Wal-Mart, en campaña contra Barack Obama
Wal-Mart ha reunido a jefes de planta y cargos
intermedios para decirles que una victoria del
demócrata Obama podría ser fatal para la
compañía porque abriría las puertas a los
sindicatos.
Wal-Mart,
el gigante de las ventas al consumidor a nivel
mundial, ha iniciado una intensa campaña de
cabildeo entre sus empleados para advertirles
contra una victoria del virtual candidato
demócrata a la Presidencia de Estados Unidos,
Barack Obama, en noviembre próximo. En
una serie de reuniones, gerentes y jefes de
departamento fueron advertidos de que el
eventual triunfo de Obama favorecería la
sindicalización de los trabajadores y obligaría
a la empresa a cerrar sucursales y a despedir a
miles de personas.
No es la primera vez que el dedo acusador apunta
hacia
Wal-Mart por su intervención oficiosa para propiciar la caída o
encumbramiento de los candidatos o partidos
políticos que más convengan a sus intereses
dentro y fuera de Estados Unidos, aunque,
en esta ocasión, los testimonios de algunos de
sus empleados han servido para poner al
descubierto una práctica de la que sólo se tenía
constancia a través de denuncias y protestas
aisladas, cuando la empresa se apresuraba a
levantar la mano del ganador.
Las prácticas de
Wal-Mart
fueron denunciadas por el periódico The Wall
Street Journal, toda una ironía si se tienen
en cuenta las afinidades y lealtades de este
medio con el mundo financiero que, en este caso,
se han decantado a favor de la independencia
informativa para denunciar la descarada labor de
cabildeo que algunos de los gerentes de
Wal-Mart
han practicado para convencer al personal del
riesgo que supondría una victoria Obama.
Las acciones de
Wal-Mart,
el mayor empleador privado en Estados Unidos,
“reflejan la preocupación creciente entre las
grandes empresas de que un movimiento sindical
revitalizado por una victoria demócrata pueda
revertir años de merma en la afiliación
gremial”, asegura The wall Street Journal.
La preocupación de
Wal-Mart
y otros grandes empleadores está centrada en un
proyecto de ley que facilitaría la organización
sindical. En Estados Unidos, menos de 8%
de los trabajadores en el sector privado forman
parte de un sindicato.
Los desencuentros entre
Wal-Mart
y Obama no son nuevos. De hecho, en el
inicio de su campaña por la Presidencia, el
senador por Illinois convirtió al gigante de las
ventas al menudeo en objeto de sus ataques para
denunciar las condiciones draconianas en los
contratos y beneficios de los casi 100 mil
trabajadores en planta.
Por otro lado, el demócrata propuso ayer un
paquete de nuevas medidas para luchar contra los
crecientes costos de la energía, incluyendo una
devolución de impuestos por mil dólares para
trabajadores de ingresos bajos y medios.
Obama dijo que iba a financiar el paquete de
65 mil millones de dólares con su propuesta de
cobrar impuestos a las ganancias de las
compañías petroleras.
Jaime Hernández
Tomado de CCOO
6 de agosto 2008
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