Con bombos y
platillos, el Gobernador José Alperovich anunció la
llegada de un nuevo inversor a la provincia:
Monsanto. "Es una muy buena noticia, porque es una
empresa internacional, que es de biotecnología, que
hizo a la soja resistente contra todo, se va a
instalar en Tucumán, que otra vez aparece como eje
del norte", señaló el Gobernador.
La multinacional proveedora de productos agrícolas y
creadora del famoso herbicida Roundup
planea abrir una estación experimental, con una
inversión de 20 millones de pesos. “Generará
400 puestos de trabajo”, señalaron sus
directivos.
La estación estará destinada al mejoramiento
genético de la soja, el maíz y otros
productos, según informó Lucila Pentenero en
nombre de la empresa
Cultivos transgénicos
Se denominan cultivos transgénicos a los productos
de la tierra modificados genéticamente en muchos
casos para hacerlos resistentes al uso de
herbicidas. En el caso de la soja, por ejemplo, la
modificación de su ADN ha permitido que la
planta sea inmune a la acción del glifosato, un
herbicida que ataca cualquier tipo de maleza que la
amenace.
La modificación genética de los cultivos comenzó en
la década del 80, y Monsanto se puso a la
cabeza de las investigaciones. La soja transgénica
se presentó al mundo como la gran promesa para
eliminar el hambre mundial. Efectivamente, los
cultivos se multiplicaron, debido a la facilidad de
eliminar las malas hierbas con el uso del glifosato.
El principal productor de este herbicida, que no
ataca a la soja, es precisamente Monsanto, y
su nombre comercial es Roundup.
Roundup, monocultivo,
contaminación y fraude
Actualmente el boom de la soja ha derivado en una
fiebre de cultivo que ha invadido el país y en
general casi toda América. En la Argentina,
la organización Greenpeace calcula que en
la última década unas 160 mil familias han sido
desplazadas por el avance del agronoegocio.
No existen estudios definitivos sobre los efectos de
“contagio” de las plantas transgénicas a otras
especies de cultivos. En lo que la comunidad
científica sí acuerda es en que el uso sostenido del
glifosato arruina definitivamente la tierra para
posteriores siembras, condenándola al monocultivo.
El Roundup pierde efectividad al contacto con el
agua, lo que provoca que se utilice el producto en
cantidades cada vez mayores: un negocio redondo para
Monsanto.
El Roundup está catalogado como tóxico por la
Organización Mundial de la Salud en niveles leves
para la inhalación, y en niveles graves para la
exposición ocular y al contacto con la piel.
Sin embargo, el estudio de Benachour, Nora;
Gilles-Eric Séralini (23 de diciembre de 2008).
«Glyphosate Formulations Induce Apoptosis and
Necrosis in Human Umbilical, Embryonic, and
Placental Cells».
Indica que su uso provoca la muerte de embriones,
placentas y células umbilicales en bajas
concentraciones.
Aún así, cada país del mundo determina los permisos
para su uso. En un mapa mundial, se observa que los
países europeos y Australia sólo poseen
cultivos experimentales de alimentos transgénicos
cultivados con glifosato, mientras América y parte
de Asia tienen cultivos intensivos.
En la Argentina la Comisión Nacional de
Investigación, creada en 2009, es la encargada de
realizar los estudios correspondientes a las graves
denuncias presentadas.
En el Barrio Ituzaingo Anexo y en Córdoba radican
los casos más agudos. La Corte Suprema ya recibió
una demanda de la Asociación Argentina de Abogados
Ambientalistas.
En 2009, un trabajo de Andrés Carrasco,
Subsecretario de Investigación Científica y
Tecnológica del Ministerio de Defensa dio cuenta que
el glifosato puede producir malformaciones
neuronales, intestinales y cardíacas en embriones
humanos. La Universidad Nacional de Santa Fe ha
encontrado en cultivos de soja contaminación de las
napas freáticas.
Monsanto, la Peor Empresa
del Mundo
La agencia Suiza Covalence rankea a las
empresas por su índice de ética corporativa,
evaluando 45 ítems predefinidos, especialmente
referentes al manejo de desechos y el respeto por
los derechos humanos. En lista de las 581 peores del
mundo del año 2010, Monsanto ocupa el puesto
número uno. En 2011, la Natural Society volvió a
otorgarle el tan poco preciado galardón
La buena noticia que trae Alperovich es,
justamente, la instalación de la peor empresa del
mundo.