El Salvador

 

Los cuentos de terror de Calvo

La despidieron por ser familiar
de un sindicalista

 

Julio Funes, es segundo secretario de Conflictos de la Directiva General del Sindicato General de Trabajadores de la Industria Pesquera y Actividades Conexas (SGTIPAC). En enero de 2008 sus declaraciones denunciando la negligencia de Calvo por la intoxicación masiva ocurrida el 21 de diciembre dieron la vuelta al mundo en un video publicado en YouTube. Ahora, todo indica que prolongando las represalias contra el dirigente sindical, la empresa despidió a una joven madre y trabajadora por haber cometido el pecado de ser prima de Funes. Sirel dialogó con Cristina Umanzor en La Unión, así como con el delegado del Ministerio de Trabajo, que dio seguimiento al caso.

 

 

Cristina Lisseth Umanzor Ordóñez fue contratada a mediados de febrero para desempeñarse en el área “Pelado de pescado” haciendo limpieza. Fue despedida el 13 de marzo de 2008 en un procedimiento realizado por el gerente de Recursos Humanos, Eduardo Meléndez, al parecer luego de que el jefe de Planta, Erasmo Suárez, la interrogara sobre su parentesco con el dirigente sindical.

 

-¿Cuándo entró a trabajar a Calvo?

-El 22 de febrero de este año.

 

-Fue de las nuevas de este año. ¿Y quién la recomendó?

-El licenciado Jorge Luna, del Ministerio de Trabajo.

 

-¿Y así funciona siempre? ¿Él es quien recomienda el personal para trabajar en Calvo?

-Él me recomendó porque es amigo de mi esposo. Entonces entré a trabajar y todo estaba bien, hasta que se dieron cuenta de que Julio Funes es primo mío. Dos días antes que me corrieran, don Erasmo Suárez me había preguntado si somos primos, y le dije que sí, y que por qué me lo preguntaba. “No, por nada”, dijo riéndose.

Al día siguiente mi esposo me dijo que le habían hablado al licenciado Luna diciéndole que don Eduardo Meléndez me iba a correr por ser prima de Julio.

-¿Y eso que tiene que ver? -pregunté yo-, ¿acaso está prohibido tener parientes en la misma empresa?

-No, es que parece que Julio anda en el sindicato –dijo mi esposo.

Y como yo también estoy queriendo entrar… Entonces le dijeron al licenciado Luna que apenas aguantan a Julio, y que no lo mandan a la m… porque no pueden, pero ya con dos, ya era demasiado.

 

-¿Y su esposo como se llama?

-Juan Carlos Moreno.

 

-¿El fue quien le trasladó a usted todo sobre la llamada de Meléndez a Luna?

-Sí, él fue quien me contó. Yo andaba enojada y le conté a Julio que me iban a correr por ser su prima. Él dijo que eso no es legal, y me advirtió que no fuera a firmar ningún papel de renuncia. Pero cuando me llamaron para firmar, Eduardo Meléndez no me dejo ver el papel (ndr: de renuncia), sólo me dijo que lo firmara, que era un contrato de trabajo, y que ya todos los demás en la fábrica lo habían firmado. Pregunté si no era para despedirme, y me contestó que no. Le dije que me habían informado que me iban a despedir por ser prima de Julio, y que como él anda en el sindicato… Me respondió que no tenía nada que ver con eso.

Así que no más firmé. Enseguida Meléndez me pidió que le diera el carné y ahí me dijo que sí me estaba corriendo por haber pedido que me trasladaran a otra área. Me dijo que no se podía porque me habían contratado para barrer.

Eduardo Meléndez no me dejo ver el papel (ndr: de renuncia), sólo me dijo que lo firmara, que era un contrato de trabajo, y que ya todos los demás en la fábrica lo habían firmado

 

-Si entiendo bien, la engañaron para que firmara.

-Así es, no me dejó leer los papeles, ni me dijo que iba a firmar la renuncia. Él solo me dijo: “Firme eso”. Y cuando quise leer los papeles me los arrebató. Me hizo firmar cuatro papeles, incluyendo un recibo por el cheque que me iba entregar.

