Nicaragua
¿Acuerdo de Asociación o Tratado de Libre Comercio?
Movimientos
sociales sientan su posición
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El 5 y 6 de marzo se realizó en Tegucigalpa (Honduras) un
foro organizado por el Colectivo Centroamericano por el
Diálogo (CAD), instancia conformada por organizaciones
centroamericanas y europeas que trabajan temas de
ciudadanía, desarrollo local, institucionalidad democrática
y desarrollo económico.
El principal objetivo del Foro Popular Internacional “Centroamérica-Unión
Europea: un comercio con justicia y equidad es posible”,
era de plantear a nivel regional la posición de las
diferentes organizaciones civiles, entre ellas organismos
campesinos, obreros, maestros, profesionales, pequeños y
medianos productores, indígenas, afro descendientes,
estudiantiles, ONGs y movimientos sociales, sindicatos,
organismos de derechos humanos y redes de mujeres, frente al
futuro Acuerdo de Asociación (AdA) entre Centroamérica
y la Unión Europea.
A partir del 2003 se comenzó a hablar de la posibilidad de
un tratado entre las dos regiones bajo la fórmula de un
Acuerdo de Asociación, figura que según la Unión
Europea contiene dos elementos que marcan la diferencia
con los TLC, que son el diálogo político y la
cooperación y que se sumarían a la creación de una zona de
libre comercio.
Luisa Molina |
Según Georgina Muñoz e Iván García de la
Coordinadora Civil (CC), Irving Larios,
presidente de la Federación de ONG de Nicaragua (FONG)
y Luisa Molina de la Coordinadora de la Niñez (CODENI)
“el día 6 de marzo participamos en una marcha mesoamericana,
que se realizó como parte de las actividades del Foro
Popular Internacional, para decirle no a los tratados
comerciales que han afectado a los pueblos de la región y
que no pueden ser una prioridad para los países
centroamericanos, sin existir previamente una agenda de
desarrollo integral para la región. En el foro discutimos
nuestra agenda y en que debería consistir ese Acuerdo de
Asociación”.
Para los miembros de estas organizaciones se trata de dos
regiones diferentes, con dos economías deseguales,
asimétricas y por eso, ante todo, hay que invertir en la
región, entender hacia donde se va a dirigir la cooperación,
que es lo que se va a discutir en ese diálogo político,
quiénes son los actores de ese diálogo y si va a haber
participación de las organizaciones sociales.
“Los países europeos –aseveró Georgina Muñoz–
tienen asignado el 0.7 % de su PIB para la
cooperación en la región, sin embargo no se está utilizando
en su totalidad. Normalmente en nuestros países observamos
mucha fragilidad en tema de justicia, democracia y derechos
humanos, que son fundamentales para la institucionalidad
democrática. Por otro lado, hay grandes vacíos en la
inversión de la cooperación y en el proceso de desarrollo
económico integral, el proceso de diversificación, de
desarollo local y de fomento a la pequeña y mediana empresa.
Observamos como se siga hablando y supuestamente invirtiendo
en el Corredor Mesoamericano, pero no se miran los
resultados y no hay una verdadera reforestación de nuestras
cuencas, ni mucho menos protección a nuestros recursos
hídricos. En la región no tenemos un marco jurídico que nos
proteja de este tipo de inversión y tampoco planes de
desarrollo integral regional”.
Irving Larios |
Uno de los puntos más cuestionados es que, hasta la fecha,
sólo las organizaciones y los movimientos sociales están
dando seguimiento a este proceso y existe una carencia de
propuestas por parte de los gobiernos centroamericanos, los
cuales ni siquiera participaron en los diferentes foros
organizados por la sociedad civil de la región y los
representantes de la Unión Europea y del
Sistema Consultivo del Sistema de Integración para
Centroamérica (CC-SICA). Para las organizaciones
nicaragüenses miembros del CAD “esto nos preocupa
mucho, porque parece que los gobiernos centroamericanos
quieran repetir los errores del pasado, cuando firmaron el
TLC con los Estados Unidos (CAFTA)
sin ninguna preparación e investigación, con un alto nivel
de empirismo y sin tomar en cuenta la gran cantidad de
organizaciones sociales regionales que tienen mucha
experiencia y conocimiento en estos asuntos”.
Finalizando
la marcha mesoamericana, el Colectivo Centroamericano por el
Diálogo (CAD) entregó un documento (Declaración de
Tegucigalpa) a las autoridades de la Unión
Europea
y al Parlamento hondureño, en el cual remarcaron su
preocupación frente al inicio de las negociaciones entre los
gobiernos centroamericanos y la Unión Europea,
definiendo que el fin último de cualquier negociación entre
las dos regiones no debe ser la creación de una zona de
libre comercio, sino lograr una serie de objetivos
fundamentales y esto a pesar de que un eventual Acuerdo de
Asociación (AdA) incluya un diálogo político y
diferentes formas de cooperación.
Para el CAD “la estrategia que la Unión Europea
está considerando en su mandato negociador para la discusión
de este acuerdo, busca la liberalización de los servicios
públicos para que las transnacionales europeas puedan
participar en el reparto de los mercados. A su vez pretende
la liberalización de aranceles de igual a igual, entre
regiones diametralmente desiguales y aborda los temas de
propiedad intelectual, inversiones, recursos naturales y
ambiente con base a la lógica de sus intereses y no al
desarrollo e integración de los pueblos de Centroamérica.
Por su parte, los gobiernos centroamericanos,
complacientemente, defienden intereses de grupos económicos
poderosos, en vez de promover una integración desde los
pueblos y la defensa de los sectores populares de la
región”.
Entre los objetivos más importantes detallados en el
documento se evidencian:
-
una integración regional: política, social, económica,
ambiental y cultural, que contribuya a la redistribución
equitativa y justa del ingreso y la riqueza en la
región;
-
un progreso científico y técnico compartido entre las
dos regiones y dirigido al desarrollo económico y social
de los pueblos centroamericanos;
-
derechos de propiedad intelectual que favorezcan el
cuidado de la salud de la población y la protección de
los recursos genéticos del área;
-
una inversión extranjera regulada, que respete el
derecho de los trabajadores, el ambiente y promueva el
desarrollo de los pueblos centroamericanos;
-
una reforma agraria integral, así como la protección de
los pequeños productores y productoras agrícolas y
agroindustriales que contribuya a alcanzar la soberanía
alimentaria;
-
Estados que asuman su responsabilidad para el desarrollo
social, económico y político de los paises
centroamericanos, con control sobre la propiedad de los
servicios públicos, garantes del acceso universal a la
educación y salud, así como de la protección y manejo
correcto de los recursos naturales;
-
Una cooperación al desarrollo que contribuya a eliminar
las causas estructurales de la pobreza y la desiguladad
en Centroamérica;
-
Ratificar y cumplir los acuerdos, tratados y convenios
internacionales de protección a los derechos humanos,
laborales, al medio ambiente, a los derechos de los
afro-descendientes y de los pueblos y nacionalidades
indígenas a la defensa y respeto de sus territorios
ancestrales;
-
Mecanismos adecuados de participación directa de los
actores sociales en la discusión;
-
Respeto a los derechos laborales y humanos de los
migrantes y relaciones justas y equitativas entre
mujeres y hombres.
En Managua,
Giorgio Trucchi
© Rel-UITA
14 de
marzo
de 2007 |
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Fotos:
Giorgio Trucchi
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