Conflicto en Cervecería
Hondureña
Con
Carlos Rodríguez, de STIBYS
El país
vive un momento crucial, y la
SAB-Miller
/ Coca Cola nos atacan
para
quebrarnos |
En una coyuntura de gran tensión social y
política por la que atraviesa Honduras, el Sindicato de Trabajadores de la
Industria de la Bebida y Similares (STIBYS) se encuentra en huelga nacional,
enfrentando a una de las transnacionales más antisindicales como lo es SAB-Miller.
Sirel dialogó con Carlos Rodríguez, tesorero de la Junta Directiva de la
Seccional de San Pedro Sula del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la
Bebida y Similares (STIBYS), quien concedió esta entrevista desde el interior de
la planta de producción de San Pedro, ocupada por el Sindicato.
-¿Cómo comenzó este conflicto?
-El principio de esto es que desde hace varios meses la
empresa se niega a dialogar con nuestro Sindicato y al mismo tiempo no respeta
los acuerdos y compromisos establecidos en el Convenio Colectivo que firmamos en
enero de 2008. Algunas de estas violaciones al Convenio vienen afectando de
manera sensible el ingreso de los compañeros de la sección Ventas, ya que
ignorando los acuerdos expresos por ella asumidos, Cervecería Hondureña
designa unilateralmente quiénes salen a trabajar en la venta y distribución, sin
intervención ni negociación alguna con el STIBYS, y sin respetar la
cláusula del Convenio que establece un orden de preferencia por antigüedad de
los trabajadores.
-¿Esa condición fue aceptada
por la empresa en el Convenio Colectivo?
-Absolutamente. Pero ahora hace lo que se le da en gana
ignorando los compromisos que asumió. La empresa argumenta que no está
realizando ninguna violación a la ley hondureña y, por tanto, no comete delito,
pero en realidad está violando la
legislación laboral y el propio Convenio, que es nuestra ley interna que regula
las relaciones laborales.
-¿Eso afecta el ingreso de los
trabajadores?
-Claro, porque una parte sustancial del ingreso de los
compañeros de Ventas es la comisión que reciben por la cantidad de producto
entregado cada día. También los
afecta físicamente, ya que la empresa sobrecarga los camiones para subutilizar
la flota de 90 vehículos y ahorrar combustible, lo que impone condiciones de
trabajo mucho más duras para las tripulaciones y jornadas que pueden llegar a
las 13 o 14 horas, lo que es ilegal. De ahí la alta incidencia de Lesiones por
Esfuerzos Repetitivos (LER) que padecen los compañeros. Incluso, si se reportan enfermos luego son discriminados
por la transnacional y se les niega la posibilidad de salir en los camiones.
Por eso fue que, cansados de tanta arbitrariedad, los
compañeros de la sección Ventas de San Pedro realizaron un paro de actividades.
Esto motivó que Cervecería Hondureña, que se venía negando a reunirse con
el Sindicato, nos convocara para el lunes pasado en la mañana.
Al llegar nos encontramos con que ya tenían una agenda
preparada en la que incluyeron el despido de los 18 compañeros que habían hecho
el paro. Como nos negamos a admitir esa agenda sin haber discutido antes la que
nosotros tenemos planteada desde hace meses,
Victoriano Ortega, de la Dirección de
Relaciones Industriales de la empresa, nos trató con ira y soberbia, arrojó
nuestra agenda a los pies de nuestro presidente seccional, Julio Flores,
gritando: “¡Si quieren guerra, guerra tendrán!”.
-¿Cómo reaccionaron ustedes
ante este atropello?
-Lo primero que ocurrió fue que apenas
dos horas después paró todo el sector Ventas
a nivel nacional, y luego de algunas horas más se detuvo la producción en la
planta de San Pedro que abastece a todo el país, por lo que ya se formalizó una
huelga a escala nacional.
-¿Qué otras acciones
emprendieron?
-El Sindicato procedió a requerir la presencia de la
Inspectoría Regional de Trabajo de San Pedro que envió a una inspectora. La
empresa la recibió, y después de cinco horas de reunión conjunta se verificó que
no había acuerdo, ya que Cervecería Hondureña nos acusa de querer
intervenir en la administración y la dirección de la compañía. Nosotros
desvirtuamos esos argumentos y dijimos que si la empresa quiere introducir
cambios en los acuerdos firmados, el
Sindicato está abierto a considerarlos, pero que no aceptaremos cambios
unilateralmente decididos, sin negociación previa.
