Parece increíble que Claudia Serrano Madrid,
actualmente ministra del Trabajo y Previsión Social, y militante socialista,
se haya atrevido a decir a los miles de cesantes que "no buscaran pega
si no era estrictamente necesario". Su indignante frasecita la dijo
justo cuando el desempleo marcaba 9,8 por ciento
–según las propias cifras
oficiales–, y la economía chilena entraba, "oficialmente", en recesión.
Su frasecita es una bofetada para los
–también según cifras
oficiales– 717 mil cesantes, que para economistas como Orlando Caputo
en realidad alcanzan 1,5 millones.
La socióloga de la Universidad Católica y ex investigadora de
la Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN) Claudia
Serrano, que aparece muy sonriente en la foto, pareciera tener mucho por
qué estar contenta. Su sueldo es de nada menos que de 10.585 dólares
mensuales, mientras miles de chilenos malviven con el mínimo o muchísimo
menos.
Pero su sonrisa también tiene mucho que ver con lo bien que
le ha ido al resto de su familia. Todos tienen trabajo y ganan sueldos que
ya los quisiera cualquier trabajador, y más cualquier cesante.
Su marido, Patricio Tapia, gana nada menos que 14.106
dólares mensuales como gerente general de Correos de Chile.
Y los hermanos de la Ministra también son funcionarios del
Estado. Verónica Serrano es directora nacional de Arquitectura del
Ministerio de Obras Públicas (MOP) y gana 7.934 dólares. Otro de sus
hermanos, Víctor Serrano, es actualmente director de Operaciones de
Jardines Infantiles de la Fundación Integra y gana 5.288 dólares, mientras
que su otra hermana, Alejandra Serrano, es directora del Centro
Cultural Palacio de La Moneda.
¿Será que están en esos importantes cargos por nepotismo,
amiguismo, cuota política o porque realmente poseen excelentes currículum?
Si fueran funcionarios honorables
–para no decir honestos–
devolverían el sueldo, lujos y granjerías y vivirían con lo que vive la
inmensa mayoría de los chilenos: 280 dólares mensuales.
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