Todos tenemos una idea clara de que hay
una crisis financiera global y de las
consecuencias que ella puede llegar a
tener en nuestros países, sin embargo,
la mayoría no recibimos la información
adecuada para entender cómo se llegó a
esto, quién o quiénes son realmente los
responsables y cómo podemos prepararnos
para enfrentar el inevitable cimbronazo.
El Cr. Carlos Alberto
Prato,
vinculado a la Rel-UITA,
aporta aquí una explicación “amigable” y
amena sobre estos temas.
En Estados Unidos los bancos
suelen prestar dinero bajo la modalidad
de hipotecas de propiedades. Durante el
auge de la compra de viviendas, muchas
entidades financieras concedieron
préstamos
subpreferenciales a compradores
de casas. Son las llamadas “hipotecas
subprime”
Mientras la tasa de interés estuvo muy
baja los bancos se preguntaron: ¿y ahora
a quiénes le prestamos, si ya le
prestamos a todos? Entonces les
empezaron a dar créditos a las clases
medias o bajas. Estos préstamos
presentaban más riesgos. Así, cuando la
tasa de interés aumentó las cuotas se
volvieron más caras, impidiendo a la
gente cumplir con los compromisos
contraídos.
¿Qué sucede cuando la gente deja de
pagar?
Se empieza a complicar la situación,
porque esas hipotecas y otras igualmente
de alto riesgo fueron metidas adentro de
un paquete y vendidas en forma de bonos.
Es decir, un banco presta dinero y
mientras lo hace se dice: “Yo tengo
todos estos créditos que en realidad son
dinero que voy a cobrar en el futuro,
¿por qué mejor no me los saco de encima,
se los vendo a alguien que quiera tener
este paquete y no necesita cobrar el
dinero inmediatamente y yo-aunque
ganando un poco menos- me hago de
efectivo para continuar prestando más?
¿Y cómo lo hago? Meto muchas hipotecas
adentro de un paquete y se lo vendo a
otras instituciones. El problema -en
realidad, una ventaja para mí- es que
después se hace difícil saber cuál de
esos bonos (paquetes) tiene las
hipotecas que no van a ser pagadas.
Entonces se empieza a generar una gran
desconfianza.
¿La desconfianza genera la crisis?
Sucede que uno se empieza a preguntar:
¿en qué paquete están las hipotecas
subprime (de
alto riesgo)? Como no se sabe, todos
empiezan a desconfiar de todos los
paquetes; y así es que empieza a venirse
abajo el valor de todos los bonos y
explota la crisis.
Wall
Street
compró estos préstamos
subpreferenciales
y los vendió. Los inversionistas
metieron por lo menos un billón de
dólares (un millón de millones) en estos
títulos respaldados por hipotecas
subpreferenciales
hasta que el mercado de la vivienda se
desaceleró y los compradores de casas
cayeron en mora en cantidades récord
provocando el derrumbe del valor de
estos títulos y generando enormes
pérdidas financieras.
Estas pérdidas son la causa fundamental
de esta crisis. A un adolescente
grandecito podríamos explicarle que la
crisis es la resaca del sábado a la
noche. Lo que estás sintiendo es
consecuencia de lo que tomaste anoche en
el boliche. Tomaste de más y ahora
sientes las consecuencias.
¿Y el chico es el culpable de haber
tomado de más? Es decir, ¿el banco que
prestó de más es culpable?
No lo son de manera exclusiva. Lo que se
está viendo ahora es el efecto de una
política monetaria expansiva que se
implementó hace cuatro o cinco años.
Esto quiere decir que durante este
tiempo era muy barato para las personas
pedir un crédito. ¿Por qué? Porque la
Reserva Federal bajaba la tasa de
interés, y por eso había muchos billetes
en circulación. Ahí fue cuando los
bancos se preguntaron qué hacemos con
todo este dinero, y empezaron a
prestarlo en forma desmedida,
arriesgada, sin las garantías
mínimamente adecuadas.
¿En la crisis del 29 pasó lo mismo?
La crisis es la misma y es algo que en
la economía llamamos ciclo económico.
La Reserva Federal baja la tasa de
interés para salir de la recesión
anterior. La economía se recupera y
empieza a prestar dinero otra vez, y se
arma la base de la próxima crisis porque
empieza a haber inflación, empieza a
haber presiones, la Reserva Federal se
asusta y dice: “Muchachos, tenemos que
subir la tasa”. Cuando sube la tasa,
crac, los que deben no pueden pagar. Es
como una montaña rusa que sube y baja.
¿Podrá tener las mismas consecuencias?
La crisis del 29 pasó después de una
década de fiesta y jolgorio en la que se
emitían dólares de forma descontrolada,
porque se había empezado a abandonar el
patrón oro. Antes sólo se podían emitir
billetes que tuvieran su mismo valor
guardado en oro en una bóveda.
Eso se dejó de lado después de la
Primera Guerra Mundial porque los
gobiernos querían tener flexibilidad
para emitir dinero. Entonces, cuando
sucedió aquel crac se contrajo la moneda
rápidamente, se hizo un aterrizaje
forzoso y se estrelló la economía.
