La concentración corporativa global,
compras y fusiones entre empresas
alcanzó una cifra récord al cierre del
2006
En nuestra vida cotidiana, esto significa que las
empresas son cada vez menos pero cada
vez más grandes, con mayor poder para
imponernos sus productos y pautas de
consumo, determinar condiciones
laborales o desempleo y ejercer
presiones de todo tipo sobre
congresistas, gobiernos o instituciones
internacionales para lograr las normas y
legislaciones que consideren necesarias.
Lo que no pueden lograr por mecanismos
de mercado lo pueden imponer a través de
leyes a su favor, como ha sucedido en
múltiples oportunidades en el año que
pasó y los anteriores.
Según la firma de análisis de mercados Thomson
Financial, el valor total de las
fusiones y adquisiciones empresariales
en el 2006 alcanzó los 3.79 billones
(millones de millones) de dólares
estadounidenses a nivel global, lo cual
significó un aumento de 38 por ciento
sobre este tipo de operaciones en el
2005. Según la firma Dealogics el
valor total sería aún mayor, llegando a
3.98 billones.
El fenómeno de la concentración corporativa no es
nuevo. Al contrario, es parte de la
lógica intrínseca del capitalismo: las
empresas se van comiendo unas a otras
para eliminar competencia y controlar
mejor tanto precios y mercados, como a
los trabajadores y consumidores que cada
vez tienen menos opciones. En la década
de 1990 al 2000, el ritmo de fusiones y
adquisiciones se aceleró en forma nunca
antes vista, comenzando 1990 con un
valor total de 462 miles de millones y
cerrando en el año 2000, con un
increíble pico de 3,5 billones de
dólares; multiplicando así 7,5 veces el
valor inicial.
En esa década ocurrieron las compras y fusiones
entre grandes petroleras (Chevron+Texaco,
Exxon + Mobil Oil,
BP + Amoco, Total+Petrofina+Elf),
que significaron un importante
porcentaje del volumen total de este
tipo de operaciones. Fue superado sin
embargo por el volumen combinado de
compras entre las empresas de
telecomunicaciones y de alta tecnología.
Estas fueron las responsables del pico
del año 2000.
El nuevo récord de 2006 supera el nivel del año
2000. Aunque los analistas indican que
esta vez el volumen está repartido entre
más industrias, nuevamente se encuentran
entre los actores principales al sector
de telecomunicaciones con la compra de
la empresa BellSouth por parte de
AT&T y el sector de alta
tecnología (computación, Internet y
electrónica), seguido ahora por el
sector de las mal llamadas industrias
"de la vida" (biotecnología).
Entre las operaciones que dan la tónica del 2006,
se encuentra la compra de la empresa de
Internet YouTube por parte de
Google, un gigante silencioso que
tiene mucha más influencia en nuestra
vida de la que quizá advertimos.
YouTube es un sitio ampliamente
conocido a nivel mundial, donde se
pueden ver y cargar videos que son
vistos por muchos otros usuarios. Es en
muchos casos la única fuente de difusión
posible frente a los monopolios de las
telecomunicaciones. La primer acción de
Google cuando compró YouTube
fue borrar más de 30 mil videos de los
que estaban en el sitio, según ellos
para proteger la propiedad intelectual
de partes interesadas en esos videos;
marcando de paso que Google es un
Hermano Mayor al servicio del sistema.
En el sector de industrias de la vida, el negocio
más importante fue la compra de la
empresa Biomet, que fue adquirida
por un grupo inversor que incluyó al
Blackstone Group y al
Texas Pacific Group.
Esta compra es significativa por varias
razones. Marca una tendencia de grupos
privados de inversión que compiten por
las compras de empresas: no se trata
solamente de competencia entre
corporaciones del sector, sino de grupos
de inversores que sólo evalúan el
negocio, no les importa la actividad en
sí, sino sus posibilidades de lucro. A
esta luz, es significativo que Biomet
sea una empresa que se dedica a la venta
de prótesis médicas, varias de las
cuales se basan en el uso de bio-nanotecnología.
Más allá de si estas prótesis podrían
ayudar a quienes lo necesitaran o
acarrearían nuevos problemas, en este
contexto indican la tendencia de la
industria a invertir agresivamente en la
"mejora del desempeño humano", es decir,
la definición por parte de la industria
de quien puede (¿y debería?) ser
"mejorado", abriendo una nueva brecha de
capacidades entre los que puedan pagar y
los que no.
En este sector, también es importante la compra
de la empresa semillera Delta
& Pine por parte de
Monsanto. Aunque menor en volumen,
es tremenda en significado: Delta
& Pine era la mayor
empresa de semillas de algodón en el
mundo, con lo que Monsanto pasa a
controlar también este rubro. Pero
además, Delta & Pine
es creadora de la tecnología
"Terminator" para hacer semillas
suicidas, que ya no puedan volver a
reproducirse. Ahora Monsanto es
la mayor empresa semillera en el mundo y
controla también la patente para hacer
las semillas suicidas y que todos los
agricultores tengan que comprarle cada
año.
Aunque los ejemplos son diversos, de fondo
muestran lo mismo: la intención
crecientemente descarnada de
controlarnos, para aumentar las
ganancias de cada vez menos, pero más
poderosos.
Silvia Ribeiro*
La Jornada
19 de enero de 2007
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*Investigadora del Grupo
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