-Estuvimos presentes doce sindicatos de la Federación. Los diferentes Secretarios generales hicieron una presentación de la situación en las respectivas empresas y los aspectos que quedan pendientes de solución. La Lic. Chávez manifestó su voluntad para trabajar con nosotros. Se tocó también el tema de la corrupción en el Ministerio y de las relaciones entre funcionarios del MITRAB y los empresarios. A ese propósito, nos aseguró que si se logran demostrar estos actos de corrupción, va a proceder de inmediato a una reestructuración interna. Claro que no podemos esperar que las cosas vengan mágicamente de arriba para abajo, sino que hay que empujarlas desde abajo y es lo que vamos a hacer. Es decir, no vamos a esperar que las cosas se resuelvan solas, sino que la vamos a empujar con energía para fortalecer las organizaciones de base, porque son las que tienen que producir los cambios necesarios, que deben de darse en la relación entre poseedores y desposeídos.

 

-En el caso específico de Parmalat ¿Qué fue lo que le plantearon a la Ministra y qué respuestas tuvieron?

-Se comprometió a visitar de inmediato a nuestra empresa como parte de una filosofía de relación integral, defendiendo los intereses de ambos sectores. En este sentido fue bastante ecuánime, muy responsable y correcta, porque al final es con los trabajadores que este Ministerio está en deuda. No es una novedad que se defiendan los intereses de los empleadores. Lo que se tenía que introducir es la defensa de los derechos e intereses de los trabajadores. Presentamos un escrito en donde planteamos cual ha sido la relación entre empleadores y empleados en Parmalat y la represión que hubo en todos estos años y como se agudizó a partir del 8 de septiembre del 2005, con la llegada del nuevo gerente, Claudio Enrique Sales Costa.

En tres meses fueron despedidos diez trabajadores de manera injusta y aún no se les ha cancelado de forma correcta su liquidación. Se las están dando, pero están utilizando otros instrumentos para quitarles buena parte de lo que les corresponde. Siguen también diferentes formas de presión y de violación al Convenio Colectivo.

 

-¿Qué tipo de violaciones?

-En diciembre, por ejemplo, los días 24 y 31 cayeron en domingo y los trabajadores no los trabajaron porque era su séptimo día. La empresa les quitó los dos días y también el séptimo y mandaron un memorando por escrito en contra de esos trabajadores. Esto es un asalto y un robo y cuando se lo dije a la responsable de Recursos Humanos, me dijo que era una falta de respeto, pero si no quieren que se les acuse, simplemente que dejen de robarnos…

 

-Pasando a otro tema. Después de la introducción en el MITRAB del pliego de revisión al Convenio Colectivo ¿Hubo alguna reacción por parte de la empresa?

-Lo que hubo fue un entumecimiento de las relaciones y la empresa comenzó un proceso de reorganización. Están tratando de crear normativas que afecten a los trabajadores, imponiendo a la fuerza elementos de variaciones al Reglamento interno. Fue una elaboración violenta porque el sindicato nunca participó en ello. Lo mismo está pasando con los códigos de conducta. No los hemos firmado y no los podemos reconocer, sobre todo cuando los utilizan como arma contra nosotros. Le comunicamos al gerente la introducción del pliego de revisión al Convenio Colectivo, pero se ha mostrado muy intransigente y no hubo más comentarios.

Lo que sucede es un intento de desequilibrar más las relaciones con lo trabajadores, acciones de provocación para generar una reacción que justifique nuestro despido. No han renunciado a esto. Quieren destruir al sindicato para no tener una contraparte con la cual entenderse en los asuntos de la empresa. Su concepto y su prepotencia como poseedores, como dueños del medio de trabajo no les permite entender que, las personas humanas que trabajamos ahí, tenemos derechos que se deben respetar. Lastimosamente, con la antigua gestión del Ministerio del Trabajo había un claro acuerdo para que los empleadores no cumplieran la ley.

 

-¿Hubo un compromiso de la Ministra para intervenir en esta situación?

-Ella está de acuerdo y nosotros sabemos que no le podemos pedir demasiado. Vamos a organizar un calendario de visitas en las diferentes empresas transnacionales y estamos seguros que su presencia en estas empresas, donde siguen existiendo conflictos laborales por la represión del empleador, va a significar mucho.

En el MITRAB se va a crear una nueva instancia que es el Departamento de Atención a la Discriminación Laboral. Cuando hablamos de discriminación laboral, nos referimos a las situaciones que involucran a los discapacitados y a sus derechos de trabajar en las empresas. Sólidamente la empresa actúa despidiendo a estas personas. Nuestra propuesta es que en este nuevo Departamento se atiendan también los casos de los trabajadores temporales y tercerizados, porque viven una situación de discriminación laboral permanente.

 

-¿Cómo sigue la situación del personal temporal en Parmalat?

-Actualmente hay como 100 trabajadores temporales. Logramos que ya les quitaran la denominación de “diéros”, porque era una discriminación y un eufemismo para ocultar una aberración en la contratación. Siguen sin contrato, sin derechos y además, se está usando esta figura de temporales para actos de corrupción. Hay casos donde la persona nunca fue contratada pero, a final de año, se le llamó para retirar su liquidación.

Esto quiere decir que alguien retiró su sueldo a lo largo de todo el año y son los famosos “fantasmas”. Alguien se está aprovechando y beneficiando de esta situación. La empresa está en un proceso de presunta reestructuración. Se quejan que no hay liquidez pero, al mismo tiempo, están creando nuevos cargos con salarios muy elevados. Están dirigiendo recursos de manera incorrecta, para garantizarse la presencia de un cuerpo represor bien pagado.

En Managua, Giorgio Trucchi © Rel-UITA 23 de enero de 2007

 

 

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