No nos engañemos:
EEUU no es el vecino bonachón que nos ofrece un acuerdo
desinteresado. es una potencia imperialque pretende seguir
siéndolo y ve los acuerdos "comerciales" bilaterales -el
TLC- como herramientas para perpetuar su supremacía y
reforzar los lazos de dependencia de países como Perú. Así
lo sostienen dos prestigiosos economistas liberales en el
Financial Times, Bhaqwati y Panagariya: "Washington ha
adoptado los acuerdos bilaterales de libre comercio para
promover las agendas de sus lobbies domésticos, agendas que
no están relacionadas con el comercio bilateral. (...) Las
tácticas norteamericanas están debilitando el poder de los
países pobres en las negociaciones multilaterales de
comercio.
El proceso de
liberalización comercial se está convirtiendo en un fraude,
siendo el objetivo final la captura, modificación y
distorsión de la OMC de acuerdo a los intereses de los
lobbies norteamericanos". Por ello, reiteramos la necesidad
de negociar con firmeza y prudencia, sin apresurarnos,
rechazando la grita neoliberal que se desgañita exigiendo un
TLC como sea.
La pretensión de
EEUU de imponer a los paóises andinos inaceptables
condiciones endurece y complica la negociación del TLC.
Demandan que el TLC sea un acuerdo multilateral y que rija
no sólo las relaciones de cada uno de los países andinos con
EEUU -como proponemos los andinos-, sino también las
relaciones entre los propios países andinos. Así quieren
liquidar o superponerse a la CAN, en una intromisión
inadmisible, atándola de manos para desarrollar acuerdos y
políticas regionales propias. La presión fue múltiple:
exigen a Ecuador y Colombia liquidar la presencia estatal en
telecomunicaciones, les guste o no , y a Perú se le advirtió
que si no se resuelven los litigios de empresas yanquis con
el Estado, pues el TLC se pone en riesgo.
Al extremo proponen
dejar los espárragos que exportamos sin aranceles, al final
de la lista. Y lo ocurrido en la mesa de Propiedad
Intelectual fue revelador: EEUU dejó en claro que sin
capítulo de Propiedad Intelectual no habría TLC y, además,
vetó a un miembro del equipo colombiano, poniendo en
cuestión su condición de funcionario público. Inaceptable
intromisión con la soberanía de toda Nación de nombrar los
representantes que mejor le parezca. La suspensión, por
ello, de la vital mesa de Propiedad Intelectual -donde
entran los temas de patentes y la pretensión de alargar su
pago, acceso a medicamentos genéricos, protección de
conocimientos tradicionales y posibles patentes de animales
y plantas- anuncia una pugna feroz con EEUU que aúpa los
privilegios de las multinacionales farmacéuticas y de
biogenética a nuestra costa.
Washington rehúsa
reconocer la enorme asimetría entre su economía y las
andinas. No acepta un trato diferenciado, ni otorgar
mecanismos compensatorios para que amplios sectores de las
comunidades indígenas, micro y pequeñas empresas, pqueños
agricultores tengan posibilidad de prosperar con el TLC. Y,
claro, de visas y libre tránsito de personas, NADA.
En materia
agrícola, EEUU negocia con la pata en alto: sus enormes
subsidios internos son intocables, pero los países andinos
deben desmantelar el sistema de franja de precios u otros
mecanismos reguladores que nos protegen, sí o sí. Peor aun:
EEUU ogrece una desgravación a nuestras exportaciones
inferior a lo que ya tenemos con el ATPDEA. Washington
pretendería que no negocieoms en el TLC una mejora neta de
los término comerciales para el Perú, sino, a los umo,
mantener las actuales condiciones del ATPDEA y, a cambio,
forzarnos a ceder el oro y el moro, e incorporar temas
nuevos, fuera del ATPDEA, y muy sensibles como el de
propiedad intelectual.