Alberto Alderete, defensor de los DDHH
“El gobierno tolera
el asesinato
selectivo de
líderes campesinos” |
|
Desde 1990 se perpetraron en Paraguay 90 ejecuciones a
campesinos sin tierra, la mayoría de ellos dirigentes de
pequeñas poblaciones rurales que reclamaban la
expropiación de una parte de las grandes extensiones de
tierras concentradas en manos de poderosos
latifundistas. Un gran número de estos asesinatos fue
ejecutado por policías activos del interior del país,
quienes, se presume, son contratados como sicarios por
los estancieros para eliminar a los líderes labriegos.
Para los latifundistas este método resulta el más efectivo
para descabezar paulatinamente al movimiento campesino que
lucha por obtener tierras para vivir y trabajar, y es una
práctica absolutamente tolerada por el gobierno paraguayo,
que hasta el momento, demuestra una gran indiferencia por
llegar a esclarecer estos hechos denunciados por las
organizaciones campesinas y de derechos humanos, según el
abogado Alberto Alderete, representante de la coordinadora
que los agrupa, denominada Plenaria Popular Permanente,
también director del Servicio Jurídico Integral para el
Desarrollo Agrario (SEIJA).
Las denuncias sobre el asesinato selectivo de dirigentes
campesinos fue radicada por Alderete ante la Corte Suprema
de Justicia, la Fiscalía General del Estado y la Policía
Nacional, aunque hasta el momento todas las investigaciones
sobre estos hechos están paralizadas.
“Hay una gran preocupación entre las organizaciones
campesinas y de derechos humanos en relación con la
ejecución extrajudicial de dirigentes campesinos. Estas
ejecuciones constituyen un plan del Estado, llevado
adelante, fundamentalmente, por la Policía Nacional. Este
plan viene siendo ejecutado desde hace unos años y es
plenamente tolerado por la Fiscalía, el Poder Judicial y,
por supuesto, por el gobierno”.
Alderete expresó que una coordinadora de organizaciones
defensoras de los derechos humanos, no gubernamentales y de
campesinos presentaron diversas denuncias sobre estos hechos
ante la Policía Nacional, que hasta el momento ha actuado
con total indiferencia, encubriendo a los efectivos
involucrados directamente en estos asesinatos por formar
parte activa de sus cuadros.
Igualmente, denunciaron estos crímenes ante la Fiscalía
General del Estado y la Corte Suprema de Justicia que, no
obstante, no otorgaron hasta el momento una audiencia a los
denunciantes que exigen una investigación exhaustiva de cada
uno de estos casos.
El abogado defensor de los derechos humanos afirmó que si los
reclamos de esclarecimiento y condena a los culpables de las
ejecuciones no son atendidos por las autoridades, recurrirán
ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la
Organización de Estados Americanos (OEA) para denunciar
estos casos de abusos de poder y muertes selectivas a
representantes de un sector bastante golpeado por la
marginación y el olvido oficial.
“La intención es solicitar la venida de una delegación de
representantes de esta Comisión para ejercer una suerte de
presión ante el gobierno paraguayo a fin de que reactive la
investigación de las ejecuciones masivas de campesinos sin
tierra”.
Según comentó Alderete, de las 90 ejecuciones comprobadas de
campesinos, solamente una de ellas fue esclarecida hasta el
momento por la justicia paraguaya. Se trata del asesinato
del dirigente campesino Esteban Balbuena, quien fuera
ejecutado el 7 de agosto de 1993, en el departamento de
Itapúa.
Autores materiales
Ante la inacción de la Policía Nacional, el grupo denominado
Plenaria Popular Permanente -conformado por la Organización
de Lucha por la Tierra (OLT), la Mesa Coordinadora Nacional
de Organizaciones Campesinas (MCNOC), el Movimiento
Campesino Paraguayo (MCP), la Coordinadora Nacional de
Mujeres Rurales e Indígenas (CONAMURI), la Coordinadora
Interdepartamental Sebastián Larrosa y la Organización
Nacional Indígena-, ha impulsado, en coordinación con la
Pastoral Social Nacional, la investigación sobre la
ejecución selectiva de campesinos, y llegaron a descubrir a
algunos de los autores materiales de estos hechos.
“Mediante una acción judicial y una presión sistemática
ejercida por la Unión Nacional Campesina, hemos logrado
obtener la condena de Demetrio Vigo, autor material del
asesinato del dirigente campesino Esteban Balbuena. En
primera instancia otorgaron al imputado 20 años de prisión,
luego el abogado defensor apeló y, en segunda instancia,
bajaron la pena a 10 años. Nosotros volvimos a apelar ante
la Corte Suprema de Justicia que, finalmente, sentenció al
culpable a 9 años de cárcel”, explicó el abogado.
