, sin embargo, la influencia que Wal-Mart ejerce
sobre el comercio minorista está decayendo. El
gigante tiene problemas para no perderle el paso
a rivales más ágiles que están redefiniendo por
completo este negocio en EE.UU. Todavía
ejerce mucho poder sobre los precios, pero su
éxito ya no es un asunto garantizado.
Los minoristas rivales le han quitado clientela a Wal-Mart
al ofrecer una conveniencia y surtido mayor, una
mayor calidad o un mejor servicio. En medio de
la creciente opulencia de EE.UU., Wal-Mart
ha tenido dificultades para cambiar su imagen de
un minorista de precios bajos y políticamente
incorrecto, mientras que otros competidores de
descuento promocionan una imagen de mayor
exclusividad y alternativas más apetecibles.
Además, Internet ha cambiado las preferencias de
los compradores y ha erosionado la influencia
absoluta que Wal-Mart tenía sobre sus
proveedores.
Los consumidores buscan cada vez más cosas que Wal-Mart
tiene dificultades en proveer. "Por primera vez
en mucho tiempo, la calidad tiene la posibilidad
de ganarle al precio", afirma Lee Peterson,
vicepresidente de la consultora de marcas WD
Partners Inc.
La deserción de
las grandes marcas
Ahora, las grandes marcas que contribuyeron al ascenso de
Wal-Mart están concretando acuerdos de
distribución exclusiva con otros minoristas o
tratando de reducir su dependencia del gigante
de Arkansas.
PepsiCo Inc.,
que hace una década favorecía campañas masivas,
hace poco se saltó a Wal-Mart para
el lanzamiento de una nueva bebida energética y
optó por un minorista con una imagen más sana. Y
el gigante de productos de consumo Procter &
Gamble ahora obtiene un 15% de sus ingresos
de Wal-Mart, frente a 18% en 2003.
Los esfuerzos de expansión internacional de Wal-Mart
han tenido resultados tibios en los mercados más
acaudalados.
El año pasado se retiró de Corea del Sur y Alemania
al no poder adaptarse a los gustos locales y
lograr economías de escala. Los analistas dicen
que el enfoque de precios bajos y volumen alto
no ha logrado imponerse en Japón, un país
en el que lo barato muchas veces se equipara a
baja calidad.
Desde luego, Wal-Mart sigue siendo una fuerza enorme
en la industria minorista. Sus ventas globales
casi triplican a los de su rival francés
Carrefour SA, el segundo minorista
que cotiza en bolsa más grande del mundo. En
EE.UU., los ingresos de Wal-Mart más
que cuadruplican a los de su rival de descuento
Target Corp. o los de la cadena de
supermercados Kroger Co. En 2006, sus
ventas de vestuario y zapatos superaron los
ingresos totales de Macy’s Inc., el
conglomerado que agrupa a las tiendas por
departamentos Macy’s y Bloomingdale’s.
"Todos los minoristas tienen una fórmula. Crecen todo lo que
pueden con esa fórmula", dice Love Goel,
presidente de Growth Ventures Group, una
firma de capital privado que invierte en
negocios minoristas.
Goel
afirma que la receta de los supercentros le ha
quedado pequeña a Wal-Mart, pero que sus
esfuerzos por atraer a consumidores de mayores
ingresos no han dado resultados. "Se han
estrellado contra un muro", observa. Wal-Mart
no quiso facilitar a algún ejecutivo para una
entrevista, ni quiso responder a un cuestionario
por escrito.
Una historia
antigua
La historia de los negocios está llena de empresas que
crecieron enormemente y que utilizaron su tamaño
para ajustar el mundo a sus fortalezas. Basta
con pensar en International Business Machines
Corp. y los servidores industriales,
General Motors Corp. y los autos o
Microsoft Corp. y las computadoras
personales. Durante un tiempo, el éxito de estos
gigantes engendra un ecosistema que sostiene su
estatus.
Este tipo de escenario puede generar un crecimiento sólido
que dura décadas. Pero también puede producir
miopía corporativa. Con el tiempo, el dominio de
IBM sobre los centros de datos
corporativos no permitió a la empresa anticipar
los efectos descentralizadores que ocasionaría
el auge de la computadora personal. La hegemonía
de GM sobre la creación de marcas la dejó
vulnerable ante el enfoque de calidad de los
rivales japoneses. Y Microsoft estaba tan
ocupada en agregar funciones a sus sistema
operativo Windows que llegó tarde a la era de
Internet.
Cada una todavía está entre los líderes del sector, pero han
cedido el papel de definir sus industrias a sus
rivales: IBM a Intel Corp., GM
a Toyota Motor Corp. y Microsoft a
Google Inc.
Gary McWilliams
Tomado de La Nación de Argentina
4 de octubre de 2007
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