Seis meses después de que Campiani comprara la filial
de Parmalat en Uruguay, Rel-UITA le propuso hacer un
balance de lo alcanzado hasta ahora. Uno de los puntos
altos es la buena relación con el personal y con los
productores de leche.
-¿Qué evaluación puede realizar en estos primeros
meses de gestión?
-En estos ciento ochenta días hemos trabajado en
distintos aspectos de la empresa, por ejemplo en
captación de más leche, de más productores, en la
negociación con los bancos y proveedores, pero uno de
los aspectos más importantes es el relacionamiento con
los trabajadores, con los funcionarios de la empresa.
Ese es uno de los fundamentos de esta empresa y una de
las razones por las cuales elegí Uruguay como una de
las filiales de Parmalat que quería comprar.
La empresa está en un momento difícil y demanda un
esfuerzo conjunto muy importante, todos trabajando
como equipo para sacar la empresa adelante. Por eso
dedico mucho tiempo a todo lo que tenga que ver con el
personal, soy un convencido de que el diálogo es
importantísimo. Tengo reuniones periódicas con todos
los funcionarios en las que les explico la situación
de la empresa. He instituido un buzón de sugerencias,
tengo almuerzos cada 15 días con gente en Montevideo,
con la gente en planta, para conocer lo que está
pasando.
Es una política, una filosofía de manejo, de
gerenciamiento que estoy tratando de que llegue a
todos los niveles de la organización. Lo importante es
que cuando se toman las decisiones en la dirección que
se quiere seguir, éstas lleguen a todos los niveles,
que se sepa cuál es nuestro norte y hacia dónde
tenemos que ir. Hay que tener canales de comunicación
establecidos porque se necesita retroalimentación para
saber si está haciendo las cosas correctas o no.
-¿Cómo es el relacionamiento con el
sindicato de la planta industrial?
-Hemos instituido un sistema por el
cual tenemos reuniones cada 15 días. Conjuntamente
hemos definido cierto ordenamiento en las reuniones.
Por ejemplo, se establece una agenda antes de la
reunión así puedo estar preparado y discutir todos
los puntos. Las reuniones son de una hora y media y se
respeta el horario. Luego se escriben minutas y así es
como hemos encontrado un marco para trabajar juntos.
-¿Cómo están las negociaciones con los bancos
acreedores? ¿Firmaron un pacto de “no agresión”?
-Ese pacto por 90 días llevó 90 días
para poder firmarlo, fue un proceso muy difícil. Son
once bancos acreedores, y que estos se pongan de
acuerdo es muy complicado. Lo que hemos firmado es un
“pacto de no agresión” por 30 días que se renueva
automáticamente. Estamos en plenas negociaciones,
comenzaron siendo difíciles pero ahora nos hemos
acercado mucho, hemos encontrado terrenos comunes y es
inminente un acuerdo. Pero la complicación más grande
es que al prestarle dinero a Parmalat Uruguay
S.A. los
bancos pidieron garantías en Italia y les preocupa
perderlas si arreglan con nosotros. Están viendo las
formas legales por las cuales puedan mantener su
derecho a cobrar también en Italia y formular un
contrato adecuado.
-¿Cómo encontró la planta y a la gente cuando se hizo
cargo de la empresa?
-Bueno, la gente fue una de las razones
por las cuales decidí invertir en Uruguay. Estaba
mirando a varias filiales de Parmalat en
Sudamérica y las dos razones que me convencieron para
venir al Uruguay fueron los funcionarios y los
productores. Me tocó mucho cuando vi la cadena humana
en la ciudad para defender la empresa. Eso demostró
que la gente estaba unida y tenía el objetivo claro,
que era el mismo que yo tenía, de sacar esta empresa
adelante. Eso fue lo que me convenció de venir aquí.
La otra razón fueron los productores, que a pesar de
los momentos difíciles apoyaron, se quedaron en la
empresa y en coacción de que podían haber perdido todo
demostraron que iban a seguir confiando y remitiendo
la leche a la planta.
Eso mantuvo esta empresa viva, esos
fueron los dos factores que me hicieron decidir venir
al Uruguay. Es por lo que me decidí y es lo que
encontré.
-No obstante se perdieron algunos productores, ¿se ha
logrado captar más leche?
-En volumen tuvimos un aumento de un 30
por ciento de leche, para eso hemos tratado de darle
confianza a los productores. He tenido reuniones con
casi todos ellos, donde me presento y hago lo mismo
que con los funcionarios, creo en el diálogo. Les digo
quién soy, cuáles son los objetivos y por qué vamos a
salir adelante. Y luego hay que demostrarlo en los
hechos. Se hace un calendario de pagos en el cual
determinamos las fechas en que van a recibir el
dinero, y pase lo que pase ellos saben que en esas
fechas van a cobrar. Esto ayuda a mantener ese marco
de confianza.
-¿Matías Campiani es el único propietario de Ecolat
Uruguay sa
o representa a algún grupo inversor, como se mencionó
previo a la compra?
-Es importante aclarar todo, que no
haya rumores de ningún tipo. No hay ningún grupo
inversor detrás de mí. Soy el único propietario de
Ecolat
S.A.
Pablo Farías
©
Rel-UITA
21 de junio de 2005