Calvo El Salvador: de eso
no se habla
Para el Grupo Calvo la situación
conflictiva que generó
en ese país, no existe
El grupo conservero
español Calvo,
con sede en la localidad coruñesa de
Carballo -desde donde en el siglo
pasado salían oleadas de emigrantes
hacia Cuba y el Río de la
Plata- acaba de declarar zanjada la
crisis que experimentara en el 2006. Sus
directivos organizaron días atrás una
conferencia de prensa para comentar sus
negocios en el 2007, "uno de los mejores
ejercicios de los últimos años". La
compañía, que experimentó un crecimiento
del beneficio de explotación de 560 por
ciento durante el año pasado con
ingresos por 11,86 millones de euros,
frente a los 1,8 millones logrados en
2006, anunció que a partir de ahora
pretende convertirse en "un gran grupo
global de alimentación".
Su nuevo director general, Francisco
Javier Lazcoz, anunció que
Calvo
"quiere estar presente en otros sectores
y mercados" y no sólo en el de la
conserva. "Vamos a seguir progresando y
aprovecharemos el activo de nuestra
marca", explicó y agregó que "el atún es
la fuerza de la compañía", pero la
conservera "irá hacia otros productos".
El 65 por ciento de las ventas de
Calvo se
realizan fuera de España, el 45
por ciento de ellas son de conserva de
atún, el 35 por ciento conserva de
sardina, y el resto de otros productos.
También se anunció que la
división de tierra solucionó sus
problemas. La fábrica de El
Salvador ya funciona a pleno
rendimiento y "hemos superado las
roturas de inventario" que se produjeron
en las de Brasil, explicaron los
ejecutivos. Calvo
recuperó también su cuota de mercado en
Italia y la mantuvo en Brasil
y España. Según Manuel Calvo
García-Benavides, la firma es "líder
en Brasil, segunda en Italia,
y la primera en España".
Manuel Calvo
García-Benavides
también habló de la estrategia:
"Recuperamos los resultados de la flota,
aplicamos una nueva forma de trabajar y
vemos cada negocio de forma
independiente". "Ya nos hemos recuperado
al 100 por ciento", apuntó el primer
ejecutivo, quien recordó que ahora "las
fábricas están en un momento óptimo". La
compañía emplea a cerca de 3.500
personas en sus 10 barcos y 5 fábricas (Carballo,
Esteiro, El Salvador,
Marruecos y Brasil).
"Somos de Carballo; somos
gallegos; somos una multinacional
familiar",
reivindicó
Manuel
Calvo García-Benavides
en la
conferencia de prensa. Pese a esa
locuacidad -reconocido atributo de los
gallegos- ninguna palabra sobre la
situación laboral en El Salvador.
De eso no se habla.
La familia Calvo
controla el 77,8 por ciento de las
acciones del Grupo. El 22,2 por ciento
restante está en manos de Caixanova,
Caja Castilla-La Mancha y Caja
Burgos, por lo tanto estas
instituciones, al recibir los dividendos
correspondientes al ejercicio 2007, son
cómplices de las condiciones de trabajo
y la política laboral que
Calvo impone en El
Salvador. Es evidente que para sus
responsables, sobre eso no se pregunta.
Por nuestra parte seguiremos insistiendo
para que se hable y se pregunte (incluso
por parte de los consumidores) sobre
Calvo en
El Salvador.