Fui dos días después a cambiar el cheque y me dijeron que no tenía fondos. Le vinieron a poner fondos tres días después, o sea cinco días después de que me despidieran, cuando se dieron cuenta de que les había puesto una demanda porque el cheque estaba sin fondos.

Ahora, mis compañeras me han contado que ellos andan diciendo que me despidieron porque insulté a Erasmo Suárez y que le fui a tirar el uniforme a la cara. Pero eso no es cierto, en ningún momento les he dicho nada ni hablé cuando me despidieron. Lo único que pregunté fue que si era pecado leer el papel, porque iba a leer lo que había firmado cuando me lo arrebataron.

 

En presencia de dos directivos sindicales (incluyendo a Julio Funes) Sirel dialogó con el licenciado Jorge Luna Lazo, delegado del Ministerio de Trabajo en La Unión.

 

El funcionario explicó que dicha oficina brinda el servicio de Intermediación Laboral para ayudar a colocar personal en las empresas, servicio mediante el cual se había empleado a Cristina Umanzor en Calvo, y que se pensaba obtener otra plaza allí para su esposo, ya que se trata de una pareja joven y que ambos querían trabajar para comprar una casa. Pero, según Jorge Luna, ya no pudieron colocar al esposo de Cristina porque “ellos (Calvo) dijeron que no necesitaban más personal”.

 

Luna informó que la explicación del despido que le había dado la empresa fue que ella “no se adaptó”, pero también agregó: “Luego nos enteramos de que es familiar suya –dijo dirigiéndose a Julio Funes-. Yo siento que si ella estaba haciendo bien su trabajo y cumplía su horario no tenían por qué despedirla -continuó Luna-, y si ha sido licenciada por ser familiar de Julio, entonces sí es una práctica antisindical. Sin embargo -matizó-, eso es sólo una suposición”.

 

“A ella también la vieron platicando conmigo”, afirma Mariano Alexander Guerrero, secretario general de la Seccional Calvoconservas del SGTIPAC. “Caminó conmigo del portón a la puerta de la planta, y me pidió que le tuviera el maletín. En ese momento pensé: ‘Ojalá no la vaya a perjudicar’, porque me acordé de que ya han despedido gente de esa forma, sólo por verlas platicando conmigo. Y al día siguiente la despidieron”.

 

Julio Funes ha sido señalado y acusado por los gerentes de Calvo de haber hecho “daño a la empresa” al denunciar la intoxicación. Pero la opinión del funcionario del Ministerio de Trabajo va en otra dirección. “A raíz de la denuncia del SGTIPAC se han hecho grandes avances en Calvo -dice Luna-; hay avances en el tema de rutas de evacuación, revisión de todos los procesos que estaban malos, etiquetado de los productos químicos. Eso ha sido un gran cambio. Los trabajadores tienen que ver cuánto se ha avanzado gracias a haber denunciado lo que pasó”.

 

A pesar de esto, el pasado 5 de marzo el jefe de Recursos Humanos de Calvo, Eduardo Meléndez, reunió a los trabajadores de la fábrica en la cafetería, y dirigiéndose a ellos por los altavoces afirmó que “el SGTIPAC es una organización desestabilizadora que atenta contra las empresas y que sólo quiere cerrarlas”.

 

Los gerentes de Calvo expresan su rencor despidiendo a una trabajadora y joven madre que quería un empleo para poder, junto a su esposo, comprar una casa. Todo parecía configurar una de esas clásicas historias de las que a Calvo le gusta presumir cuando quiere aparentar que está ayudando a progresar a las personas de La Unión. Sólo que Cristina Umanzor es prima de un sindicalista. Por eso no pudo ser la protagonista de una historia con final feliz, como en los cuentos de Calvo.

 

 

En La Unión,  Gilberto García

Rel-UITA

1 de abril de 2008

 

 

 

 

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