El futuro comprador de
Parmalat Uruguay anunció que aspira a crecer 15% en el
primer año al frente de la empresa y conquistar nuevos
mercados como el japonés y el europeo en base a
calidad. Descartó que deba recurrir a una declaratoria
de concordato para poder salir adelante
y se mostró confiado
en recuperar ese 15% de remeseros que
la empresa perdió
durante este período.
Matías Campiani espera que la semana entrante se pueda
concretar, finalmente, la firma de los documentos que
lo acrediten como el propietario de Parmalat
Uruguay. Por ello ha intensificado en los últimos días
sus contactos con productores, sistema bancario y
anteayer estuvo con el presidente Jorge Batlle. "Le
debía una visita de agradecimiento al presidente
Batlle por todo el interés que demostró en salvar a
Parmalat y en breve me dedicaré a conversar con
los miembros del gobierno entrante", adelantó Campiani
a LA REPUBLICA.
Con los productores que "han acompañado a la empresa en este
último año que ha sido muy difícil y con mucha
incertidumbre también me reuní porque quería
conocerlos, agradecerles su lealtad y darles los
lineamientos de la nueva empresa, nuestro rumbo,
contarles hacia dónde queremos ir y cuáles son
nuestros planes de crecimiento en los que ellos,
naturalmente, juegan un papel fundamental. Al mismo
tiempo quería darles certezas, ya que el proceso de
compra está por efectivizarse y sentí la necesidad de
darles elementos para que confiaran en la nueva
gestión".
Si bien aún no hay una fecha prefijada para firmar la compra
de Parmalat Uruguay, Campiani confía en que
ello podrá concretarse en el correr de la próxima
semana.
Consultado sobre la estrategia a seguir por la empresa, el
nuevo propietario adelantó que "hay dos fases en las
que nos vamos a concentrar. Primero, la
reestructuración financiera –ya estamos en
negociaciones con los bancos y ordenando las finanzas
internas de la empresa– y, por otro lado, el
crecimiento que estamos esperando para este año sea de
un 15% como piso".
Ratificó la presencia de Parmalat en el mercado
interno a través de "buenos productos con valor
agregado y nos concentraremos en las líneas donde ya
estamos", además precisó que "el crecimiento lo veo
por el lado de las exportaciones, me parece que va a
ser un buen año para las exportaciones y apostaremos a
ello creando productos de mayor valor agregado".
Reconoció que la estrategia "tiene que cambiar" porque
Parmalat Uruguay era la empresa de una
multinacional que operaba con otros volúmenes, "ahora
somos una empresa uruguaya y tenemos que readecuar la
estrategia a esa nueva realidad y por eso vamos a
alejarnos de los productos de commodities de
exportación y tratar de agregar o crear productos de
mayor valor agregado".
Al respecto destacó que ya se están abriendo nuevos mercados
con la primera exportación a Japón dispuesta para los
próximos días y ratificó que EEUU, México y Venezuela
son mercados importantes debido a los acuerdos que el
país mantiene con dichas naciones, pero además "vamos
a tratar de abrir mercados europeos donde hasta ahora
no hemos estado vendiendo".
Ante la pregunta de si le inquietaba la llegada de Sancor al
país reconoció que "nuestro primer objetivo es
recuperar la leche que hemos perdido en el último año
que alcanza al 15%, así que tenemos que obtener más
leche. Sancor se ha llevado algo de nuestra leche pero
vamos a desarrollar formas creativas e inteligentes
para recuperarla".
No al concordato
"Descarto el concordato, no es necesario, en esta primera
fase lo que hemos hecho es ir cerrando las
negociaciones con los bancos con los que estamos en
las etapas finales. Se trata de un pacto de no
agresión, lo cual nos va a permitir sentarnos en la
misma mesa a negociar el tema de la deuda de manera
que les sirva a ellos y a nosotros sin que sea
necesaria la protección de un concordato", señaló al
recordársele que en Argentina a la semana de asumir el
nuevo dueño pidió el concordato.
"El proceso acá es independiente, la empresa se mantuvo de
manera distinta a la de Argentina, así que hemos
encontrado una empresa que está en una situación mejor
y hemos encontrado a los bancos dispuestos al diálogo,
agregó.
Campiani definió a Uruguay como "un país estable con
seguridad jurídica y legal", y precisó que "la planta
de Parmalat en Uruguay fue la que más me atrajo
en parte, por lo que la lechería representa para este
país y además, por los acuerdos bilaterales con
México, Venezuela y otros países, lo que ubica a
Uruguay en una situación muy favorable respecto a
otros países".
Con 37 años, Campiani ha recorrido mucho mundo. Nacido en
Buenos Aires donde se crió y educó, en 1991 se fue de
Argentina rumbo a EEUU, país en el que permaneció por
tres años, a los que le siguieron tres más en Londres
y luego se fue a Alemania, radicándose en Munich. Este
largo periplo lejos de su patria se nota, por
momentos, en un casi imperceptible acento "extranjero"
al hablar. Reconoció que aún piensa en inglés y
traduce al español.
Casado con una alemana, tienen un hijo de ocho meses, los que
vendrán a radicarse en Montevideo en el correr de
febrero, por lo que además de ocuparse de Parmalat
dedica parte de su tiempo a buscar dónde vivir, aunque
reconoce que aún no ha elegido el barrio.
Diario La República
28
de enero de 2005