Programa de Excelencia
Fabril en AmBev
La semilla de la discordia
y la codicia
Uno de
los temas más frecuentemente mencionados por los
participantes en los encuentros de la Federación
Latinoamericana de Trabajadores de InBev (FELATRAIN), es el
Programa de Excelencia Fabril (PEF) que AmBev ha logrado
imponer en muchas de sus plantas de la región. Aprovechando
la última reunión de la Federación celebrada recientemente
en Buenos Aires, Sirel realizó una entrevista colectiva
sobre este polémico asunto.
Los
entrevistados fueron Siderlei de Olivera, presidente
de la Federación Latinoamericana de Trabajadores de InBev
(FELATRAIN) y de la CONTAC, de Brasil;
Melquíades de Araújo, presidente de la Federación de
Trabajadores de la Industria de la Alimentación del Estado
de Sao Paulo, Brasil; Roque Apecetche,
presidente del Sindicato de Obreros y Empleados de Norteña (SOEN),
Paysandú, Uruguay y José Oxley, secretario
general, también del SOEN.
Siderlei:
El Plan de
Excelencia Fabril (PEF) es una forma de incentivar la
producción y los ahorros de la empresa que adquieren
apariencia de premio. Si fueran a pagar a todos los
trabajadores de AmBev que se esfuerzan cada día, eso
saldría muy caro. Por tanto, se destina al PEF un
cierto monto de dinero (que si se dividiera entre todos los
trabajadores sería una cantidad insignificante para cada
uno), concentrando su aplicación en una sola planta poniendo
en competencia a unas contra otras. Con mucho menos dinero
logra el mismo efecto: aumentar la producción y bajar los
costos en todas las plantas. Mientras no se sabe qué planta
ganó el premio todo el mundo trabaja como loco, pero los
premiados serán apenas algunos.
Es una
forma “inteligente” de lograr que se trabaje al máximo.
Araújo:
El PEF
fue implantado en AmBev hace ya mucho tiempo, y año a
año se amplía el número de plantas que pueden participar en
él. Actualmente son 21. La base de cálculo es el lucro
líquido de la empresa que está registrado en documentos que
son públicos,
lo que no se
conoce es la metodología de cálculo por la cual se llega a
esos resultados.
Esto justifica que se esté permanentemente presionando a los
trabajadores para que se ahorren costos y se aliente la
competencia. Crean la ilusión de que la planta está yendo
bien hasta mitad de año, a partir de ahí empieza a presentar
factores negativos, y cuando se acerca el momento de la
zafra veraniega se produce el mayor estímulo a la
productividad de los trabajadores.
Con el
PEF, AmBev pretende sustituir el legalmente
consagrado Programa de Participación en los Lucros y
Resultados (PPLR), que no tiene un valor
predeterminado sino que debe ser negociado en cada empresa
según sus resultados. Pero la ley exige que se constituya
una comisión con la participación de los trabajadores, que
las metas a ser alcanzadas estén definidas, bien claras y
discutidas con los trabajadores.
En el caso del PEF se trata de una meta unilateralmente estipulada por la
empresa.
Si se hiciera una denuncia ante el Ministerio de Trabajo o
el Ministerio Público, con seguridad que AmBev
tendría que pagar todo lo que se ahorró hasta ahora
pretendiendo sustituir la ley del PPLR con el PEF.
Además, ocurre que, legalmente, las empresas que
instrumentan el PPLR descuentan casi 30 por ciento de
los impuestos. Quiere decir que si alguno de estos
organismos logra un fallo en su contra, AmBev también
tendrá que ponerse al día con los organismos recaudadores de
impuestos.
PA
TA PU FE
PEF
o como quiera llamarlo,
es:
-
Una forma “inteligente” de lograr que se
trabaje al máximo.
-
Una meta unilateralmente estipulada por la
empresa.
-
Un sistema perverso de competencia, que a
veces provoca hasta que un trabajador
denuncie al otro por baja productividad.
-
Un
claro atentado contra la organización
sindical.
-
Sus metas no están negociadas con el
sindicato sino que son impuestas a los
trabajadores.
-
Todo una mentira, el objetivo real es poner
a los trabajadores en competencia unos
contra otros.
|
Siderlei:
Otro
problema es que en algunos Convenios Colectivos firmados por
los trabajadores aceptaron el PEF como si fuese
PPLR, y por eso AmBev sostiene que está
cumpliendo con la Participación en el Lucro y los
Resultados. AmBev está fuera de la legalidad porque
distorsiona la ley y la utiliza para instalar
este sistema perverso de competencia, que a
veces provoca hasta que un trabajador denuncie al otro por
baja productividad.
