Aprobación del DR-CAFTA:
Un
boomerang para Estados Unidos |
La
aprobación del Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos
con Centroamericana y República Dominicana (DR-CAFTA por sus
siglas en inglés) en la Cámara de Representantes de Estados
Unidos por una estrecho margen –217 contra 215– abre una
serie de interrogantes en los propios sectores
empresariales, y por supuesto en amplios sectores de
Centroamérica y América Latina que consideran que constituye
una "bomba de tiempo" pues las política de libre mercado
agravará los problemas de empleo, intensificando además la
migraciones hacia Estados Unidos.
Para Estados Unidos el DR-CAFTA no es representativo desde el
punto de vista económico pues las exportaciones anuales de
los 6 países involucrados en el Tratado (Costa Rica, El
Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República
Dominicana) hacia Estados Unidos no representan sino un mes
de exportaciones de China a este último país. Para el
gobierno de George W. Bush la aprobación del DR-CAFTA tiene
una connotación más bien política e incluso ideológica:
significa avanzar en la imposición dogmática "de la agenda
del libre mercado" en el contexto global, tratando de
influir en la próxima rondas de negociaciones de la
Organización Mundial de Comercio.
Mientras sectores industriales brasileños ven con
preocupación las dificultades en la aprobación del DR-CAFTA
y las posiciones "proteccionistas" que tienen fuerte peso en
el congreso norteamericano, algunos representantes de los
países andinos (Ecuador, Colombia y Perú) creen que esto
facilitará las negociaciones del TLC con la potencia del
Norte.
En tanto Bush, quien estuvo presente en la sesión del
Congreso para presionar para su aprobación, prometió que el
Tratado significará para Estados Unidos dividendos de
"seguridad, estabilidad y libertad", varios analistas
advierten que el DR-CAFTA se convertirá en boomerang para
Estados Unidos pues la quiebra de las economías
centroamericana provocará un mayor éxodo de migrantes que
tratarán de ingresar por cualquier vía a Estados Unidos.
Con el DR-CAFTA se afectará al sector agrícola de la
subregión pues se eliminan los aranceles de más de la mitad
de las actuales exportaciones agrícolas de Estados Unidos a
la región incluidos cortes de carne de alta calidad,
algodón, trigo, muchas frutas y vegetales y alimentos
procesados. Así mismo, las empresas estadounidenses tendrán
libre acceso para invertir en sectores clave como las
telecomunicaciones, mensajería informática, turismo,
energía, transporte, construcción, servicios financieros,
seguros, etc. A cambio de ello, los países centroamericanos
y la República Dominicana obtienen muy poco: la ampliación
de su cuota de azúcar a 1,2% de la producción azucarera
estadounidense total, la que se elevará al 1,7% en 15 años.
¡Este "sacrificio" de Estados Unidos equivale a un solo día
de la producción norteamericana total!
Pero el DR-CAFTA no es todavía un capítulo concluido. Si bien
ha sido ratificado por los congresos de El Salvador,
Guatemala y Honduras, aún está pendiente que lo hagan Costa
Rica, Nicaragua y República Dominicana. Y ciertamente en
estos últimos tres países, para las élites
pro-norteamericanas conseguir el si de los parlamentos no es
tan fácil como comerse una hamburguesa y una Coca Cola, por
la fuerte oposición popular que existe.
En Nicaragua el dirigente del Frente Sandinista de Liberación
Nacional, Daniel Ortega, dijo que el DR-CAFTA es la condena
a muerte para los productores nicaragüenses y que los 38
legisladores del FSLN no lo ratificarán en la Asamblea
Nacional. La aplicación del TLC afectará sobre todo al
sector rural. Según un estudio, cerca de 700.000 mil
familias y unos 200 mil productores agrícolas se verían
perjudicados. La legisladora sandinista Alba Palacios
sostiene que Nicaragua y Costa Rica deben negociar una
gracia de cinco años para ser parte del TLC y asegura que la
ratificación puede extenderse hasta el 10 de enero del 2006.
Bush pretende que el CAFTA entre en vigencia el 1 de enero
del próximo año. Los congresistas del Partido Liberal
Constitucionalista, del gobierno y de Camino Cristiano están
dispuestos a darle vía libre al TLC e incluso amenazaron con
destituir al presidente de la Asamblea, el sandinista René
Núñez, en caso de que no ponga el tema en la agenda
legislativa.
En Costa Rica, el Ejecutivo aún no ha enviado el proyecto del
TLC para su ratificación. Organizaciones sociales agrupadas
en el Movimiento Cívico Nacional advirtieron que llamarán a
la rebeldía social y a la desobediencia nacional si así
procede el gobierno. Además de los sindicatos, se oponen al
DR-CAFTA, sectores empresariales, los arroceros, los
estudiantes, los ecologistas, los cooperativistas, las
asociaciones de desarrollo. Los arroceros, por ejemplo,
dicen que es el sector más afectado y que el grupo
negociador, a última hora, lo comprometió en el acuerdo
cuando en principio dijo que no sería incluido.
Unas 160 organizaciones dominicanas pidieron al Parlamento
que no ratifique el TLC ya que tendrá efectos devastadores
para la economía especialmente en el sector agrícola, las
finanzas públicas, el empleo y la salud de la población.
Otras 15 organizaciones, igualmente, anunciaron medidas de
hecho para rechazar el nuevo proyecto de recolonización.
Varios legisladores han anunciado que ratificarán el DR-CAFTA
luego de que el gobierno apruebe medidas compensatorias en
beneficio de los productores nacionales.
Eduardo
Tamayo
Servicio
Informativo Alai-amlatina
3 de
agosto de 2005
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