Esta vez no va a suceder eso. Los bancos
dicen: “Bueno, se me fue la mano, pero
no me voy a contraer, voy a tirar más
dinero”. Y ahí aparecen los
salvatajes.
¿Qué es un salva
taje?
Los gobiernos pueden salvar de dos
formas: en vez de gastar en armas, en
educación o en salud, ahora les da
dinero a estas empresas y bancos para
que no quiebren. Pero están los que
dicen: el problema es la gente que no
puede pagar la cuota de su hipoteca.
Entonces la otra propuesta es que el
gobierno se quede con esas hipotecas de
alto riesgo y vea después cómo hace para
cobrarlas. Para eso serían los 700 mil
millones de dólares que el Congreso de
Estados Unidos aprobó recientemente. Se
podría decir que, finalmente, el sistema
bancario encontró quién se quede con los
famosos –y peligrosos- paquetes de
hipotecas subprime: el Estado. Esto es,
las arcas públicas. Como lo dicen
algunos, se privatizan las ganancias y
se socializan las pérdidas
¿Por qué los bancos no pueden quebrar
sin causar tanto lío como cualquier otro
negocio?
Porque están montados en un sistema que
tiene dos tipos de riesgos. El
almacenero sólo tiene un riesgo
comercial, que es quebrar porque vende
poco. Pero si cierra, no se van a venir
abajo todos los almacenes. En cambio el
sistema bancario arrastra todo porque el
dinero que figura en las cuentas
corrientes o en los plazos fijos no
coincide con el que realmente tienen los
bancos. Estos se prestan entre sí y
todos forman parte del mismo sistema. En
términos estrictos, se está invirtiendo
mucho más de lo que se ahorra.
¿Por qué se globaliza la crisis?
Esto tiene que ver con esos paquetes que
mencionábamos en los que se meten las
hipotecas y que se venden como bonos.
Por ejemplo, el
Northern Rock de
Inglaterra cayó porque tenía bonos
de hipotecas estadounidenses.
¿Cómo afecta al Uruguay una recesión
en Estados Unidos y Europa?
Más allá de la creciente importancia de
China y otras grandes economías
emergentes, Estados Unidos y
Europa siguen siendo el principal
motor de la economía mundial. Si entran
en recesión ese motor se apaga y hay
menos crecimiento económico a nivel
mundial. El Uruguay, que se
globalizó en los últimos años, no puede
dejar de sentirlo.
Si el crecimiento económico se
enlentece no
habrá un problema fiscal. El problema
puede venir si el nivel de actividad
cae, y más aún si cae el consumo, al
cual está ligada la recaudación, a pesar
de que no parece ser éste el escenario
que surge hoy como el más probable.
En general, los países de la región y
del resto de América se verán
afectados según el grado de
independencia de cada uno. Podrán sentir
mayor castigo si se desata una recesión
global y eso hace caer mucho el precio
de los commodities
(materias primas), que son esos
productos que tienen un precio
internacional y se manejan en grandes
volúmenes y sin marcas, como la soja, el
petróleo y los cereales.
¿Podrá bajar la demanda de materias
primas?
Esto se puede explicar de la siguiente
manera: China hace unos 20 años
decidió “olvidarse del socialismo” y se
volvió más capitalista que Estados
Unidos. Empezó a crecer y crecer.
Entonces los chinos ahora comen más. Y
con que cada uno de los mil millones de
chinos coma un kilo más de soja, por
ejemplo, la demanda de soja se vuelve
fenomenal.
Lo mismo pasa con India. Pero
estos países crecen mucho porque
exportan a Estados Unidos y a
Europa Si estos dos colosos
económicos caen en una recesión por la
crisis y empiezan a comprarles menos,
China e India van a producir
menos y por lo tanto van a tener menos
dinero para comprarnos soja. Ahí los
precios de los
commodities bajarán y nos veremos
afectados.
¿Es el fin del capitalismo, como dicen
algunos?
Por ahora es una crisis que se mantiene
dentro de las políticas monetarias y del
sistema bancario y no es algo que haya
llegado a la economía productiva: las
fábricas siguen produciendo y eso es lo
central de la economía. Pero hay un gran
problema de este sistema monetario
internacional que hay que conversar y
resolver: el hecho de que todo el mundo
esté sujeto al ir y venir –la
volatilidad- de la moneda
estadounidense, del dólar.
¿Cómo se deben preparar los
trabajadores, los sindicatos, para
enfrentar la onda expansiva de la crisis
financiera global?
En las crisis la consecuencia más
nefasta para los trabajadores es la
pérdida de fuentes de trabajo,
justamente porque la menor demanda
produce menos ventas, y es ahí donde las
empresas comienzan a recortar los
gastos, donde uno de los primeros
renglones afectados es el rubro sueldos.
Por lo tanto, sería conveniente que los
sindicatos pudieran establecer en los
distintos convenios salariales,
cláusulas que protejan al trabajador y
le aseguren la estabilidad de su fuente
de trabajo y, en segundo lugar, la
firmeza del nivel salarial.