Araújo:
Lo que
estamos discutiendo ahora es que los sindicatos que lograron
que no conste más en sus acuerdos que el PEF
sustituye al PPLR, formen una comisión para discutir
la posibilidad de que el PEF sea asimilable al
PPLR sólo cuando todas les metas sean discutidas con los
trabajadores y todas las plantas que alcancen esas metas,
independientemente de cuantas sean, se beneficien con ese
bono extra.
Pero ese
bono del PEF también tiene un factor negativo, ya que
a partir del momento en el que la empresa adquiere otras
plantas ese gasto es ingresado como débito en su
contabilidad, lo que reduce el lucro y la parte que
corresponde a los trabajadores que, por ejemplo, antes llegó
a ser de diez salarios, en 2007 no alcanzó siquiera a cinco,
porque había adquisiciones de otras empresas.
Oxley:
Nuestro
sindicato valoró desde un primer momento que el sistema
PEF es un claro atentado contra la organización
sindical y lo rechazamos de plano, en el entendido de que no
estamos dispuestos a compartir proyectos de la empresa que
no sean previamente discutidos por el sindicato. Este
sistema socava la unidad sindical y está enmarcado dentro de
la política de la empresa que es profundamente antisindical.
Lo que vemos como muy positivo es que en todas las empresas
donde se ha aplicado esta política los sindicatos están
intentando coordinar acciones para enfrentarlo con éxito.
El PEF
es muy riesgoso para el movimiento sindical y en Uruguay
ha provocado mucho daño, ya que al enfrentar a todas las
unidades entre sí, es evidente que se apuesta a lo peor que
tenemos como seres humanos que es la codicia, porque
terminamos denunciando a nuestros propios compañeros por no
llegar a las metas fijadas por la empresa,
metas que no están negociadas con el
sindicato sino que son impuestas a los trabajadores.
Araújo:
Desde el
momento en que la planta alcanza la meta y gana el premio,
el sindicato no puede hablar en contra del PEF porque
el trabajador lo rechazaría. Cuando no gana ocurre lo
contrario. Por eso es un arma complicada. Tenemos unidades
que ya ganaron el primer lugar cuatro o cinco veces, y esas
no quieren saber nada con abandonar el sistema, pero hay
varias que nunca lo consiguieron, y esas quieren que se
elimine.
Apecetche:
Además, esta
metodología es totalmente injusta porque no premia por
igual a todos los integrantes de una planta, ya que hay un
reglamento interno que impide que muchos trabajadores
accedan a este premio, aunque hayan aportado sustancialmente
con su esfuerzo para alcanzar las metas de producción.
Por ejemplo, un trabajador que falta por más de 90 días en
el año queda afuera, aunque sea por causa de accidentes o
enfermedades; los tercerizados tampoco acceden al premio,
aunque trabajen igual o más que los demás.
Por eso
decimos que si queremos ser coherentes al defender la unidad
y la solidaridad entre trabajadores, no es posible que
aceptemos un sistema que discrimina por razones que no son
aceptables. Y estos son sólo algunos ejemplos, pero hay
muchas otras injusticias. Por eso decimos que si se proponen
sistemas de premiación, nosotros queremos participar en la
definición de los criterios, porque tenemos los nuestros y
los usamos desde hace mucho tiempo, están probados; sea en
dinero o en especies, tenemos experiencia en establecer
índices que armonizan una situación de justicia en la
distribución.
Araújo:
Nosotros
conseguimos obstaculizar el PEF cuando en las
negociaciones de una de las unidades de AmBev
exigimos que independientemente de la clasificación en la
lista general, si la empresa alcanzaba 400 puntos del total
de la meta recibiría el 40 por ciento del primer premio. Ese
acuerdo que se alcanzó en la planta de Jaguariúna
ahora se está extendiendo a las demás plantas de todo el
país. De esta manera se pone un poco de justicia en el
reparto, pero de ninguna manera se sustituye el PLR
establecido en la ley.
Por otra
parte, las empresas tienen un sistema de fiscalización de
los resultados declarados en las plantas, pero en ese equipo
no participamos los trabajadores.
La empresa es
la que maneja la información de cada planta de manera
exclusiva, y nosotros sólo recibimos una comunicación.
Apecetche:
Como dice
Araújo, los gerentes suelen modificar los resultados
porque ellos tienen su propio circuito de premios además del
general. Es habitual que se cite a reuniones que nunca se
celebran, y que después son invocadas para justificar datos
que no son reales y que los gerentes inventan para ubicarse
mejor en la competencia. El sistema es unilateral, los
estándares los fijan ellos y se pueden cambiar durante el
año, esto es que si la planta va bien encaminada, de golpe
la empresa puede readecuar los indicadores y no se puede
apelar. ¿Qué convenio se puede hacer en esas condiciones?
Ellos le llaman “Aumentar el desafío”.
En realidad es todo una mentira, el objetivo
real es poner a los trabajadores en competencia unos contra
otros.
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