-¿Cómo has vivido el cierre
de la fábrica de helados?
-La situación es de total incertidumbre, hacía ocho años que
trabajaba en Nestlé y este cierre repentino sin ninguna consideración
a los trabajadores y trabajadoras nos ha dejado a todos muy conmocionados,
hay compañeros que están sufriendo depresión ya que existen muchos que -ya
pasados tres meses- aún no han conseguido trabajo y están literalmente en la
calle.
-¿Qué piensas de esta
actitud de Nestlé?
-Fue un acto inhumano, de los administrativos de la empresa,
porque considerando el esfuerzo que venían haciendo los empleados desde el
año 2005, que se trabajaban tres turnos de lunes a lunes, fue un esfuerzo al
que se sumaron todos los trabajadores y trabajadoras para que la empresa
saliera adelante y lo que recibimos como paga es este cimbronazo inesperado.
Han quedado familias enteras en la calle.
-Se habla de que Nestlé
retomó 25 por ciento del personal en otras plantas...
-Eso no es así. Reubicaron a las personas más allegadas al
círculo de la administración, así simple y llanamente.
-¿Cómo han actuado las
autoridades competentes -el Ministerio de Trabajo- ante esta situación?
-Luego de que realizáramos la denuncia correspondiente ante
el Ministerio, el secretario de Trabajo nos explicó que la empresa no podía
reabrir, dándole además toda la razón y desamparando a los trabajadores.
-¿Qué mensaje le envías a
los trabajadores y trabajadoras de Nestlé en el mundo?
-Que Nestlé siempre ha tenido dos caras, una para los
trabajadores y los sindicatos y otra para la publicidad. Debemos mantener la
unidad para enfrentar la política lapidaria de esta transnacional que no le
importa lo más mínimo dejar a sus trabajadores en la calle.