Coca Cola, úselo y tírelo

Salvando al planeta y a los trabajadores

 

Mientras en Argentina Sprite anunció la implementación de una campaña “ecológica” en las playas de Villa Gesell bajo el slogan “Todos somos ecologistas con el tacho cerca”, en Estados Unidos Coca Cola anunció que lo que enviará al tacho será a 3.500 funcionarios

 

Acción Planeta”. Con tan pomposo apelativo se ha designado el proyecto relacionado con el cuidado del medio ambiente de Sprite/Coca Cola en la Argentina. Entusiastas jóvenes rastrillarán la playa con guantes especiales, bolsas de residuos y remeras fluo de identificación. Con seguridad, el team de marketing se ha preocupado de identificar la música dinamizadora, esa que al mismo tiempo estará llamando la atención de los bañistas, animará al grupo para trabajar con ahínco y alegría en esta noble tarea de salvar el planeta, recolectando las inmundicias que produce la sociedad capitalista. Otra alternativa, por fuera de la agencia de publicidad, estaría en las propias capacidades instaladas en la compañía. Los jóvenes marchan en la búsqueda de residuos y a viva voz divulgan el slogan de la campaña. Algo similar a lo que sucede en FEMSA, México, donde los trabajadores entonan estridentes cánticos de guerra incitándose a PRODUCIR más y más.

 

Paola Aldaz Bierre, gerente de Sabores de Coca Cola, manifestó que Sprite busca contribuir a la concientización sobre el cuidado del medio ambiente, “desde un lugar honesto y auténtico que permite decir las cosas como son”. Ante tanta parafernalia, uno se pregunta, ¿qué pasará cuando esos jóvenes, sudando la gota gorda bajo el implacable sol -a esto, en ningún lado se consigna que les proveerán de protector solar- se den cuenta de que una buena parte de la basura que acarrean en las bolsas plásticas son las propias botellas plásticas de refrescos, y con seguridad de la misma Sprite,  que es la segunda gaseosa preferida entre los jóvenes de 16 a 19 años, detrás de Coca Cola. ¿Serán entrevistados? ¿Podrán decir las cosas como son, como lo anuncia la señora Aldaz Bierre? ¿Decir, por ejemplo, que Sprite los invitó a recolectar los residuos que la Sprite produce? “Las cosas son como son”, y son los altos niveles de producción de botellas no retornables los que producen grandes cantidades de residuos y consecuencias negativas para el ambiente.

 

En México DF, en 2004, la demanda de PET para la fabricación de envases fue de 55.800 toneladas al año. Millones de envases plásticos que luego la industria refresquera botará a diario afectando severamente, entre otros, los sistemas de drenaje de las ciudades de todo el mundo, que Coca Cola quiere salvar.

 

Librarse de la culpa, culpando a otros

 

Resulta muy interesante el análisis que realiza Escobar y Vega, del Partido Ecologista Verde de México: “Desde mediados de los noventa las principales embotelladoras de refrescos y aguas minerales abandonaron el envase de vidrio para sustituirlo por el de plástico PET, agregando envases a la marea de plástico que cubre ríos, lagos, mares, calles y basureros de nuestro país. La tendencia es continuar con la sustitución de envases PET retornables por no retornables, y hacer lo mismo con los de vidrio, por obvias razones de mercado: resulta más barato hacer un envase de plástico que de vidrio”.

 

La sustitución del vidrio por el PET produjo importantes beneficios para las empresas refresqueras. Por un lado, como ya se dijo, el PET es más barato que el vidrio, y se abarata mucho más si ese envase no es retornable, porque las empresas no tienen que molestarse en recogerlo, lavarlo y reutilizarlo o reciclarlo. Las “cosas son como son”, señora Aldaz Bierre: es más cómodo trasladar la responsabilidad de qué hacer con los envases al consumidor y a las alcaldías, mientras tanto las compañías bombardean a la opinión pública sobre sus políticas de responsabilidad social.

 

El lucro con el tacho cerca

 

En el capitalismo en su fase globalizadora, los trabajadores y las trabajadoras constituyen un insumo cada vez más prescindible. Las corporaciones transnacionales se han especializado -tecnológica e ideológicamente- en la eliminación de puestos de trabajo. El sistema “prefiere un dólar ahorrado en costes a un dólar de beneficio extraordinario”.

 

Coca Cola Enterprises, el mayor embotellador y distribuidor de bebidas del mundo, informó esta semana que reducirá su plantilla en 3.500 funcionarios. Esta operación de recorte de puestos de trabajo se dio a conocer como si se tratara de un anuncio publicitario hacia el mercado de valores y acciones. La reacción en Wall Street no se hizo esperar: al otro día del comunicado, las acciones de la compañía se revalorizaban 1,90 por ciento, hasta los 20,92 dólares.

 

Al tiempo que en Estados Unidos Coca Cola se deshace de miles de funcionarios administrando con el tacho cerca, en Argentina la transnacional organiza una peregrinación sicodélica con las imágenes de la responsabilidad social y ambiental. ¡Las cosas son como son: basura, nada más!

Gerardo Iglesias

© Rel-UITA

15 de febrero de 2007

 

 

 

 

 

Imágen y destacados © Rel-UITA

 

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