Hace algunas semanas se disparó
la voz de alarma: Coca Cola
pretendía incorporar y
tercerizar el sector de soplado
de botellas PET. La
participación de la UITA en este
conflicto se trató de una medida
de autodefensa, desde el momento
en que representa a la mayoría
de los trabajadores de Coca Cola
en el mundo, una medida como la
que se pretendía aplicar en
Uruguay afectaba a todos.
“Cristalpet
instalará una
máquina sopladora
de su propiedad en
la planta de
producción
de
Montevideo Refrescos
S.R.L.
Luego de diversas
instancias de
negociación y
propuestas
formuladas, las
partes acuerdan que
la referida máquina
sopladora será
operada de la
siguiente manera:
- 1
operario por turno
en la función del
soplado que podrá
ser seleccionado del
plantel de
trabajadores de
Cristalpet y pasará
a formar parte de la
planilla de
Montevideo Refrescos S.R.L.
- 1
operario por turno
en la función de
etiquetado que será
seleccionado de la
actual planilla de
trabajadores de
Montevideo Refrescos
S.R.L. Estos
trabajadores serán
formados por
personal de
Cistalpet desde que
la máquina se ponga
en funcionamiento y
por el período de
120 días corridos.
- 1
operario por turno
en función de
control de calidad
que será
seleccionado de la
actual planilla de
trabajadores de
Montevideo Refrescos
S.R.L. Estos
trabajadores serán
formados por
personal de
Cristalpet desde que
la máquina se ponga
en funcionamiento y
por el período de
120 días corridos.
Los salarios que
percibirán estos
trabajadores serán
los vigentes para el
laudo de la bebida,
tomando como base
los valores que
surjan aprobados en
la nueva evaluación
de tareas.”
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Lo anterior resume el acta
levantada el pasado miércoles 21
en el Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social formalizando el acuerdo
alcanzado entre Montevideo
Refrescos por una parte y el
Sindicato de Trabajadores de
Coca Cola (STCC) y la
Federación de Obreros de la
Bebida (FOEB) por
otra, que puso fin al diferendo
creado por la refresquera al
pretender instalar en su línea
de producción una máquina
sopladora –que elabora las botellas
de PET–
perteneciente a otra
empresa (Cristalpet)
que operaría con personal de la
misma.
Para recoger sus impresiones
sobre este acuerdo, Sirel
entrevistó a Gustavo Sotelo,
presidente del STCC.
-¿Recordemos los antecedentes?
-Desde el mismo momento en que
la empresa anunció su intención
de que la sopladora sería
operada por personal de otra
empresa, el Sindicato, más allá
de la pérdida de algunos puestos
de trabajo, se manifestó
contrario a que en la línea de
producción trabajaran al mismo
tiempo operarios de
Coca Cola
y de otra empresa. Por otra
parte, además de la conocida
posición del Sindicato contra la
tercerización, argumentábamos
que
–próximos a discutir la
productividad–
no podíamos
aceptar que en la misma
incidieran trabajadores
externos.
Como era de esperar, frente a
este intento de tercerización,
la posición asumida por el
STCC contó con el respaldo
de la FOEB, el PIT-CNT
(central de trabajadores de
Uruguay) y de la propia
UITA. Incluso la Secretaría
Regional de la UITA envió
un detallado informe a la
Secretaría General
fundamentando su
posición, cuyo destino final fue
la sede de
Coca Cola
en Atlanta.
-¿Qué importancia le atribuyen
ustedes a las distintas acciones
en la solución del conflicto?
-En la FOEB existían dos
antecedentes importantes, uno en
la Fábrica Nacional de
Cerveza y otro en MILOTUR
S.A. (Nativa) donde
se había intentado aplicar, sin
resultado, la misma
tercerización que ahora
pretendía efectuar
Coca Cola.
También pesó mucho la posición y
el apoyo de la UITA y su
Federación Latinoamericana de
Trabajadores de
Coca Cola
(FELATRAC). Finalmente
reunidos en el Ministerio de
Trabajo y viendo que no se
llegaba a un acuerdo entre las
dos partes, la Dirección
Nacional del Trabajo de
dicho Ministerio, presentó una
propuesta –que contemplaba las
aspiraciones del Sindicato–
que
finalmente resultó aprobada.
-¿Cuáles son las expectativas
del Sindicato al culminar esta
etapa?
-Destacar el triunfo del
Sindicato, respaldado por todas
las organizaciones antes
mencionadas, en una negociación
donde se obtuvo la totalidad de
lo que aspirábamos. Pero todavía
nos queda un camino por
recorrer, en este sentido
esperamos que la empresa cumpla
con nuestra solicitud de que
comience a funcionar un
departamento de relaciones
laborales, donde las opiniones
del Sindicato sean tomadas en
cuenta.
Estamos seguros que la
existencia de ese departamento,
funcionando tal como lo
proponemos, hubiera evitado este
último conflicto.