Costa Rica

Florida Bebidas adquiere los negocios
de Pepsi a SABMiller 

 

La empresa costarricense Florida Ice & Farm Co. (FIFCO) acaba de anunciar la compra por 116 millones de dólares de los negocios de SABMiller en Costa Rica. La adquisición incluye a Embotelladora Centroamericana (ECSA) dueña de la franquicia de Pepsi Cola y otras bebidas de Pepsico Inc., así como la Distribuidora Centroamericana de Bebidas (DCB).

 

La compra también comprendió 42,5 por ciento de las acciones de Reserva Conchal -desarrollo hotelero y de bienes raíces ubicado en la provincia de Guanacaste- con lo que FIFCO se convierte en dueña del 85 por ciento de las acciones. Con la adquisición de ECSA, Florida incorpora a su portafolio entre otras  las marcas Pepsi Cola, 7up, Mirinda, Evervess y Milory, y se convierte en el distribuidor de Gatorade en Costa Rica. FIFCO asumirá la planta de ECSA -que emplea unos 350 trabajadores- y DCB localizada en Barreal de Heredia a finales del corriente mes.

 

Por su parte el gigante cervecero SABMiller es también una de las cinco principales embotelladoras de Coca Cola en el mundo. Es propietaria de la franquicia de Coca Cola en África, donde embotella el 60 por ciento de las gaseosas de esa marca. También es embotelladora de Coca Cola en Honduras y El Salvador. Esas operaciones explican en parte la conveniencia para la transnacional de vender sus operaciones de Pepsi a FIFCO. SABMiller había adquirido ECSA y DCB en 2005 como parte de la compra de la cervecera colombiana Bavaria.

 

Con esta compra, FIFCO afianza su mercado en la región centroamericana e ingresa de lleno en el segmento de bebidas carbonatadas. En agosto del 2006, la compañía costarricense adquirió la empresa Industrias Alimenticias Kern’s de Guatemala al grupo español Ebro Puleva por 86 millones de dólares. Kern's emplea unos 600 trabajadores y produce jugos, néctares, salsas y frijoles molidos.

 

¿Qué es FIFCO?

 

Los negocios de la compañía se iniciaron a comienzos del siglo pasado (1908) cuando los hermanos Lindo Morales fundan en La Florida de Siquirres (provincia de Limón) la Florida Ice & Farm Co., se trataba de una finca que contaba con una fábrica de hielo. Esto explica su nombre, el que además figura en inglés pues en aquellos años, debido a la influencia de los emigrantes jamaiquinos que arribaron a partir de 1871 para trabajar en la construcción del ferrocarril, era de uso común en la zona atlántica de Costa Rica.

 

En 1912 FIFCO adquiere la Cervecería Traube, fundada en 1888 y que entre otras marcas producía la cerveza Traube Pilsen, que todavía se comercializa con la marca Pilsen. En 1957 compra la Cervecería Ortega, instalada en 1914 y que producía, entre otras, las cervezas Imperial y Bavaria, marcas que hasta hoy se mantienen. En 1966 inaugura en Echeverría de Heredia una nueva fábrica que denomina Cervecería Costa Rica. En 1977 FIFCO adquirió una participación mayoritaria en Cervecería Tropical (empresa fundada por un grupo de cubanos para elaborar en Costa Rica la cerveza Tropical, famosa años atrás en Cuba) y en 1988 adquiere las acciones restantes.

 

En 1987 FIFCO da inicio a  sus inversiones en el resto de Centroamérica, asociándose con Envases de Istmo S.A., que produce envases de lata y con Comegua S.A., que fabrica envases de vidrio. En 1993 funda con otras empresas el Consorcio Cervecero Centroamericano, que invierte en la industria cervecera de Nicaragua. En el 2002 establece una alianza estratégica con Heineken Internacional, la que adquiere 25 por ciento de las acciones de Florida Bebidas S.A. (como veremos, una subsidiaria de FIFCO). En el mismo año, en alianza con Heineken y Panamco, compra Cervecería Barú de Panamá.

 

En relación con su estructura corporativa, en 2002 FIFCO se convirtió en un holding de tres subsidiarias: 

 

Florida Inmobiliaria está a cargo de las inversiones en bienes raíces y en los proyectos turísticos y hoteleros (Ecodesarrollo Papagayo y Desarrollos Hoteleros Guanacaste S.A.).

 

Florida Capitales es responsable por las inversiones en otras empresas, dentro y fuera de Costa Rica.

 

Florida Bebidas está compuesta por Productora La Florida y Distribuidora La Florida. La primera elabora cerca de un millón y medio de hectolitros de cerveza al año que se comercializan con una decena de marcas, entre las que se destacan Imperial, Bavaria y Heineken. También elabora bebidas sin alcohol  (agua Cristal, refrescos de frutas Tropical, Marimbo y Blitz, Restart) y bebidas alcohólicas saborizadas (Smirnoff Ice y Bambú). La segunda comercializa bebidas nacionales e importadas. Florida Bebidas declara que genera 3.000 empleos directos en la región. Quien visite su sitio web se enterará que su objetivo es “crecer en forma sana y sostenible, aportando beneficios a sus accionistas, a sus empleados y a la sociedad como un todo, dentro de una perspectiva de responsabilidad cívica y social”.

 

Lo declarado anteriormente es bastante discutible, pues en la empresa existe una de las asociaciones solidaristas más grandes del país. La asociación, conocida por la sigla ASOFLORIDAICE, el año pasado cumplió 50 años de existencia. De manera que aquellos trabajadores que con la venta esperaban haberse librado del antisindicalismo de SABMiller, pronto comprobarán que nada cambió. 

 

El solidarismo es un movimiento social que se ha consolidado fuertemente en el movimiento obrero de Costa Rica, donde surge. Probada su eficacia en su país de origen, más tarde se exporta y desarrolla de la mano de las cámaras empresariales y empresas transnacionales al resto de los países centroamericanos, alcanzando alguna presencia en Guatemala y escasa presencia en los demás países.

El solidarismo expone un discurso propio, una oferta concreta de carácter económico y social y un modelo organizativo que viene a modificar los términos clásicos de reivindicación laboral y, principalmente, a sustituir al sindicato como organización representativa de la clase trabajadora, presentándose como una amenaza para la supervivencia sindical.

 

El movimiento solidarista tiene, en lo interno, una composición pluriclasista. Se trata de la supuesta alianza entre obreros y patronos, tanto dentro de la empresa como en los órganos superiores del movimiento. Los solidaristas pregonan ser fieles al principio de paridad en la representación obrero-patronal de sus estructuras organizativas. A diferencia de la composición uniclasista del movimiento sindical, el solidarismo se presenta como un movimiento laboral, siendo patronal-obrero, al tiempo que pregona y defiende su condición de ser un movimiento de empresa o pro-empresarial.

 

Para mayor información sobre el solidarismo ver: www.aseprola.org

En Montevideo, Enildo Iglesias

© Rel-UITA

20 de marzo de 2007

Enildo Iglesias

 

 

 

 

 

 

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