"El ALCA saldrá desde el punto de vista del interés de
América del Sur, del tamaño que los países de América del
Sur entiendan que debe salir", dijo el presidente en un
discurso en la fábrica de DaimlerChrysler en Sao Bernardo do
Campo, en la periferia de Sao Paulo, donde comenzó su vida
sindical.
Lula señaló que su política exterior tiene como norte
fortalecer y ampliar el Mercosur, que ejerce un contrapeso a
Estados Unidos en las negociaciones del ALCA, la zona de
libre comercio continental cuya entrada en vigor está
prevista para 2005.
"Tal vez para diciembre tengamos a toda América del Sur en
el Mercosur", agregó Lula en alusión al bloque formado por
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que tiene a Bolivia,
Chile y Perú como asociados, además de un acuerdo de libre
comercio con la Comunidad Andina de Naciones que empezará a
operar en julio próximo.
Lula destacó también el acuerdo de asociación que el
Mercosur está negociando con la Unión Europea (UE), que debe
concretarse este mismo año.
En su discurso ante decenas de obreros metalúrgicos y
sindicalistas, Lula reiteró su optimismo en la economía
brasileña y aseguró que llegó al poder porque "Brasil no
necesitaba sólo un presidente, sino también un compañero".
"Estoy más optimista de lo que estaba hace un año, porque
entonces teníamos poco conocimiento de cómo funciona la
máquina pública", dijo el presidente e insistió en que
"Brasil nunca había sido tan respetado en el mundo como
ahora".
Para responder a las demandas de los trabajadores de un
"aumento decente" del salario mínimo y una reducción de la
alícuota sobre la cual se paga el impuesto de renta, Lula se
fue por la tangente y afirmó que pagar impuestos en Brasil
es un "privilegio".
"Son privilegiados aquellos que pagan impuesto de renta
porque ganan un poco más", sostuvo, y aseguró que "a todo el
que percibe el salario mínimo le gustaría ganar lo que gana
un metalúrgico para pagar impuesto de renta".
Sobre el aumento del salario mínimo, que actualmente es de
240 reales (unos 85 dólares), el presidente señaló que esta
semana tomará una decisión al respecto, pero advirtió que no
podrá subirlo todo lo que le gustaría.
"El nudo de la cuestión está en la seguridad social",
expresó Lula, y explicó que por cada diez reales (unos 3,5
dólares) de aumento del mínimo subirán en 3.000 millones de
reales (unos 1.035 millones de dólares) los gastos anuales
del deficitario sistema de seguridad social.