En la mayoría de las ejecuciones extrajudiciales
actuaron como sicarios los propios agentes de la
Policía Nacional, algunas veces vestidos con sus
uniformes reglamentarios, aunque también de
civil, contratados por los latifundistas.
|
Señaló que Vigo recuperó su libertad hace poco tiempo por
compurgación de pena. Pero, a diferencia de este caso,
ninguna otra de las ejecuciones de dirigentes campesinos
fueron esclarecidas hasta el momento. Alderete afirmó que
tanto la Fiscalía General del Estado como el Poder Judicial
se niegan a investigar las denuncias, a esclarecer los
hechos, a administrar justicia y a castigar a los culpables,
a pesar de las reiteradas denuncias realizadas por los
familiares de las víctimas y por las organizaciones de
derechos humanos.
El defensor de derechos humanos señaló que la desidia oficial
llega a tal punto que todas las investigaciones fueron
archivadas por las autoridades de justicia.
Reiteró que en la mayoría de estas ejecuciones
extrajudiciales actuaron como sicarios los propios agentes
de la Policía Nacional, algunas veces vestidos con sus
uniformes reglamentarios, aunque también de civil,
contratados por los latifundistas.
El director de SEIJA señaló que la Corte Suprema de Justicia
les solicitó una prueba para que demuestren que realmente se
trata de asesinatos selectivos de campesinos. Ante esto, las
organizaciones campesinas denunciantes arrimaron los
antecedentes del caso que involucró al dirigente campesino
Benito Gavilán, quien fue víctima de un homicidio frustrado.
Fueron sindicados como responsables de los disparos los
agentes policiales, Francisco Brizuela y Agustín Pérez, y
como autor moral, el estanciero Luis Beltrán.
El hecho aconteció el 19 de setiembre de este año, en el
distrito de Mbujapey, departamento de Paraguarí. Gavilán iba
caminando hacia su casa solo por un camino poco concurrido,
cuando fue interceptado por dos desconocidos, que resultaron
ser agentes policiales de la comisaría jurisdiccional. Los
agentes se trasladaban en una moto, al ver al dirigente,
bajaron y lo saludaron. Uno de los policías se colocó
delante de Gavilán y el segundo detrás. Inmediatamente, el
que estaba detrás desenfundó una escopeta y la apretó a la
espalda del dirigente campesino, en tanto que el otro agente
desenfundó una pistola y la apuntó directamente a la cabeza
y sin mediar palabras, disparó, atravesándole el oído y uno
de los ojos de la víctima.
Posteriormente, los efectivos policiales escaparon del lugar
en la moto, tal vez imaginando que el dirigente campesino
había muerto. Los mismos autores dieron aviso a la comisaría
en la cual prestaban servicio sobre el hecho que,
supuestamente, habían presenciado por casualidad. Cuando
otros efectivos de la comisaría y un forense se hicieron
presentes en el lugar de los hechos para hacer el
levantamiento del cadáver, se encontraron con la sorpresa de
que el cuerpo ya no estaba.
Los compañeros sin tierra de Gavilán, quienes se encontraban
cerca del lugar en donde lo hirieron, al escuchar los
disparos corrieron en su auxilio y lo llevaron monte
adentro, para evitar que la policía lo volviera a encontrar.
Gavilán se salvó de la muerte gracias a la inmediata acción
de sus compañeros, aunque perdió un ojo y tiene severos
problemas de audición en el oído que resultó dañado por el
disparo.
Este es sólo uno de los casos de ejecuciones masivas
perpetrados por los efectivos de la Policía Nacional.
Gavilán, por suerte, vivió para contarlo y denunciar a los
autores materiales de los disparos, pero la mayoría de las
otra víctimas campesinas no corrió la misma suerte.
Terrorismo de Estado
El segundo fin, añadió, es conseguir que la dirigencia
campesina cese en sus luchas, disminuyan sus reclamos, las
ocupaciones de tierra y, por último, buscan eliminar
físicamente a las cabezas de las organizaciones campesinas.
“En la mayoría de los casos, las ejecuciones tienen como
víctimas a los altos dirigentes de los gremios que agrupan a
labriegos del interior del país”.
