El Sindicato de
Trabajadores de Coca Cola (STCC) se encuentra en
conflicto con la empresa que desconoce importantes
puntos del Convenio Colectivo e intenta impedir la
afiliación sindical de algunos de sus empleados. Sirel
dialogó con el presidente del STCC, Gustavo Sotelo, para
conocer más detalles.
-Este conflicto viene madurando desde hace tiempo…
-Hace tres meses que estamos discutiendo en el Ministerio de
Trabajo una plataforma con once puntos, sobre la cual no
hemos llegado a ningún acuerdo. En este periodo la
empresa agregó nuevos temas de conflicto lo que provocó
varios paros y Asambleas.
Por estas razones hemos decidido un paro nacional general de
24 horas para hoy, viernes 15, con una Asamblea y
posterior marcha por el Centro de Montevideo. No vamos a
seguir esperando. Queremos soluciones ya. No descartamos
ninguna medida, incluyendo el desabastecimiento de
bebida en el mercado.
-¿A
qué se debe esta intransigencia empresarial?
-Coca Cola tiene una política de desgaste hacia el
Sindicato, y eso repercute en los dirigentes ya que las
bases comienzan a descreer en la capacidad de su
organización para solucionar los problemas. ¡Y esto ya
no da para más!
-¿Cuáles son los principales puntos de esa plataforma?
-Los temas pendientes más importantes se relacionan con el
sistema de distribución tanto en el interior como en
Montevideo, en relación con el Convenio que tenemos
firmado y que la empresa no respeta; también estamos
exigiendo mayor dotación de personal en todos los
locales de trabajo ya que estamos recargados; por otra
parte, hay compañeros afiliados que por su cargo están
fuera del Convenio, y la empresa les hace quitas a sus
ingresos por antigüedad, por horas extras, por trabajo
nocturno en razón de estar sindicalizados; otro punto
importante se refiere a los compañeros zafrales, ya que
hay más de 100 de ellos que vienen trabajando en cuatro
y cinco zafras consecutivas y estamos exigiendo la
efectividad de todos ellos.
A esto se agrega el reciente intento de intimidación de un
gerente hacia cinco compañeras que se querían afiliar al
sindicato. Este señor las citó a una reunión el mismo
día y a la misma hora que debían mantener un encuentro
con nosotros. Las amenazó veladamente para que no se
afiliaran a la organización sindical, lo que por suerte
no logró porque las compañeras no sólo no se asustaron,
sino que salieron de allí indignadas y más convencidas
que antes de que debían sumarse al Sindicato.
Todo esto conforma un panorama muy complejo y cargado que
motiva nuestra movilización de hoy, en la cual esperamos
una participación multitudinaria.