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 Uruguay

A un año de la cadena humana en apoyo a los trabajadores de Parmalat

La fuerza de la unión

Este jueves 22 se cumplirá un año de la realización de una “cadena humana” en favor de la preservación de las fuentes de trabajo de Parmalat Uruguay, cuyo futuro se veía amenazado tras el crack de la matriz italiana de la transnacional, un año antes.

 

La iniciativa –que reunió a miles de personas en Nueva Helvecia, ciudad de 10.000 habitantes situada a 120 kilómetros al oeste de Montevideo donde la firma tiene su planta industrial– coronó una serie de intensas movilizaciones de los trabajadores, que habían comprendido que sólo involucrando al conjunto de la población de la zona se podía lograr el resultado buscado.

 

Pese a que el sindicato, respaldado en todo momento por UITA, había tocado las más diversas puertas, el gobierno de la época se había cruzado de brazos y nada había efectivamente realizado para preservar las fuentes de trabajo de la filial uruguaya de la transnacional quebrada en diciembre de 2003.

 

La idea de la cadena humana surgió tras una asamblea abierta llevada a cabo en el Club Artesano de Nueva Helvecia, a la que concurrieron diputados por el departamento de Colonia y representantes de la central sindical nacional PIT-CNT, la UITA, las iglesias católica y evangélica, el centro comercial e industrial, diversas asociaciones y medios de prensa.

 

El 22 de setiembre de 2004 varios miles de personas unieron la planta industrial de Parmalat y el centro de la ciudad, separados por 5 kilómetros de distancia. Se trataba de simbolizar un “abrazo” de la comunidad a la empresa, a sus trabajadores, para mostrar a las autoridades nacionales lo esencial que esta firma resultaba para la supervivencia de toda una comunidad.

 

Quienes, como el suscriptor de esta nota, miembro de la Mesa Permanente de Colonia Suiza, constituida luego de la asamblea abierta del Club Artesano, participamos en ese hecho, sólo podemos extraer enseñanzas positivas del mismo.

 

Una de ellas es que, siempre que se trabaje organizada y coordinadamente y con un objetivo claro, se pueden lograr cosas muy importantes. La realización de la cadena llevó a que el entonces presidente de la república Jorge Batlle se dignara trasladarse a Nueva Helvecia para reunirse con la Mesa Permanente, que le entregó un petitorio rubricado por más de 11.000 firmas que los trabajadores habían recogido.

 

Aprovecho esta ocasión para agradecer a todos los integrantes de la Mesa Permanente de Colonia Suiza; a las más de 5.000 personas que nos hicieron emocionar al volcarse a las calles de Nueva Helvecia para demostrarnos cariño y solidaridad; al vecino Fredy García, quien se ha transformado en la voz de los trabajadores de Parmalat; y a la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación y Afines por su constante apoyo y su desinteresada dedicación.

 

 

Pablo Farías

© Rel-UITA

22 de setiembre de 2005

 

 

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