Las ejecuciones son absolutamente toleradas por
el Poder Ejecutivo y constituyen la vuelta del
“terrorismo de Estado” al país. Uno de los
objetivos perseguidos con estos asesinatos
selectivos es el de aterrorizar a los dirigentes
campesinos.
|
Alderete denunció que las ejecuciones se siguen cometiendo en
forma impune en las localidades del interior del país,
especialmente en las zonas en donde existen grandes
conflictos por la tenencia de tierras. Mencionó dos casos
recientes que involucraron a un joven dirigente campesino de
tan solo 15 años y a otro líder labriego que gestionaba la
expropiación de una hacienda. En el primer hecho, el
muchacho, de nombre Adriano Medina, iba circulando por un
camino vecinal cuando su bicicleta fue intencionalmente
embestida por la camioneta de un sojero brasileño (más
conocidos como brasiguayos). Luego el productor arrojó el
cadáver a una fosa cavada dentro de su propiedad. Los
compañeros de la comisión vecinal, de la cual el joven
formaba parte, denunciaron la desaparición del mismo. Al
cabo de unos días de intensa búsqueda, decidieron ingresar a
las tierras del sojero y encontraron el cuerpo del compañero
enterrado en el lugar.
El segundo caso reciente es similar a éste y se produjo en el
distrito de Capiibary, en el departamento de Canindeyú, e
involucró al dirigente Esteban Hermosilla, quien se
encontraba tramitando la expropiación de una hacienda. El
mismo fue secuestrado por desconocidos y luego de unos días
su cuerpo fue hallado también enterrado en el interior de
una propiedad. Los estudios forenses realizados al cadáver
del campesino demostraron que fue salvajemente torturado
antes de morir, además de sufrir la amputación de una oreja,
que probablemente haya sido utilizada como “prueba” de que
la misión de eliminar al campesino se había cumplido. El
propietario de la estancia en donde fue hallado el cuerpo,
conocido como Joaquín, está siendo investigado por este
hecho. Casualmente, los cuerpos de ambos dirigentes
asesinados fueron hallados por sus compañeros el mismo día,
el pasado 29 de setiembre.
Igualmente, en el departamento de Itapúa, líderes campesinos
que se encontraban asentados con sus familias a la vera de
un camino en espera a ingresar a unas tierras con la
intención de ocuparlas fueron acribillados a mansalva por
cuatro efectivos policiales que se encontraban vigilando la
propiedad. Los labriegos denunciaron este hecho ante las
autoridades locales, pero la justicia nunca tomó
intervención en ninguno de estos casos que se repiten casi a
diario en todo el país, según obra en la denuncia realizada
por Alderete.
El defensor de los derechos campesinos expresó que la
Plenaria Popular Permanente está dispuesta a luchar para que
el Estado paraguayo asuma su responsabilidad de investigar
estos hechos y a la Policía Nacional, que está en
conocimiento de la identidad de los autores de estos
asesinatos selectivos, aunque sigue encubriéndolos. Por eso,
afirmó que la alternativa que les resta es recurrir hasta
los organismos internacionales defensores de derechos
humanos para denunciar estas ejecuciones extrajudiciales de
labriegos, la mayoría de ellas cometidas por efectivos
policiales, con la total anuencia del gobierno y los
estamentos judiciales paraguayos.
En
Asunción, Rosalía Ciciolli
© Rel-UITA
2 de
diciembre de 2005
De los archivos del terror a la lista del horror
Dirigentes campesinos asesinados en ejecuciones
extrajudiciales por agentes policiales y
para-policiales desde 1990 al 2004.
-
Regina Moreno
(sin fecha – murió durante una manifestación en
una plaza)
-
Arsenio Báez
(21/05/90 – los autores serían dos brasileños)
-
Ramón Genes
(05/90 – a manos de otros campesinos)
-
Brásico Báez
(13/05/90 – los autores serían policías)
-
Nicolás Cáceres
(05/08/90 - los autores también serían policías
vestidos de civil)
-
Benjamín Balcázar
(01/12/90 – el autor moral sería Antonio
Scappini)
-
Aldo Brizuela
(13/08/91 – murió por falta de atención médica)
-
Bernardo Ramírez
(02/92 – el autor sería una persona de nombre
Víctor Benítez)
-
Roberto Algarín
(11/05/92 – está sindicado como autor Santiago
Coronel)
-
Fidencio Benítez
(1992 – a manos de Nelson Montiel)
-
Benito Benítez
(05/09/92 – asesinado por civiles armados)
-
Esteban Garay
(1992 – el disparo estaba dirigido a otra
persona)
-
Alodio Duarte
(13/10/92 – a manos de civiles armados)
-
Rubén Medina
(19/11/92 – el autor fue identificado como
Nicanor Cabañas)
-
Un campesino de apellido
Alvarenga (sin
mayores datos)
-
Esteban Balbuena
(19/04/94 – el autor fue Demetrio Vigo,
sentenciado a 9 años de prisión)
-
Sebastián Larrosa
(02/05/94 – el autor sería el suboficial A.
