El Sindicato de
Trabajadores de Coca Cola (STCC) prevé una crisis
inevitable en su planta que es propiedad directa de
Coca Cola Company –lo cual es muy
excepcional en América Latina–,
a partir de un proyecto gubernamental de reforma
tributaria que haría caer las barreras arancelarias
vigentes y que hasta ahora han protegido la
producción nacional. En el horizonte amenaza la
pérdida de empleos.
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-¿Qué está ocurriendo en este momento en Coca Cola?
-A partir de la rehabilitación de los Consejos de
Salarios nos encontramos con una problemática que
tratamos de superar pero nos genera permanentemente
situaciones conflictivas. Una de ellas es que el
sindicato tomó la decisión de afiliar a todos los
sectores tercerizados. En una primera instancia se
planteó en el marco de las políticas internacionales
que tiene Coca Cola con las empresas que le
suministran servicios e insumos, ya que una ley los
obliga a monitorear, como empresa madre, todos esos
contratos tercerizados. Coca Cola debe velar
para que se cumplan estrictamente las leyes
laborales locales en cualquier país en donde esté la
inversión de la compañía.
-¿Cuántos son los trabajadores tercerizados?
-Tenemos unos 30 en la guardia, otros 30 en la
limpieza, en los camiones unos 150 trabajadores, y
en los depósitos del interior son unos 80
trabajadores. Esos son los tercerizados que hemos
logrado acercar.
-¿De un total de cuántos?
-No tercerizados somos aproximadamente 350. En los
últimos meses crecimos en un número importante de
afiliados, no todos pertenecientes a Coca Cola.
Hay cinco depósitos del interior que pertenecen a
Coca Cola y en los cuales los trabajadores
estaban tercerizados. Esas empresas se fundieron
(muchas estaban endeudadas) y Coca Cola los
absorbió. El sindicato afilió a los compañeros,
reclamó por los puestos de trabajo y quedaron los
mismos trabajadores que estaban en esas empresas.
Estos depósitos están en Treinta y Tres, Rocha,
Cerro Largo, Mercedes y Colonia.
Esta absorción se hizo antes de que se instauraran
los Consejos de Salarios, y entonces los
trabajadores de esas empresas cobraban un salario de
2 o 3 mil pesos en negro (entre 80 y 125 dólares),
no cobraban horas extra, no se cumplía nada. Después
de varias negociaciones logramos un primer nivel de
acuerdo y más o menos la cosa caminó.
Cuando surgieron los Consejos de Salarios impusimos
que en la mayor parte de los depósitos el salario
fuera negociado con FETRABE, que es la organización
que reúne a los empresarios de los camiones y de
algunos depósitos. Luego de un año de pelea y de
lucha se logró contemplar ese aspecto: hoy se les
paga a esos trabajadores salarios correspondientes a
la negociación con FETRABE.
-¿Dónde están centrando ahora sus esfuerzos?
-Estamos saliendo de un Congreso celebrado el pasado
martes 11 con la participación de todos los
trabajadores a nivel nacional en el cual se
discutió, entre otras cosas, la plataforma del
gremio, la situación de los Consejos de Salarios y
particularmente el despido de un compañero de
Treinta y Tres. El Congreso aprobó todo lo actuado
por el secretariado y decidió continuar con el mismo
plan y nivel de movilización que venimos
desarrollando.
Por otra parte, recientemente cambió la gerencia y
se renovaron jefaturas en la planta, lo que lleva a
que la semana que viene estemos discutiendo con la
empresa sobre la dotación de personal. Esto nos
preocupa porque hoy tenemos más de 70 compañeros
zafrales de los cuales suponemos sólo quedará la
mitad. A corto plazo, además, estamos viendo venir
otras cosas como, por ejemplo, la disminución de
tamaños y sabores trabajados en esta planta, o sea
que una cantidad de bebidas fuera de Coca Cola
y Coca Cola Light que hoy trabajamos acá prevemos
que ya no se embotellarán más en la planta.
-¿Acá dónde?
-En Uruguay, y pensamos que lo puedan importar. Esto
está enganchado con la caída del doble IMESI
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previsto en el actual proyecto de reforma
tributaria. Esa disposición puede perjudicarnos a
nosotros directamente porque pueden traer la bebida
de Argentina, que está cerca y tiene todas las
condiciones. Estamos anticipando que esto puede
ocurrir, y por ahora sólo poniendo al gremio en
alerta por nuestro futuro, el futuro de todos los
trabajadores
-¿Están previendo que eso provoque más despidos?
-No directamente hoy, pero, por ejemplo, es una
realidad que ya van a entrar menos zafrales; eso ya
es un hecho.
-¿Entonces habrá menos actividad, menos producción?
-Va a haber menos actividad, pero no menos
producción ya que se introducirá nueva tecnología y
cambios operativos en el sistema de cargas,
eliminaría puestos de trabajo. En los dos casos
estamos discutiendo; estamos planteando alternativas
no solamente para los compañeros zafrales sino para
nuestras tareas.
En 2003, a la salida del último conflicto, firmamos
una serie de convenios que están para ser revisados
porque ya pasaron tres años y hay cosas nuevas, hay
modificaciones que hacer. Tenemos que discutir la
reducción de la jornada, otro tipo de iniciativas
que nos aseguren la estabilidad laboral. Otro
elemento es que en la fábrica tenemos un promedio de
edad muy alto.
