Alimentos bañados en sangre
y sudor de los trabajadores
Funcionario
despedido denuncia violaciones a los derechos humanos y
laborales en Cargill Tip-Top Industrial SA
Se
desempeñó por tres años en el área de Seguridad Industrial y
Salud Medio Ambiental de Tip-Top Industrial SA, empresa
adquirida por Cargill en 2000. Fue despedido por una supuesta
“reestructuración de personal”, después de haber denunciado
repetidamente los atropellos cometidos en contra de los
trabajadores. Aunque accedió a conversar con Sirel, pidió no
difundir su nombre por razones personales.
“Entré a trabajar en 2007 en el área de Seguridad Industrial
y Salud Medio Ambiental de la planta de Nutrición Animal. Tenía
un cargo importante, en contacto directo con el gerente de la
Empresa en Nicaragua, a quien tenía que enviarle los reportes
sobre la situación de Seguridad e Higiene en la empresa".
-¿Cuándo
detectaste las primeras anomalías?
-Cuando me contrataron, me explicaron que la empresa medía
las horas de trabajo sin accidentes con tiempo perdido y sin la
ocurrencia de enfermedades de origen laboral.
Con el pasar del tiempo me di cuenta de que la compañía
desarrollaba una estrategia muy sutil para no reportar los
accidentes de trabajo, ni reconocer las enfermedades laborales.
El objetivo era que las autoridades nacionales y la casa matriz
en Minneapolis (Estados
Unidos)
no se enteraran de lo que ocurría en la empresa.
-¿Cuál es el
objetivo de esta estrategia?
-El lema de la empresa es “hacer
más con menos”,
y una forma para lograrlo es no pagar el subsidio para los
trabajadores accidentados. Además, proyectaban la imagen de una
empresa segura, con una muy baja accidentabilidad laboral. De
esa manera acumulaban una gran cantidad de horas de trabajo sin
accidentes con tiempo perdido.
El gerente quedaba muy bien con la casa matriz y recibía incentivos
económicos adicionales, y las autoridades nacionales no tenían
motivo para enviar inspecciones.
-¿Cómo
desarrollaban concretamente esta estrategia?
-Hay una constante violación a los derechos humanos y
laborales de los trabajadores, sobre todo de los que están
subcontratados y tercerizados, que en la planta de Nutrición
Animal son la mayoría.
Un día vi que un trabajador se quebró un brazo. En lugar de
ser conducido a un servicio médico provisional de la Seguridad
Social (INSS), fue atendido por un médico privado.
Después de visitarlo le puso el yeso, le negó el subsidio y lo
envió de vuelta al trabajo.
El mecanismo es perverso. No
denuncian el accidente, sino que lo clasifican como “primer
auxilio” o “accidente leve”, y de esa manera no le dan de baja. Después lo reubican en un puesto donde puede seguir
trabajando sin sufrir la molestia de la parte lesionada.
-¿Has
detectado muchos de estos casos?
-Es un verdadero “modus operandi”. En una de las plantas de
Tip-Top Industrial SA hay también un médico permanente,
que es contratado para revisar y minimizar los accidentes
laborales, y así evitar que sean enviados al sistema de
seguridad social y deba ser informada la casa matriz de
Cargill.
Además, la empresa culpa siempre a los trabajadores por los
accidentes que sufren. Lo llaman “acto inseguro”. Entre los
trabajadores hay miedo a ser despedidos, una paranoia
generalizada que se convierte en silencio.
Si se accidentan o tienen
enfermedades laborales no dicen nada. La mayoría de ellos vive
una constante presión psicológica que se convierte en patología
psicosocial.
-¿Cómo son
las condiciones de los trabajadores tercerizados?
-De total explotación. Cuando llegué en 2007 nadie tenía
seguro médico, ni recibía las prestaciones laborales. Comencé a
denunciar lo que estaba ocurriendo y logré que por lo menos
tuvieran el seguro integral que exige la legislación laboral y
algunas prestaciones.
La empresa presiona a los
contratistas y subcontratistas para que a los tercerizados se
les asigne los trabajos más peligrosos. Estamos hablando de
las tareas críticas, es decir el trabajo de altura, corte y
soldadura, trancado y etiquetado, espacio confinado (trabajar en
silos y pilas) y la fumigación.
Aquí es donde más se concentran los accidentes laborales y
donde más se sufre la explotación. En temporada alta trabajan
hasta 12 y 13 horas diarias y nunca les pagan las horas
extras. Hay muchos casos de estrés térmico, áreas con una
iluminación inadecuada y varios trabajadores han sufrido
quemaduras por químicos.
Cargill vende alimentos que
están bañados en sudor y sangre de los trabajadores.
-¿Hay muchos
casos de enfermedades profesionales?
-Sí, se trata principalmente de Lesiones por Esfuerzos
Repetitivo (LER): lumbalgia mecánica, contracturas,
síndrome del túnel
carpiano. He visto trabajadores inyectarse analgésicos para
aguantar el dolor y seguir trabajando.
También en esos casos, la empresa trata de ocultar lo que
está ocurriendo utilizando a
médicos complacientes que
minimizan la importancia de la enfermedad.
-¿Hay
sindicatos en Cargill Tip-Top Industrial SA?
-En la planta de Nutrición Animal no hay sindicato. La
presión psicológica y el miedo a ser despedidos son más fuertes
que la necesidad de defender sus derechos. En la planta de
Nutrición Humana hay varios sindicatos, pero están coludidos con
la empresa.
Sabían perfectamente lo que estaba ocurriendo y nunca dijeron
nada. Para ellos todo está bien.
-¿Denunciaste esto a las autoridades?
-Hice varias denuncias y al final me costó el puesto de
trabajo. Las autoridades no actuaron con la beligerancia debida
y perdieron la oportunidad de sentar un precedente. Cargill
se esconde detrás de las Responsabilidad Social Empresarial,
pero es una máscara para ocultar sus colmillos.
Al final fueron recortando mis funciones. Fue un trabajo estético y fino. Me
quitaron la parte de medio ambiente y de seguridad. Me aislaron y finalmente me despidieron.
Tip-Top Industrial SA entró a formar parte de Cargill Meats América Central,
una de las dos áreas del gigante estadounidense, en
2000. Tiene como negocio principal la producción y
comercialización de carne de pollos y de embutidos
de cerdo y de pollo, en gran parte de
Centroamérica.
La
otra área, Cargill Nutrición Animal Centroamérica,
es especializada en la producción de alimentos
balanceados para la industria de animales de engorde
y domésticos. Estos productos son comercializados en
toda Centroamérica bajo las marcas de
Purina (Nestlé) y Alcon.
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