En un marco de persecuciones, hostilidades y despidos, el Sindicato Nacional de
Obreros de Unión de Cervecerías Backus y Johnston SAA firmó un Convenio
Colectivo por tres años con la subsidiaria de la transnacional SABMiller, que
instaló una suerte de Inquisición medieval en sus plantas de producción.
Antonio Silipu, presidente de la
Comisión Negociadora de los trabajadores, dijo a
Sirel que este proceso fue complejo debido a las medidas antisindicales
implementadas por la empresa y el accionar del Comité de Ética, una suerte de
tribunal de la Inquisición que sanciona a los trabajadores acusados de “faltas
graves” por sus jefes de línea.
Según la empresa, el Comité de Ética tiene la función de “dar un trato justo
a los trabajadores”, pero curiosamente sólo está integrado por el gerente de
Planta, César Becerra, Luis José Jacobs, gerente de Recursos Humanos de Backus,
ex director regional de Trabajo, y el gerente de Área o líder.
El Comité de Ética ha despedido arbitrariamente a trabajadores por supuesto
aliento alcohólico: “Mientras la Comisión Negociadora estaba en provincia se
produjeron tres despidos. Los hicieron soplar y soplar en el alcoholímetro y no
le realizaron una prueba de contraste a través de un análisis de sangre o de
orina, y los condenaron al desempleo, a la calle”, señaló el dirigente sindical.
Actualmente tres trabajadores despedidos por supuesto aliento alcohólico han
iniciado un proceso judicial contra la empresa, “y el Sindicato ha hecho todas
las coordinaciones porque es un despido ilegal pues no se ha cumplido con las
formalidades que establece la legislación peruana”, indicó Silipu.
El Comité de Ética es
arbitrario e ilegal, y somete a “Audiencias Disciplinarias”
particularmente a los trabajadores sindicalizados. |
Para Silipu, el Comité de Ética es
arbitrario e ilegal, y somete a “Audiencias Disciplinarias” particularmente a
los trabajadores sindicalizados.
En
este Comité “se han dado casos en los cuales, pese a no probar que han incurrido
en falta, los trabajadores igual han sido sancionados como culpables”, señaló.
Al referirse a la negociación colectiva, afirmó que SABMiller
“retardó el proceso casi once meses; hemos estado discutiendo punto por punto,
incluso se faltó al principio de buena fe al despedir a varios trabajadores
durante la negociación. En este proceso se incluyeron las demandas de las cinco
bases que integran nuestro Sindicato: Cusco, Arequipa, Lima, Motupe y Maltería,
esta última recientemente integrada a la organización sindical”.
Señaló que en el Convenio Colectivo suscrito en febrero pasado
se había logrado
un incremento salarial para los trabajadores de todas las plantas de Backus
a nivel nacional de 2,40 dólares diarios en el primer año, y 2,7 dólares para el
segundo y tercer año.
Asimismo, el
Sindicato consiguió que se contrate a un concesionario gastronómico, el cual
funcionará en los tres turnos de labor; un 50 por ciento del costo de la
alimentación será pagado por el trabajador y el resto por la empresa.
Según el Convenio
suscrito, desde el 1° de abril de este año se eliminó el bono de productividad
que se le entregaba a los trabajadores de las plantas de Arequipa y Cusco,
y en el caso de los
obreros de la planta de Motupe -trasladados de la planta Trujillo-, la empresa
les financiará los pasajes de retorno a sus viviendas ubicadas en la ciudad de
Trujillo, a 296 kilómetros al sur de Motupe.
En los beneficios
también han sido comprendidos los hijos de los trabajadores, los cuales podrán
acceder a becas de estudio que fluctuarán entre 407,40 dólares y 666,66 dólares
y que Backus entregará en todos los niveles educativos.
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