Por
enfrentar un “corredor polaco”* y verse obligado a
vestir una falda femenina, empleado gana juicio contra
AmBev.
No se trata de una de las tantas bromas que circulan
por Internet... siga leyendo.
Aquella
violencia y humillación terminaron en una reparación
pecuniaria para un trabajador de AmBev de Porto
Alegre, Brasil. Al vendedor Ronaldo Nunes Carvalho, el
Tribunal Regional del Trabajo de la 4ª Región le
reconoció la existencia de daño moral indemnizable.
Daño moral que le costará a AmBev una
indemnización de R$ 21.600 (7.200 dólares)
correspondiente a 18 meses de salario, además deberá
pagar diferencias por comisiones y salarios, horas
extraordinarias y adicional de insalubridad.
Increíblemente, AmBev sustentó que los actos de
violencia denunciados por Ronaldo se originaron por el
“incumplimiento de las metas de la empresa y que los
castigos eran aplicados a todos indiscriminadamente,
no existiendo persecución personal”. De acuerdo a la
sentencia, “el hecho de que los castigos fueran
aplicados a todos, no aparta la naturaleza de asedio
moral, pues la propia competencia entre los empleados
para alcanzar sus metas es una forma de violencia y
humillación, que culmina en la degradación del ser
humano”.
Entre las
violencias empleadas contra Ronaldo y otros empleados
se encontraba pasar por un “corredor polaco” y ser
ofendido con palabras obscenas. Si la víctima se
resistía, era obligado a vestirse con una falda y
desfilar encima de una mesa mientras sus colegas le
propinaban toda clase de ofensas. En su decisión, la
Justicia consideró que “en la situación de asedio
moral, se humilla al empleado haciéndolo sentir
ofendido, menospreciado, rebajado, herido, pasando a
sentirse un inútil, sin ningún valor”. Resulta por
demás ilustrativo conocer que AmBev no apeló el
fallo, que está registrado bajo el número
00887/2003-015-04-00.
En casos como
el comentado, uno no puede menos que lamentarse por
las limitaciones de la Justicia. Los argumentos del
Tribunal de Trabajo son totalmente válidos, pero el
fallo es insuficiente desde el momento en que no
identifica ni castiga a los verdaderos culpables. Si
tomamos en cuenta que el “corredor polaco” estaba
integrado por los compañeros de trabajo de la víctima
y que los mismos también eran los encargados de
insultar a Ronaldo cuando este era obligado a bailar
vestido con una falda sobre una mesa, cabe
preguntarse: ¿qué provoca tamaña degradación
colectiva? La pregunta nos permite identificar al
culpable y este no es otro que el actual sistema de
acumulación capitalista, mal llamado neoliberalismo.
Nunca en la historia de la humanidad existieron tantos
ricos tan ricos y tantos pobres tan pobres. Y esto,
entre otras consecuencias, vuelve vulnerables a
aquellos que todavía conservan un empleo, a la
vulnerabilidad le sigue la dependencia y a ésta la
falta de libertad, desembocando finalmente en el
servilismo y la pérdida del autorrespeto. Como resulta
evidente que el asunto escapa a la competencia y
posibilidades de un tribunal regional de trabajo, la
justicia solamente se alcanzará cuando la gran masa de
desposeídos tome conciencia de sus derechos y de su
fuerza.
La
transnacional brasileña Compañía de Bebidas de las
Américas (AmBev) fue fundada en 1999 con la
fusión de las compañías Brahma y Antarctica,
en 2003 efectuó una alianza estratégica con la también
transnacional argentina Quinsa. En marzo del
año en curso, luego de una serie de negociaciones
ocultas que culminaron con grandes pérdidas para
algunos accionistas, se asoció con la transnacional
belga Interbrew. La compañía que surgió de la
fusión se denomina InBev, constituye el primer
grupo cervecero del mundo con una cuota del 14 por
ciento del mercado y ventas anuales cercanas a los
10.000 millones de dólares.
Como una
cruel ironía final, quien visite la página web de
AmBev podrá leer: “Con las mejores personas,
AmBev solamente podría figurar entre las mejores
empresas para trabajar (...) AmBev fue escogida
como una de las 100 mejores empresas para trabajar,
según la Guía 2003 de la revista Exame. Para formar
parte de este equipo vencedor, clique aquí y envíe su
currículo”.
Enildo Iglesias
© Rel-UITA
19 de agosto de 2004
* En Brasil se denomina
de esta manera a una forma de tortura -muy utilizada
en la época de la dictadura- consistente en hacer
pasar a la víctima entre dos filas de personas que la
agreden de diversas formas. El origen de la
denominación se remonta al inicio de la II Guerra
Mundial cuando las tropas de Hitler invadieron
Polonia.