Mientras escucha las noticias sobre la economía,
Federico
Sánchez se duerme en la hamaca que sigue
quejumbrosamente su
impulso por inercia, hasta que
se detiene. Era lo último que
quedaba por privatizar.
La idea la tenía desde hace mucho tiempo, y la estrategia
ya
estaba planificada cuidadosamente. Cuando llegó el
momento
oportuno y se dieron Las condiciones necesarias,
no dudaron
en tramitar la patente e inscribirla debidamente
en el
registro de la propiedad. Los otros referentes de la
telaraña empresarial multinacional se encargaron de
hacer lo
mismo en cada país, al poner a funcionar
los mecanismos de
producción y distribución,
preparados desde hacía buen rato.
Los gobiernos
se lavaron las manos: no tenía nada de malo
que
el aire se rigiera por el libre mercado, afirmaron.
El aire. Apareció con marcas diferentes para
hacerlo
competitivo. Graduado según
porcentajes de pureza, con su
equivalente
en precios. Anunciado llamativamente en
campañas
publicitarias. Parcelado en bolsas plásticas y
botellas
desechables. Teñido de varios colores para hacerlo
más
atractivo. Provisto de distintos olores de frutas,
agradables a
todos los gustos. Para los niños, ornamentado
de lazos y
dibujos de sus personajes favoritos de cuentos y
películas. |