El compañero Carlos Reyes, presidente de la Junta
Directiva Central del STIBYS, estuvo en contacto con el Presidente de la
República, José Manuel Zelaya, y con la Ministra de Trabajo, Mayra
Mejía, quienes delegaron al Viceministro de esa secretaría de Estado,
Roberto Cardona, para que participara en la discusión.
-¿Cuándo llegó el Viceministro?
-Llegó ayer, martes 10, y se reunió primero con el Sindicato
para conocer nuestra posición, y luego hizo lo mismo con la empresa. De ahí
surgió el compromiso de una reunión tripartita para ayer mismo a las 16 horas.
Una hora antes de ese encuentro se detuvo el trabajo en los centros de
distribución de la capital, Tegucigalpa, y amparándose en ese hecho la
empresa se negó a asistir a la reunión si no se levantaba esa medida y se
cumplían otras condiciones.
-¿Cuáles?
-Que se aceptara la suspensión de una semana sin goce de
salario para los compañeros que realizaron el primer paro, y el compromiso del
sindicato de no volver a parar porque entonces sí los despediría, lo que nos
resultó inaceptable, sobre todo porque volvíamos al mismo punto que antes y con
nuevas amenazas pendientes.
Nosotros exigimos que no se sancionara a ningún compañero.
Los contactos se prolongaron hasta la medianoche de ayer, martes 10, en los que
participaron la Directora de Trabajo Regional, doctora Luisa Rosales, y
la inspectora que ya había intervenido en el caso, Betty Rocío.
Finalmente, el viceministro regresó a la capital en la mañana de hoy, miércoles
11, sin que haya surgido espacio para un acuerdo pero manifestando su
disposición para volver a San Pedro cuando sea necesario.
-¿A cuántos trabajadores
involucra esta huelga?
-En la Cervecería
somos 1.300 trabajadores, prácticamente todos afiliados al Sindicato.
-¿Cuál está siendo la reacción
de la sociedad civil de San Pedro?
-El STIBYS es un “sindicato insignia” en el país, y
todos saben que la SAB-Miller quiere quebrarnos como sindicato. No
obstante, estamos recibiendo una enorme solidaridad que se expresó en una
reunión que hemos mantenido ayer con 37 representantes de organizaciones
sociales de la región, entre los que se contaban los trabajadores de la
compañía eléctrica, de la Central Unitaria de Trabajadores de Honduras,
de organizaciones afiliadas al Bloque Popular y a la Coordinadora de
Resistencia, el sindicato universitario, los maestros y demás
organizaciones del movimiento social.
El STIBYS informó allí de lo que está ocurriendo con
este conflicto. Se decidió realizar una campaña de propaganda, porque la mayor
parte de los medios de comunicación no han difundido la información, ya que
tienen compromisos publicitarios con la empresa. También
se resolvió realizar una movilización de masas con todas estas organizaciones
que forman parte del Bloque Popular para el próximo viernes 13, exigiendo una
solución a nuestro conflicto, pero también pronunciándose en defensa del salario
mínimo decretado por el gobierno y que está siendo rechazado por los
empresarios, quienes han presentado ante la justicia más de 200 recursos de
amparo contra la resolución presidencial.
-¿Quién debe resolver al
respecto?
-La Corte Suprema de Justicia, cuya integración, justamente,
fue totalmente renovada el pasado 25 de enero. El movimiento popular esta
reclamando que se convalide el aumento del salario mínimo, porque de lo
contrario el pueblo se movilizará, y
una de las medidas que se están analizando en el campo popular es una posible
huelga general nacional.
-¿Cómo se posicionan los
empresarios ante esta coyuntura?
-Además de los recursos de amparo, chantajean en sus empresas
a los trabajadores para que acepten incrementos inferiores el decretado por el
Ejecutivo, y han organizado para mañana, jueves 12, un “paro empresarial”, una
suerte de lock out general con la consigna “Un día sin empresas”.
-¿Cuál es la disposición de los
trabajadores de Cervecería Hondureña en este momento?
-Es la de seguir la lucha hasta que la empresa acepte
dialogar sobre los puntos que planteamos desde hace varios meses y se avenga a
dejar sin efecto los despidos y sanciones.