Responsabilidad
social de Nestlé
Ni social ni
responsable |
Las compañías transnacionales se han granjeado con
justicia la reputación de perseguir sus fines de
lucro a toda costa, inclusive de sus trabajadores,
del medio ambiente y de la salud. Es necesario por
tanto estar atentos ante sus cambios de rumbo y sus
costosas campañas de relaciones públicas destinadas
a “emprolijar” esa deteriorada imagen pública.
Un ejemplo de ello es la reciente publicación de
Nestlé: “El concepto de responsabilidad social de
Nestlé (según se ha aplicado en Latinoamérica)”. Más
concretamente, en su capítulo "Agricultura y
suministro” se afirma que la política de
Nestlé
en materia de proveedores y productores agrícolas,
investigación y desarrollo en la materia, se
privilegia los métodos de cultivo que preserven el
suelo, el agua, el aire, la energía y la diversidad
genética. Según esta publicación, técnicos agrónomos
de Nestlé ayudan a los campesinos a cumplir con esas
metas.
Más
adelante, bajo el subtítulo “Manufactura y
distribución”, Nestlé desarrolla lo que entiende
es su comportamiento relativo a la "protección de
los empleados", la gestión de personal, las
instalaciones y el medio ambiente. Explica cuál es
su política sobre calidad de la leche y "seguridad
alimentaria".
En esta misma línea se pueden encontrar otros
ejemplos de trasnacionales que seleccionan
“proveedores sustentables", realizan donaciones de
beneficencia, participan en proyectos educativos y
otras iniciativas "filantrópicas”.
Detrás de estos operativos de mercadeo y maquillaje
de su imagen pública, las mismas transnacionales son
en realidad responsables de que sus proveedores no
puedan ser sustentables porque son obligados a
vender su producción en exclusividad a la
trasnacional y a precios impuestos y mantenidos
durante años, y además tienen que recurrir a sus
hijos para que, en vez de estudiar, los ayuden a
producir.
Observemos algunos hechos recientes: pocos días
después de que Nestlé anunciara públicamente sus
intenciones de incursionar en el rubro de los
alimentos nutritivos, movida que comenzaría en
Europa, muchos informes de prensa daban cuenta de la
compra por parte de Nestlé de la empresa Linda
McCartney Foods. A esta noticia se suma ahora otra:
Nestlé invierte en la empresa de chocolate de
comercio justo Day Chocolate Company.
Teniendo en cuenta los antecedentes de Nestlé, sus
agresivas campañas publicitarias y estos recientes
movimientos, es importante ahora estar más atentos
que nunca. Si se trata de una nueva preocupación
real por la alimentación de las personas,
especialmente de los niños, Nestlé contará
seguramente con el respaldo de todos sus
trabajadores y de la sociedad, pero si se trata de
una nueva estratagema de la compañía para irse
asegurando los mercados que le interesan a futuro
debemos estar prontos para señalarlo públicamente y
con argumentos sólidos.
En ese sentido, preocupa y debe alarmarnos que,
según lo difundió la pasada semana la agencia
oficial en Argentina Télam, “Una leche maternizada
importada de Brasil fue retirada del mercado en todo
el país por autoridades nacionales, luego que el
gobierno porteño detectó la presencia de una
bacteria que la hacía no apta para el consumo
humano, informaron fuentes oficiales.
Se trata de la leche marca Nan1, de Nestlé, en la
que fue detectada la bacteria, a través de los
controles que la Dirección de Higiene y Seguridad
Alimentaria (DGHYSA) porteña realiza sobre alimentos
que se consumen en la ciudad de Buenos Aires.
Este organismo señaló en un comunicado que ‘hasta
tanto se realicen los segundos controles sobre el
producto, se recomienda preventivamente a la
población no consumir el producto’ -Nan1-, del lote
5248121521, con la leyenda consignada SIF 164, y
vencimiento el 4 de diciembre de 2006.
Por su parte, la empresa Nestlé emitió un comunicado
en el que confirmó la decisión de retirar el
producto del mercado”, finaliza la noticia.
Una vez más llamamos la atención: los ritmos
superintensivos de trabajo y la concentración de la
producción para abastecer a millones de personas con
diversos productos, son modalidades de gestión
estratégica que pueden inducir a errores, descuidos
u omisiones en la producción cuyas consecuencias
sobre los consumidores se multiplican
exponencialmente. Ese sistema de producción nada
tiene de “socialmente responsable”, y mucho menos de
sustentable.
Beatriz Sosa Martínez y Carlos Amorín
©Rel-UITA
31
de mayo de 2006
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