Tras la gran
movilización del pasado 28 de marzo en Lovaina la dirección de InBev, la
transnacional cervecera Nº 1 del mundo rechaza el plan de alternativas
presentado por los trabajadores ante los anuncios de cierre de fábricas y
despidos en varios países europeos. Esta reestructura no se debe a problemas
económicos sino que forma parte de la aplicación de políticas globales ya
implementadas en otras latitudes con suerte variada para los trabajadores y
para la empresa. En horas clave, SIREL conversó con el portavoz del
sindicato de trabajadores de InBev (CCSA-CSC) –el mayor de Bélgica– y
encargado de relaciones internacionales y de convenios colectivos del sector
de la alimentación en dicho país.
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Manifestante en la marcha del 28 de marzo frente
a una de las fábricas de InBev en Lovaina, Bélgica. Foto
EFE |
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-¿Qué
evaluación han realizado de la marcha?
-La
movilización convocó a 2000 trabajadores donde además de los de Bélgica se
sumaron compañeros de Francia, Alemania, Luxemburgo y Holanda. Con la marcha
le hemos demostrado a la dirección de InBev que la organización de
los trabajadores de la compañía se está consolidando no solo a nivel de
Europa sino también a nivel del mundo. Creo que eso es lo más importante,
demostrarnos que estamos unos con otros y que InBev no puede aislar a
los trabajadores de un país de los de otro. En la marcha estuvo presente la
compañera Daria Cibrario, nueva coordinadora del Departamento de Bebidas de
la Secretaría General de la UITA, quién llevó una declaración de los
trabajadores del mundo de InBev y también los representantes de EFFAT,
la organización europea de UITA.
-¿Tuvo el
evento buena cobertura periodística?
-Sí. Hubo
mucha repercusión tanto en medios escritos, así como en la radio y
televisión. Se publicaron muchas entrevistas a representantes de Bélgica y
de otros países por lo que también a ese nivel la movilización fue exitosa.
-¿Cuáles
son los puntos reivindicativos que impulsan y que se plantearon en la
marcha?
-Lo más
importante que pretendemos los trabajadores es detener el cierre de fábricas
y despidos que InBev viene planteando en sus anuncios de
reestructura. Aspiramos a tener mayores seguridades y garantías de empleo a
largo plazo, 3 o 5 años. Y como tercer punto fundamental planteamos la
discusión para alcanzar la firma de un convenio colectivo a nivel europeo
–como se ha hecho por ejemplo en Danone–, con reglas mínimas que
InBev deba respetar. La prioridad de mantener el empleo, las consultas,
la formación de los trabajadores para que puedan ser útiles en otros puestos
son algunos de los principios importantes para intentar que los efectos de
la reestructura no sean tan dramáticos para los trabajadores.
-¿Qué
importancia ha tenido la acción solidaria internacional en esta instancia?
-Creo que
la solidaridad ha sido muy importante y va en crecimiento. La campaña que la
UITA puso en marcha tiene un gran éxito, son más de 900 cartas, hasta el
momento, las que sindicalistas de todo el mundo han enviado a la dirección
de InBev. Creo que el intercambio de información es algo que debemos
continuar y profundizar para hacer sentir la solidaridad del mundo.
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Foto EFE |
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-Estás en
conocimiento que a esas cartas y acciones de solidaridad que llegan desde
todo el mundo, InBev simplemente se limita a responderlas con un mensaje en
inglés?
-No sabía
que era solamente en inglés pero sí sé que UITA le ha respondido a InBev
con un mensaje que rebate todos los argumentos que ellos utilizan y que no
son correctos.
-Pasados
algunos días, ¿InBev ha movido alguna pieza de su tablero de ajedrez como
consecuencia de la jornada del 28?
-Ellos
sintieron esta acción ya que la paralización el día 28 de marzo fue total y
la gran cobertura que la prensa dio a la movilización les da miedo. La
imagen de InBev en la opinión pública con todo esto, actualmente, es
muy negativa. Si bien la empresa no manifestó una reacción oficial a través
de la prensa acaba de hacer llegar una invitación a los responsables
sindicales para comenzar una discusión dentro de algunos días. InBev
dice que van a explicar sus posiciones pero nos da la impresión de que no
van a cambiar su posición.
-¿Con este
panorama qué acciones futuras se van a emprender?
-Por el
momento mantenemos contactos con el mundo político para aumentar la presión
a InBev. Ahora sabemos que InBev rechaza el proyecto de
alternativas que el sindicato de trabajadores le ha propuesto (a la
compañía) como contrapartida de sus anuncios de cierre de plantas y despido
de trabajadores. Vamos a consultar a los compañeros para decidir si vamos a
la huelga o si vamos a negociar un plan social para la gente que pueda ser
despedida.
-¿El plan
alternativo presentado por el sindicato contemplaba mantener todos los
puestos de trabajo?
-Sí, no
hay razones económicas para despedir trabajadores o cerrar cervecerías y hay
otras alternativas para economizar en la gestión de la empresa que no pasan
por los trabajadores o por el empleo. Por ejemplo, manejar otra estructura
de producción...
-...Y que
no sigan regalando 31 millones de euros como hicieron con 3 directores que
acaban de retirarse.
-(Risas)
Exacto, también eso... y sirve como ejemplo. Quisiera agradecer en el final
todas las muestras y acciones de solidaridad por parte de Rel-UITA, a ti y a
tus compañeros de la Regional Latinoamericana y a sus organizaciones
afiliadas. Es muy importante continuar este trabajo sindical a nivel mundial
por que tememos que InBev no detenga sus planes de reestructura y de
despedir trabajadores en cualquier país.
Rubén
Yizmeyián
© Rel-UITA
4 de abril
de 2006