-¿De cuánto?
-El promedio es de 50 años. Desde ahora hasta 2007
tenemos 17 compañeros que entrarán en edad
jubilatoria, y estamos tratando de cubrir esos
puestos con los compañeros zafrales que puedan
quedar efectivos, ya que algunos tienen 15 o 18
zafras; no puede ser que sigan siendo zafrales, en
algún momento tienen que quedar efectivos.
En 2004 se logró dejar efectivos un número grande de
compañeros, pero ahora, por la forma como se van
dando las cosas, no la vemos muy fácil.
Tenemos que tener claro hacia dónde va la empresa y
hacia dónde vamos nosotros, no solamente este año
sino el que viene, porque si no ellos ejecutarán los
cambios y nosotros no vamos a poder responder
después. Lo que tiene esto de importante en la
discusión política es que cuando Coca Cola
asumió la planta en Uruguay, se adecuó a la realidad
de su gobierno, de sus leyes y demás; en cuanto a lo
legal, tanto sea tercerizados como fijos, y en todo
lo que planteamos como Sindicato no tenemos
problemas. Pero aspiramos a mucho más, aspiramos a
que los tercerizados sean trabajadores de Coca
Cola, pero eso no depende sólo del Sindicato
sino del propio gobierno. Hay un proyecto de ley
sobre las tercerizaciones que impulsa ese tipo de
cosas. Estamos trabajando en eso, no solamente por
la cantidad de trabajadores, por decir que tenemos
un gremio con mayor número de afiliados, sino porque
las condiciones de trabajo son totalmente
diferentes. Por lo menos ya tenemos un paliativo,
los compañeros que están tercerizados, cualquiera de
ellos, está cobrando un salario por encima del laudo
de su gremio central, por arriba del gremio de
comercio, de seguridad, de transporte porque como
sindicato trabajamos con Coca Cola y
la empresa se hizo responsable de pagar una parte de
ese salario para que puedan ganar un poco más.
Cualquier limpiador gana hoy 6.800 pesos mensuales
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un guardia gana lo mismo cuando hoy se paga en el
mercado 13, 14 pesos la hora.
Lo más pesado es el tema del IMESI y la reforma
tributaria. Hoy no ingresa bebida en el país porque
tiene un doble impuesto que es una barrera
arancelaria. En el proyecto del ministro de Economía
Danilo Astori, en relación a la reforma
tributaria esa barrera cae. En el cigarrillo cayó, y
hubo un acuerdo parcial que está en veremos. En el
caso de la bebida no lo hay. En la cerveza no habría
demasiado problema porque hay un monopolio más
pesado (AmBev), pero en los refrescos nos
puede perjudicar y mucho, eso sería un problema.
Tenemos la idea de que Astori irá la semana
que viene a la fábrica para mantener una reunión con
el Sindicato. Queremos con esto aclarar algunas
dudas respecto a la reforma tributaria, que se
explique el tema del doble IMESI.
A la empresa este asunto probablemente no le afecte
mucho porque puede pasar a embotellar alguna cosa
acá y hacer intercambio en la región, pero sí va a
afectar a los puestos de trabajo. Estamos en alerta
tratando de que esto se difunda un poco más.
-¿Han mantenido contactos con el Ministerio de
Economía por la reforma tributaria?
-Sí, en los inicios, cuando recién empezó a gestarse
tuvimos dos reuniones, una por la franja salarial y
la otra por el IMESI. La idea que había era que la
caída fuera paulatina, y no abrupta
-¿Qué argumento da el Ministerio para la caída del
IMESI?
-Para nosotros es inexplicable, aunque nos consta
que hubo presiones por parte de países del MERCOSUR
para que se levantaran las barreras arancelarias ya
que hay sectores de la bebida tanto en Argentina
como en Brasil que no quieren este tipo de cosas.
En el caso de las bebidas, los altos valores del
IMESI son los que permiten cuantiosas recaudaciones;
si se decide bajar la barrera arancelaria sin ningún
tipo de preaviso, no solamente perderemos cientos de
fuentes de trabajo sino que el gobierno dejaría de
recaudar una suma importante.
No nos vamos a negar a que se tomen determinado tipo
de decisiones, pero sí queremos ser partícipes de la
solución conjunta que pueda haber, de modo que
podamos mantener los puestos de trabajo y el
equilibrio competitivo en calidad.
-Si cae el doble IMESI, ¿cierra Coca Cola en
Uruguay?
-No, probablemente acá se embotellarían menos
variedades, sólo un sabor o algo así, pero seguro va
a afectar los puestos de trabajo porque traerían
coca cola de argentina y brasileña.
Hubo una denuncia de Chile y México ante la
Organización Mundial de Comercio Uruguay por la
aplicación del doble IMESI, por lo que el país en
algún momento tendrá que hacerlo caer, lo que
esperamos es que no sea de un día para el otro.
El Sindicato está alerta ante esta situación y ante
cualquier resolución por parte del gobierno y
pretende mantenerse firme como hasta ahora.
Carlos Amorín
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Rel-UITA
14
de julio de 2006 |
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