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República Dominicana

 Con Agueda Sosa

Nestlé es un monstruo,
y a nosotros nos faltó unidad

 

Era secretaria de Organización del Sindicato de Trabajadores de Helados Nestlé (SINTRANESTLED). Asegura que el cierre de la fábrica en Santo Domingo es una catástrofe en la vida de sus compañeros y compañeras, un shock muy difícil de superar. Su experiencia y compromiso sindical la llevan a señalar que los sindicatos de Nestlé en el país debieron estar unificados. Agueda conversó largamente con Sirel sobre sus vivencias y reflexiones a partir del despido masivo.

 

 

-¿Por qué te parece que han cerrado esta planta y de esta manera?

-Fue un atropello a la clase obrera, porque nosotros salimos de la fábrica un miércoles a las 3 de la tarde y todo estaba perfecto, y al otro día regresamos a las 5 de la mañana para enterarnos de que la planta estaba cerrada. Veníamos incluso haciendo horas extras. Ellos se estaban preparando y llenaron todas las naves de las cámaras. Nos dieron un golpe de muerte.

 

¿Por qué no nos dieron alguna información previa? ¿Cuál es la ética de esta empresa que no tiene empacho en despedir de esta manera a gente enferma, mujeres embarazadas, personas con licencia anual, padres y madres de familia? Esto ha sido un profundo shock psicológico para todos y estamos sufriendo las secuelas de esa situación. Tenemos compañeros de edad avanzada que no conseguirán otro empleo. Ese día había Policía Secreta, ambulancias, paramédicos… ¡y eran las 5 de la mañana! Lo tenían todo planificado. Nos trataron como si fuésemos ladrones.

¿Cuál es la ética de esta empresa que no tiene empacho en despedir de esta manera a gente enferma, mujeres embarazadas, personas con licencia anual, padres y madres de familia?

 

-¿A cuántos trabajadores y trabajadoras reubicaron?

-Ellos le dijeron al gobierno que reinstalaron al 25 por ciento del personal, pero es mentira. Sólo relocalizaron a los empleados administrativos, a la clase obrera la dejaron afuera. Eso nos causó pánico. A Nestlé no le interesa sus trabajadores ni sus trabajadoras, sólo sus productos.

 

-¿Hay muchos que están deprimidos?

-Muchos, muy deprimidos. Hemos ido a los médicos porque supuestamente continuarían pagando el seguro durante seis meses, pero cuando vamos a los hospitales y a las clínicas no nos atienden porque Nestlé no paga ya por nosotros. Esta es otra mentira, como también lo es que nos hayan dado seis meses de salario como compensación. La llegada de Ana Isabel a la gerencia de Recursos Humanos transformó todo en un caos. Ella instaló un clima de tensión y de intimidación. Nos prometían muchas cosas en las reuniones entre empresa y sindicato, pero después no cumplían ninguna.

 

-Seguramente esta gerente recibía todo el apoyo de la compañía…

-Sin duda, y tengo entendido que ha sido la política de Nestlé en otras partes, porque esta empresa no tiene buenas relaciones con la clase obrera. Por mi experiencia en el sindicato pude darme cuenta de que Nestlé abusa de los trabajadores y trabajadoras.

 

-¿Cuántos años tienes?

-Tengo 43 años, y llevaba diez años dentro de la empresa. En el sindicato participé desde su creación y ocupé diversos cargos.

 

-¿Ustedes continúan reuniéndose?

-La Directiva del sindicato aún se reúne. Justamente, lo haremos este próximo viernes. Seguimos manteniendo el contacto con los compañeros y las compañeras, tratando de saber de ellos, de ayudarlos en lo que se pueda, organizándonos en esta nueva etapa. Muchos tienen padre o madre a cargo, casi todos con préstamos y créditos que pagar. Ha sido un desastre en la vida de todos. Y eso no se cura de un día para el otro. Casi todos teníamos más de diez años de trabajo en la empresa. Mentalmente estamos muy afectados.

 

-¿Hay un rumor de que la empresa no cerrará definitivamente?

-Corre esa voz, y cada día más firmemente. Parecería que quedará como distribuidora. Todavía permanecen algunos pocos trabajando allí, choferes, pero ninguno está sindicalizado. La idea sería importar helados de las plantas de Cuba o Puerto Rico. En el documento que le entregaron a la directiva del sindicato el día del cierre, sin embargo, dice claramente que se cerrará en forma definitiva el negocio de los helados Nestlé en el país, que no habrá exportado ni importado. Prácticamente que iban a desbaratar la empresa. Es probable que haya sido otra de las mentiras que nos dijeron. Ellos dicen que no tenían la rentabilidad que precisaban, pero yo creo que querían destruir al sindicato, y además tenían una muy mala administración. No tengo pruebas, pero si testimonios de que había un descontrol administrativo. Ellos quisieron encubrir su propia ineficiencia.

Por mi experiencia en el sindicato pude darme cuenta de que Nestlé abusa de los trabajadores y trabajadoras.

 

-¿Cómo te sientes tú personalmente?

-Muy mal, me siento mal por mí y por mis compañeros y compañeras de trabajo con los cuales durante tantos años dimos el todo por el todo para sacar a esta empresa adelante. Y así nos pagó. Yo quisiera que todos ustedes hubiesen estado ahí en esos momentos para ver cómo fuimos tratados. No hay palabras para describir lo que se siente. Para ellos no somos nada, no tenemos sentimientos. Es un día imborrable para todos nosotros.

 

-¿Qué les dirías a los trabajadores de Nestlé en todo el mundo?

-Les exhorto, como trabajadora y compañera, a darse cuenta de que trabajan en una empresa que es como un monstruo, porque le meten miedo al trabajador. Les pido que se unan todos los trabajadores y trabajadoras de Nestlé, como un sindicato sólo a nivel nacional y también internacional, para combatir a este monstruo. Solamente así tenemos posibilidades de ganar. Hago un llamado a los sindicatos de Nestlé, dominicanos e internacionales, a que se reúnan, se comuniquen y hagan un solo sindicato. Lo digo porque el nuestro era como un sindicato hijo de los otros de la misma empresa en República Dominicana, y si hubiésemos tenido más apoyo esto no nos habría pasado. Hicimos varias reuniones y hasta seminarios para unificar los sindicatos, ya que la empresa es una sola, pero eso no ocurrió, quizás por diferencias personales. Debo decir que no sentimos el apoyo de algunos de nuestros compañeros para unirnos, que siempre fue nuestra meta. Por eso lo repito, únanse, porque la Nestlé no es buena y no debemos permitir que esté por encima de la gente y de las leyes.

 

En Montevideo Carlos Amorín

Rel-UITA

28 de agosto de 2008

 

 

 

 

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