Al 77,33% de los votos escrutados, la
ONPE (Oficina Nacional de Procesos
Electorales) le otorga el triunfo de la
segunda vuelta electoral a Alan García
Pérez, candidato del Partido Aprista
Peruano, con el 55,45% frente al 44,54%
que obtuvo el candidato nacionalista,
Ollanta Humala. No obstante, el espacio
geográfico del país se ha dividido en
dos: quince de los veinticinco
departamentos han sido ganados por
Humala, los diez restantes por García;
siendo Lima, con más de cuatro millones
de electores, la localidad que ha
decidido la curva final.
Una vez más se ha impuesto la capital
sobre las provincias. En la ciudad de
Arequipa la respuesta fue inmediata y se
tuvo que desalojar la Plaza de Armas con
bombas lacrimógenas para evitar una
gresca entre militantes de ambas
facciones. Si los dos contenientes no
controlan los impulsos de sus propios
compañeros de militancia, puede estallar
una violencia poselectoral que sumiría
al país en un quiebre institucional
perjudicial, sobre todo, para los más
pobres.
Minutos antes de que la ONPE diera este
resultado, el candidato aprista asumió
su victoria a partir de las cifras del
conteo directo proporcionadas por
Transparencia, institución independiente
que monitorea los procesos electorales.
"Ha ganado el Perú" sostuvo frente a
miles de simpatizantes apristas en la
llamada Casa del Pueblo, local histórico
del partido en el Centro de Lima. Los
militantes y simpatizantes esperaron
desde las 4 p.m. a su líder, hora en la
que se cerró la votación y se propagó el
flash electoral de las encuestas
realizadas a boca de urna que le daban
una victoria amplia a García Pérez.
El virtual presidente deslindó en
discurso con los grupos que apoyan las
pretensiones de impunidad de Alberto
Fujimori y con aquellos militantes que
pretenden copar las instituciones
estatales, a quienes advirtió que serían
"años de sufrimiento y de prueba para el
Partido Aprista y sus militantes".
Asimismo, sostuvo que la única manera de
hacer gobierno en estas circunstancias
era planteando una apertura para todas
las organizaciones políticas y que "el
primer derrotado ha sido aquel que no
tiene pasaporte peruano". García Pérez
no se refería a Alberto Fujimori sino a
Hugo Chávez, presidente de Venezuela,
quien días antes lo había llamado
públicamente "ladrón de siete suelas".
A nivel de gobernabilidad la situación
del virtual presidente del Perú se
presenta bastante difícil, debido a la
necesidad de su bancada en el Congreso
(con 36 curules frente a 45 de las filas
nacionalistas) de realizar alianzas para
conseguir mayoría simple. Si las
alianzas no se pueden establecer con
Unidad Nacional (partido liderado por
Lourdes Flores) y con las grupos
pequeños, tendrá que pactar con el
fujimorismo, que ha ganado 13 curules.
Este partido, que lleva el eufemístico
nombre de Alianza para el Futuro obtuvo
la mayor votación de un congresista,
nada más y nada menos que en la figura
de Keiko Fujimori. En declaraciones
públicas realizadas después de que se
conocieran los resultados, Keiko ha
asegurado que el gobierno de su padre
siempre había sido democrático pues
había realizado elecciones, y que ella
lucharía sobre todo por los más pobres
del Perú.
Por otro lado, desde el local de su
partido, Ollanta Humala declaró que
"mañana será la gran transformación",
sin aceptar expresamente su derrota,
antes de que la ONPE diera los
resultados oficiales. Posteriormente,
reconoció la victoria del candidato del
APRA; pero incidió en que comienza una
gran transformación para el país: "esta
es una noche de victoria, hemos logrando
en tan corto tiempo despertar
conciencias". Por último, afirmó que los
nacionalistas deben sentirse ganadores
porque "hemos logrado una gran mayoría
social y hoy nos renovamos en nuestro
compromiso de trabajo y servicio al
país, de defender la nación y los
recursos naturales".