Palacios)
-
Máximo Prieto
(05/94 – sin datos)
-
Rumildo Correa
(1994 – sin datos)
-
Sergio Villalba
(1994 – sin datos)
-
Un campesino de apellido
Candia Ozuna
(04/10/94 – muerto a manos de civiles armados)
-
Hugo Rolón
(04/10/94 – asesinado por civiles armados)
-
Charles Ferreira
(04/10/94 – muerto a manos de civiles armados)
-
Rafael Pérez Roa
(11/12/94 – los autores serían civiles armados)
-
Gregorio García
(1995 – los autores serían R. Ortigoza y F.
González)
-
Leonicio Medina
(1995 – asesinado por civiles armados)
-
Amalio Oviedo
(1995 – muerto por civiles armados)
-
Pedro Balbuena
(19/04/95 – ejecutado por desconocidos)
-
Flavio Martínez
(13/05/95 – sin datos)
-
Ángel Coronel
(18/06/95 – el autor sería Pedro Ahenes)
-
Agapito Cañete
(23/08/95 – sin datos)
-
Anastasio Cañete
(23/08/95 – sin datos)
-
Reinaldo Díaz
(08/95 – el autor sería Hugo Notario)
-
Isidro Gómez
(17/01/96 – ejecutado por policías)
-
Pedro Giménez
(07/01/96 – ejecutado por policías)
-
Richar Ramón Sosa
(11/01/96 – por capangas armados)
-
Germán Cuenca
(14/02/96 – sin datos)
-
José Cuenca
(14/02/96 – sin datos)
-
Damiano Martínez
(28/04/96 – los autores serían Teresio Agüero y
otros)
-
Arsenio Vázquez
(12/07/96 – por civiles armados)
-
Mariano Díaz
(22/07/96 – por civiles armados)
-
José Martínez
(1996 – por civiles armados)
-
Anacleto Barrios
(sin datos – por civiles armados)
-
Pablo Felipe Benítez
(1996 – por civiles armados)
-
Esteban Báez
(13/06/98 – en la cárcel de Tacumbú)
-
Julián Benítez
(03/08/98 – por civiles armados)
-
Gumercindo Pavón
(11/11/98 – por civiles armados)
-
Juliana Fleitas
(20/06/98 – por efectivos de la Policía
Nacional)
-
Cristóbal Espínola
(25/03/98 – por seguidores oviedistas)
-
José Burgos
(08/99 – por civiles armados)
-
Agustín Lesme
(26/08/99 – por civiles armados)
-
Crecencia González
(13/01/99 – por efectivos de la Policía
Nacional)
-
Francisco Jara
(12/99 – por civiles armados)
-
Silvio Rotela
(sin datos)
-
Martín Aguirre
(sin datos)
-
Bruno Aguirre
(sin datos)
-
Francisco Cantero
(sin datos)
-
Felipe Osorio
(09/01/00 – por efectivos de la Policía
Nacional)
-
Justo Villanueva
(09/01/00 – por efectivos de la Policía
Nacional)
-
Huber Duré
(09/01/00 – por efectivos de la Policía
Nacional)
-
Nicasio Montiel
(21/08/00 – por civiles armados)
-
Juan B. Sánchez
(21/08/00 – por civiles armados)
-
Eduardo Delgado
(29/08/00 – por civiles armados)
-
Gustavo Mendoza
(29/08/00 – por civiles armados)
-
Arsenio Báez
(08/00 – el autor material sería Miguel
Campuzano)
-
Darío Benítez Pino
(13/08/00 – sin datos)
-
Víctor Cardozo
(01/01/00 – sin datos)
-
Félix Martínez
(28/09/00 – por civiles armados)
-
Santiago Martínez
(11/03/01 – por civiles armados)
-
Marciano Vega Benítez
(09/04/01 – por civiles armados)
-
Ismael Vega
(29/04/01 – por civiles armados)
-
Nicolás Amarilla
(20/07/01 – por efectivos de la Policía
Nacional)
-
Porciano Rojas
(08/03 – en un atentado)
-
Lucio Martínez
(10/04 – sin datos)
-
Santiago Martínez
(03/01 – sin datos)
-
Calixto Cabral
(07/02 – durante una movilización)
-
Nicasio Montiel
(01/01 – sin datos)
-
Víctor Díaz Paredes
(09/02 – sin datos)
-
Carlos Robles Correa
(02/04 – sin datos)
-
Mario Arzamendia
(01/04 – sin datos)
-
Aurelio Espínola
(11/04 – sin datos)
(*) Este listado fue elaborado mediante los
datos obtenidos de los archivos de SEIJA y de
los dirigentes de la Mesa Coordinadora Nacional
de Organizaciones Campesinas (MCNOC). Permitida
su difusión citando estas fuentes.
|
|