A V I S O
Importante empresa transnacional necesita
abogado para su área de recursos humanos… inútil
presentarse si no ocupó un cargo relevante en el
Ministerio del Trabajo. |
Inequívocamente nos encontramos en un momento histórico,
caracterizado por un inédito y acelerado proceso de
concentración de los recursos y la riqueza por parte
de las transnacionales. Donde lo económico se ha
separado de la política, y mucho más lo ha hecho de la
ética. Por ello no provoca mayor asombro que las cinco
primeras empresas cerealistas controlen más del 75%
del mercado mundial de cereales. Que una sola compañía
domine el 60% de las compras de pollo en
Centroamérica. Que los ingresos del supermercado
estadounidense Wal-Mart sobrepasen los de la mayor
parte de los Estados del este y centro de Europa,
entre ellos, Polonia, Ucrania, Hungría, Rumania y
Eslovaquia.1
O que las 100 empresas más grandes tengan unos
ingresos por ventas de más de cuatro billones de
dólares y representen en conjunto 15% del producto
mundial, empleando a menos de 12 millones de personas
en todo el mundo.
Un reducido número de compañías globales está convirtiendo
los mercados en un
oligopolio planetario. La dinámica
impuesta fagocita empresas a un ritmo atroz: ya no hay
lugar para la dimensión mediana y pequeña. Se estima
que entre dos terceras y tres cuartas partes de la
llamada inversión extranjera directa no se consagran a
inversiones nuevas, sino a fusiones y adquisiciones,2
arrojando como saldo una drástica reducción del número
de centros de trabajo y, por consiguiente, de la
planilla laboral. De esta forma en vez de constituir
nuevos emprendimientos, las transnacionales se
aprovechan de las ventajas y capacidades ya
instaladas… inclusive de las existentes en los
ministerios de Trabajo como veremos más adelante.
Nicaragua: llegaron los mariachis
Luego de la adquisición de Panamco en 3.600 millones dólares
a finales de 2002, Fomento Económico Mexicano S.A. (FEMSA)
pasó a vender 1 de cada 10 Coca Cola en el mundo y 1
de cada 3 en América Latina, convirtiéndose en la más
grande embotelladora de Coca Cola fuera de Estados
Unidos. Corroborando la tendencia enunciada en nuestro
análisis, FEMSA no construyó nuevas plantas, por el
contrario, cerró 11 de las 17 que operaban en
Colombia.
El desembarco en Nicaragua no registró los quiebres
evidenciados en otras latitudes. La batuta a manos de
FEMSA
no incorporó mayores cambios, hasta hace algunos meses
cuando comenzó el desafine: una campaña para debilitar
al sindicato, sumado a una serie de violaciones al
convenio colectivo. En este contexto, un paro de
labores espontáneo por un grupo de trabajadores el 30
de julio de 2004, ante la decisión unilateral de la
empresa de hacer un ínfimo aumento de salario sin
negociarlo con el sindicato, fue el argumento para
presentar en el Ministerio del Trabajo la cancelación
de los contratos de trabajo de los dirigentes
sindicales: Daniel Reyes, secretario general; Azalía
Flores, secretaria de finanzas y Noé Morales,
secretario de propaganda y deportes.
En sintonía con estos tiempos donde, como fuera mencionado,
se imponen las alianzas estratégicas, la utilización
de logísticas y redes existentes
FEMSA,
que necesitaba influir en el Ministerio de Trabajo
para que fuera contemplada favorablemente la solicitud
de despidos, decidió aprovechar las capacidades
instaladas en el propio Ministerio, faltaba más. Así,
contrataron a la licenciada María del Carmen Peña,
quien el viernes 30 de julio –cuando los despidos– aún
era funcionaria del Ministerio, desempeñándose en la
inspectoría del sector industria. La citada licenciada
ingresó a
FEMSA el lunes 2 de agosto como jefa
de relaciones laborales y, muy rápida para los
mandados, al otro día presentaba en su anterior
oficina la solicitud de la cancelación de los tres
contratos de trabajo. ¿Qué tal?
En su sitio en internet
FEMSA anuncia “…nuestros colaboradores son hombres y
mujeres capacitados y motivados hacia una mejora
continua.” Cabe preguntarse: ¿la licenciada Peña
realizó en
FEMSA un curso intensivo de fin de
semana antes de ingresar como jefa de relaciones
laborales? ¿Con eso basta para conocer los principios,
valores y filosofía que la empresa tanto pregona? ¿O
ella comenzó su aprendizaje en la transnacional mucho
antes, es decir, cuando todavía era funcionaria del
Ministerio y
FEMSA decidió cambiar su actitud
frente al sindicato? ¿Usted no desconfiaría?
Gerardo Iglesias
© Rel-UITA
15 de setiembre de 2004
1
Hertz Noreena, El poder en la Sombra. Planeta Historia
y Sociedad.
2
George Susan, La globalización de los derechos
humanos. Letras de Crítica.